España ens roba... gente
Una conspiración histórica de España arrebatando grandes figuras a Cataluña es la caricatura perfecta
Teodoro León Gross
Miércoles, 5 de agosto 2015, 12:50
Hay que celebrar que el historiador Jordi Bilbeny, director de investigaciones del Institut Nova Historia, reclame no ya la catalanidad de Cristóbal Colón, sino también ... de Cervantes o Teresa de Ávila (obviamente no de Ávila), y además del sevillano Bartolomé de las Casas, y el marino cántabro Juan de la Cosa, o el autor del 'Lazarillo', en realidad Llátzer de Tormos...
-Eh, eh, ¡y Hernán Cortés! Nadie podrá creer que uno de los cinco grandes militares de la Historia fuese un cazurro extremeño ¡Sólo podía ser catalán!
-De acuerdo, Bilbeny, anotado.
-Y si es posible, encajádmelo en Arenys de Mar. En mi pueblo no hay hijos ilustres, y Herná Cortés i Monroy nos vendría bien.
Claro que hay que celebrar estos estudios del Institut de Nova Historia. La construcción mítica de Cataluña durante las últimas décadas ha sido un proceso delirante, pero es algo que muchos, sobre todo en la izquierda, han preferido no ver. En cambio, basta asomarse a esto para proceder directamente al descojono. La tesis de Bilbeny de una conspiración histórica de España arrebatando grandes figuras a Cataluña es la caricatura perfecta de esa construcción mítica a partir de la fecha de 1714, hito de la colonización militar de la democracia más antigua de occidente blablablá. Toda esa farsa histórica sustentada en el victimismo -el agravio, como apunta Todorov, es el combustible más eficaz del nacionalismo- con Bilbeny queda convertida definitivamente en material cómico. El 'derecho a decidir' la Historia.
El catalanismo, más allá del discurso de 'nación sojuzgada', proclama 'som millors' (somos mejores), y no ya mejores que los andaluces despreciados por Pujol («el andaluz es un hombre poco hecho, un hombre que hace cientos de años que pasa hambre y que vive en un estado de ignorancia y de miseria cultural, mental y espiritual.») sino que España. Así que es muy conveniente sacar de allí a los grandes hombres como Bartolomé de las Casas o Hernán Cortés y catalanizarlos. Esa es la lógica: 'si son grandes, sólo podían ser catalanes'. Bilbeny ha destapado incluso la operación para robar El Quixot a Cataluña; o sea, aquellos visionarios, previendo la independencia en 2016, españolizaron el Quijote en 1605 situando a Cervantes en Alcalá de Henares. Brillante.
Del Cid a Picasso. sólo hay que dar tiempo al equipo de Bilbeny para elevar la caricatura de 'la invención' histórica, como decía Hobsbawm, al servicio de la causa. De hecho, ya han desarrollado la tesis de la catalanidad de Leonardo da Vinci, en cuyos paisajes Bilbeny ve Montserrat con claridad. Sólo es cuestión de tiempo que reclame a Napoleó Bonaparta, o a Jordi Washington, Guillem Shakespeare, también Lluís Beethoven, y suma y sigue, porque sin duda España extendió internacionalmente la conspiración contra Cataluña. Ahora pueden proclamarlo: España ens roba. también grandes figuras.
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