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Hussein e Iyab junto a sus familiares y miembros de la asociación.

Así suena la felicidad

Dos niños llegan a Málaga desde un campo de refugiados de Líbano para ser operados

Alvaro Frías

Sábado, 2 de julio 2016, 01:39

Ayer correteaba por la terminal de llegadas del aeropuerto como uno más entre los cientos de niños que acababan de aterrizar en Málaga dispuestos a ... disfrutar de unos días de la ciudad. Mientras se comía un paquete de patatas fritas, lo primero que pidió al tomar tierra, Iyab miraba curioso todo lo que pasaba a su alrededor. Solo sonreía y señalaba todo lo que le llamaba la atención. No hablaba ni oía nada. Esas facultades se las arrebató una bomba que estalló muy cerca suya cuando el campamento de refugiados en el que estaba en Siria fue atacado por el ejército del autodenominado Estado Islámico.

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