La cárcel rejuvenece a José Ortega Cano
Con mejor cara, el pelo más negro y perilla, el diestro sale del penal de Zuera para su primer permiso de seis días
FRANCISCO APAOLAZA
Martes, 6 de enero 2015, 00:14
A la salida de la cárcel de Zuera, en Zaragoza, le echaron 20 años menos. En Twitter incluso alguno pidió que en lugar de 20, ... fueran 24 y revivieran la tarde mágica de los quites con César Rincón. Una reportera de las que hacen noche en la puerta de los penales de los famosos incluso le dijo eso de que «está usted muy bien». A José Ortega Cano, de 61 años, parece -y probablemente esto sea solo apariencia-, que la cárcel le ha sentado bien. El pelo más negro, la cara más rellena, una perilla juvenil, los vaqueros, las deportivas y una cazadora de cuadros le dieron un aire de renovación a su salida de la cárcel en el primer permiso que se le concede al diestro desde su ingreso en abril de 2014.
«Feliz Navidad», dijo a los periodistas con un semblante sobrio, pero lejano al Ortega Cano abatido que entró en la cárcel hace ocho meses. Por su aspecto parece que ha aprovechado para practicar deporte tras las rejas. Tiempo para ello, desde luego, no le ha faltado.
Alcanzó la calle de la mano de su pareja, la gaditana Ana María Aldón, que llegó al centro penitenciario acompañada por el hijo que tienen en común, José María, que pronto cumplirá dos años. La criatura esperaba en el coche, donde fue abrazado por su padre. La de ayer era la primera vez que se veían fuera de los muros y estarán juntos unos días, en compañía de Gloria Camila, la hija que adoptó cuando estaba casado con Rocío Jurado.
El sueño de la libertad se esfumará el próximo 11 de enero. Seis días es lo que le han concedido al matador retirado después de que haya cumplido un cuarto de la pena a la que fue sentenciado por su responsabilidad en el accidente de tráfico en el que falleció Carlos Parra, el 28 de mayo de 2011. La condena asciende a 2 años, 6 meses y un día, y una multa de 181.000 euros para la viuda e hijos del fallecido.
El abogado del torero, Enrique Trebolle, ya ha solicitado el tercer grado para su cliente, que implicaría que Ortega Cano solo tendría que dormir en un centro de inserción social y podría salir los fines de semana. Según Trebolle, aún no hay fecha para este tercer grado, que depende de una «cuestión interna».
La familia del torero está feliz con «el mejor regalo de Reyes que podíamos recibir», como así lo ha definido uno de sus sobrinos.
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