Málaga, una provincia atascada
El desencuentro entre instituciones, estrecheces presupuestarias, tensiones por el reparto de fuerzas políticas en los ayuntamientos y un Gobierno central en funciones frenan importantes inversiones
Jesús Hinojosa
Domingo, 22 de mayo 2016, 00:32
Si de un enfermo se tratara, podría decirse que el ámbito de las grandes inversiones en Málaga mantiene sus constantes vitales pero no termina de ... reponerse de una etapa, marcada especialmente por la crisis económica, en la que ha estado más muerto que vivo.
Cuando el sector privado empieza a ofrecer síntomas de cierta recuperación tras la recesión de los últimos años, las administraciones públicas mantienen atascados proyectos de envergadura, que llevan años pendientes tanto para la capital como para la provincia, y que en estos momentos podrían servir como aliciente perfecto para la iniciativa de particulares y empresas que luchan por volver a retomar su actividad. La integración del Guadalmedina, los desarrollos para dar uso urbano a los muelles de Heredia y de San Andrés en el puerto, las obras para reducir los riesgos de inundabilidad en el entorno del Guadalhorce, los parques de Arraijanal y el campamento Benítez, inversiones en la atención sanitaria, la línea ferroviaria hasta Marbella, el puerto seco en Antequera, la ciudad aeroportuaria en Alhaurín de la Torre... son solo algunos de ejemplos de inversiones que llevan años embarradas en el terreno de la promesa y que aún configuran una parálisis del desarrollo de Málaga para la que aún no se vislumbra una salida.
Son múltiples las causas que han llevado a esta situación de encefalograma plano en el capítulo de las actuaciones de gran envergadura, capaces de dinamizar el entorno que las rodea. Una de ellas es la inestabilidad política generada en algunos ayuntamientos tras las elecciones municipales del año pasado, con un reparto de fuerzas políticas que siguen generando tensiones y luchas de poder. También la incertidumbre que genera que el Gobierno central esté en funciones desde hace cinco meses, a la espera de unos nuevos comicios generales el próximo 26 de junio. Y todo ello condimentado con los lentos tiempos de la burocracia que requiere cualquiera de estos grandes proyectos, sometidos a la fiscalización previa de numerosos informes de diversos organismos públicos, y con las todavía estrecheces presupuestarias en las que se mueven tanto los ayuntamientos como la Junta de Andalucía y la Administración del Estado, enfrentados en ocasiones por el distinto signo político de sus gobiernos.
Algunos de estos condicionantes se dan en el caso del eterno proyecto pendiente de la capital: la integración del cauce del Guadalmedina. Tras un concurso de ideas celebrado hace cuatro años, el desencuentro entre la Junta y el Ayuntamiento de Málaga sigue coartando el avance en este asunto. El equipo de gobierno municipal ha iniciado los trámites para aprobar un plan especial para el río contemplado en el vigente Plan General de Ordenación Urbanística (PGOU), y de este modo forzará al Gobierno andaluz a que se pronuncie oficialmente al respecto. No obstante, como ya informó este periódico (ver SUR 18/4/2016), la Consejería de Medio Ambiente considera «imposible» el uso urbano del cauce, por lo que el Consistorio ya es consciente de que, probablemente, tendrá que limitarse a plantear la realización de puentes-plaza para mejorar la conexión entre las dos mitades del casco urbano que traza la herida del Guadalmedina.
Centro
También siguen aún sumidas en la incertidumbre otras destacadas inversiones para la capital como la que podría generarse con el proyecto para la céntrica manzana de los cines Astoria y Victoria, junto a la plaza de la Merced, en cuya compra gastó el Ayuntamiento 21 millones de euros hace un lustro y que ahora está pendiente de la celebración de un concurso de ideas aún no convocado el equipo de gobierno local. El mismo futuro incierto presenta la operación para transformar la zona de Hoyo de Esparteros con un hotel que llevaría la firma del prestigioso arquitecto Rafael Moneo, un plan urbanístico trazado hace ya 14 años y que ahora está frenado por los problemas de liquidez de su promotor para ponerlo en práctica.
De las grandes regeneraciones internas de la ciudad planteadas en el PGOU, solo la de los suelos de Citesa, en Martiricos, ha arrancado en una primera fase. El proyecto de parque, torres de viviendas y usos comerciales en el amplío vacío urbano que dejaron los depósitos de Repsol, junto a la avenida de Juan XXIII, diseñado en pleno boom inmobiliario, ha sido cuestionado por los grupos políticos de la oposición en el Ayuntamiento, que han forzado con su mayoría de votos la posible celebración de una consulta popular para decidir el destino de estos suelos, animados por un movimiento ciudadano que reclama convertir este suelo en un bosque urbano. Tampoco está clara la operación residencial y comercial para los terrenos de La Térmica, en el extremo de la fachada litoral occidental de la ciudad, pendiente de que el Ayuntamiento y Endesa logren vender a algunos inversores los derechos edificatorios del proyecto, que ha sido recurrido en los tribunales por el grupo de IU-Málaga para la Gente.
Dentro del apartado de las infraestructuras, ha cobrado especial urgencia en el último año la sustitución del tablero del puente de la Azucarera que quedó pendiente a principios de la pasada década como complemento al encauzamiento del Guadalhorce. De su realización, frenada por un Gobierno central en funciones, depende que pueda reducirse el riesgo de inundabilidad que pesa oficialmente desde principios de este año sobre los suelos de uso empresarial del entorno, lo que ha bloqueado nuevas inversiones en la zona. Igualmente, sigue sin iniciarse, pese a estar previsto desde finales de la década de los noventa, el vial metropolitano distribuidor oeste, diseñado por la Consejería de Fomento, para comunicar el Parque Tecnológico con el polígono Guadalhorce, Alhaurín de la Torre y el aeropuerto. Sus obras llegaron a contratarse por 37 millones de euros en 2009 pero nunca se ejecutaron con el argumento de que interferían con las infraestructuras previstas por el Ministerio de Fomento en este mismo ámbito, como es el caso del ramal de acceso norte al aeródromo, que tampoco ha comenzado. La ausencia de acuerdo entre las administraciones central y regional bloquea ambas actuaciones.
Ampliación del CTM
De igual modo que lo hace con la ampliación del Centro de Transporte de Mercancías, pendiente de que se lleve a la práctica un pacto por el que la entidad estatal Sepes urbanizará 37 hectáreas en las que ya quiere instalarse una empresa de distribución que anunció una inversión de 30 millones de euros y 200 empleos que está frenada. Fuentes de la Junta explicaron que el carácter provisional del Gobierno de la nación motiva el retraso de este destacado proyecto.
Otras actuaciones paralizadas igualmente tienen que ver con la calidad de vida de los malagueños. En ese sentido, cabe recordar que los responsables autonómicos siguen sin ofrecer una solución a las carencias que presenta el sistema sanitario andaluz en la capital y su área metropolitana. Tras el fallido proyecto de macrohospital, no ha vuelto a ponerse sobre la mesa una solución concreta a la necesidad de aumentar el número de camas, si bien recientemente se ha apuntado la posibilidad de emplear los suelos de la trasera del Hospital Civil para la construcción de otro pabelón para Carlos Haya. No obstante, está prevista para antes del verano, si no surgen más retrasos, la apertura del hospital del Guadalhorce.
En lo relativo a zonas de esparcimiento, la parálisis también es la nota común a los principales proyectos pendientes. El plan para facilitar el uso como parque del monte Gibralfaro, enclavado en pleno corazón de la ciudad, está aprobado pero dispone de una partida de apenas 250.000 euros en las cuentas municipales de este año, frente a un presupuesto que llegó a estimarse en 28 millones de euros. La mejora de los Baños del Carmen, recogida desde hace casi una década en un plan especial, sigue pendiente de su impulso definitivo por parte del Ayuntamiento y de Costas, que la supedita a que se aclare la situación legal de la concesión del restaurante. No obstante, han avanzado los trámites para la realización de una nueva playa a poniente.
En extremo occidental, al otro lado del Guadalhorce, también siguen atrapados todavía en los planos los parques a realizar en los suelos de Arraijanal y del campamento Benítez, dependientes de la Junta y del Ayuntamiento, respectivamente. En el primer caso, el Gobierno andaluz no ha presentado aún el diseño que encargó en octubre del año pasado para Arraijanal, donde tampoco avanza el proyecto de La Academia del Málaga, que ocupará parte del suelo. En el segundo, la tramitación del plan especial que avala el parque del Benítez, iniciada hace dos años, no ha salvado aún totalmente los reparos de la Consejería de Medio Ambiente respecto a los riegos de inundación en la zona. Por otro lado, aún sigue en fase de ejecución por parte del Ayuntamiento el parque previsto en la parcela del antiguo cementerio de San Rafael, en Cruz del Humilladero.
Por otra parte, la fachada litoral de la capital también arroja varias asignaturas por abordar que se mantienen en dique seco. Es el caso de mejoras para los paseos marítimos de El Palo y Pedregalejo, de la ampliación del paseo de Antonio Banderas o de Poniente, y de los proyectos pendientes para completar el uso urbano del puerto en los muelles de Heredia y de San Andrés con desarrollos comerciales, recreativos y culturales, como es el caso del auditorio. En los últimos meses, se ha conocido en interés de grupos inversores nacionales y extranjeros por actuar en ambos espacios, pero sin concretarse algo más al respecto. Más avanzados están los trámites para levantar un hotel de lujo en el dique de Levante, al que optan inversores de Catar y Singapur.
Otro puerto, en este caso el denominado como Puerto Seco, previsto en la Vega de Antequera, tampoco ha empezado a materializarse aún desde que se anunció hace seis años. La Junta pronosticó que este año empezarían las obras con una inversión de 40 millones de euros para esta gran área logística, que supondrá la creación de 1.900 empleos, pero todavía están condicionadas a trámites administrativos relacionados con el plan especial que avala esta actuación, en la que participa la iniciativa privada.
Riesgo de inundación
En el caso de la comarca del Guadalhorce, el gran proyecto paralizado es la ciudad aeroportuaria de Alhaurín de la Torre, que abarcaría 3,8 millones de metros cuadrados de zona comercial, tecnológica e industrial vinculada a la actividad del aeródromo malagueño con una inversión de 250 millones y la creación de 25.000 empleos directos. Actualmente, está frenada por los mapas de riesgo de inundación aprobados por la Junta para el entorno delGuadalhorce.
En la costa occidental, la ampliación del puerto de La Bajadilla, en Marbella, adjudicada en 2010 a una sociedad encabezada por el jeque Al-Thani, sigue parada y es posible que se archive si antes del 31 de julio no presenta el proyecto constructivo. También lo está la ampliación del Hospital Costa del Sol, por desencuentros entre la concesionaria, la Junta y el Ayuntamiento; y la realización de un bulevar en Estepona que lleva aparejado un hotel, un centro comercial y la nueva casa consistorial, pendientes de informes autonómicos.
En el litoral oriental, un puerto deportivo en el límite de Nerja con Torrox y un campo de golf en este último municipio no avanzan por la falta de iniciativa política y por la crisis.
Han colaborado en esta información : Héctor Barbotta, Agustín Peláez, Vanessa Melgar, EugenioCabezas, LeandroPavón, Iván Gelibter y Antonio J. Guerrero.
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