La Generalitat acusa a Fernández de estar detrás de la operación

La Generalitat y Convergència tiraron de manual victimista ante la operación contra la corrupción de la Guardia Civil en municipios catalanes, buena parte de ellos en manos soberanistas. Una actuación urdida, a su juicio, por la mano negra del Estado en la guerra sucia que, dicen, libra el Gobierno central contra el secesionismo.

La Generalitat aprovechó la reciente publicación de las charlas entre el ministro del Interior y el director de la Oficina Antifraude de Cataluña, en las que supuestamente conspiraron contrra el soberanismo, para restar credibilidad a la operación de la Guardia Civil y presentarla como un capítulo más de la cruzada que desde su óptica mantiene el ministro del Interior contra el soberanismo. «Es el autor intelectual de la operación», dijo la consejera de la Presidencia, Neus Munté.

A juicio de la portavoz de la Generalitat, Fernández Díaz buscó con la redada policial un «circo mediático» y el «escarnio» de Convergència, tres días antes de la celebración de su congreso, en el que sentará las bases del futuro del nuevo partido. «No es de recibo, es un escándalo que se produzcan detenciones anunciadas previamente por los medios», dijo. «Pedimos rigor y que no se busque la foto para perjudicar la imagen» de un partido, remató.

Para Convergència, se trata de una actuación poco democrática por parte de los aparatos del Estado que hace sospechar que «hay poca separación entre el poder judicial y el poder ejecutivo». Todo con ello con tal de «hacer mal» a su partido y al proceso soberanista, señaló el coordinador de régimen interno, Francesc Sánchez.

Uno de los aspectos que puede poner en una situación incómoda al presidente de la Generalitat, es el que afecta al ayuntamiento de Girona, pues Carles Puigdemont habría adjudicado contratos a Efial, la empresa investigada, durante su etapa como alcalde. Además, uno de los detenidos, Josep Manel Bassols, fue su director de campaña. «Tranquilidad absoluta», afirmó Munté.