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Koldo Serra (tercero por la izquierda), junto al reparto y los productores de 'Gernika'.
El cine descubre 'Gernika'  79 años después en Málaga

El cine descubre 'Gernika' 79 años después en Málaga

El certamen refleja los extremos de la industria con la superproducción del bombardeo, que vuelve a la ciudad en la que nació, y la cinta independiente 'Julie'

Regina Sotorrío

Miércoles, 27 de abril 2016, 00:30

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No es casualidad que 'Gernika' se estrenara ayer y que lo hiciera en Málaga. Tenía que ser así. Un 26 de abril la Legión Cóndor alemana reducía a sangre y ruinas el pueblo de Guernica. Y justo ayer, 79 años después, la barbarie del bombardeo se revivía en la gran pantalla del Teatro Cervantes, a un paso de la casa natal de Picasso, el pintor que inmortalizó el drama y lo hizo universal. Pero hay más conexiones: si entonces fue un artista malagueño quien dio fama mundial a ese municipio vizcaíno, ahora son dos productores de casa (José Alba y Carlos Clavijo) quienes han logrado que el cine retrate por primera vez lo que sucedió la fatídica tarde del 26 de abril de 1937.

'Gernika' cierra el círculo con su debut en el Festival de Málaga, un certamen que ayer expuso en su sección oficial los dos extremos de la industria con más claridad que nunca: por un lado la superproducción de Koldo Serra con seis millones de euros de presupuesto; y por el otro, la cinta independiente 'Julie' de Alba González de Molina, financiada por 'crowdfunding' y con la complicidad de la ecoaldea del Bierzo en la que se rodó.

El director de 'Gernika' lo dejó claro y más de una vez: «La idea no era hacer un filme sobre la Guerra Civil, ni se habla de ideologías». «Queríamos hacer una película más humanista» que llegara a todos los públicos sin importar el bando, añadió Clavijo, productor y también coguionista.

Con un reparto internacional encabezado por María Valverde, James d'Arcy, Ingrid García Jonsson, Jack Davenport y Bárbara Goenaga, 'Gernika' propone un drama romántico en medio del horror. Es la historia de personas que tratan de hacer su vida normal hasta que «de repente se les rompe», apuntó el guionista. «Algo que podría haber ocurrido en cualquier otra guerra en cualquier otro lugar del planeta», apostilló Serra.

En esta película no hablan quienes combatían, sino quienes contaban lo que pasaba. 'Gernika' retrata la guerra paralela de la información desde una oficina de prensa republicana. Teresa (Valverde) es la encargada de controlar y censurar la información que los corresponsales envían a sus medios. Entre ellos Henry (D'Arcy), un reputado reportero americano que ha perdido la pasión por su trabajo. Una «quemazón», una sensación de que los «méritos ya no cuentan», con la que el espectador de hoy «se puede sentir identificado», dijo el guionista. Entre Teresa y Henry habrá algo más que una relación profesional, hasta que Alemania decide salir en ayuda de Franco y ensaya una nueva táctica con vistas a la II Guerra Mundial: un bombardeo masivo sobre la población civil. Y ellos estaban allí, como en 1937 estaba el periodista del 'Times' George L. Steer que dio a conocer al mundo la masacre.

«Todos sabemos lo que pasó, pero al verlo en imágenes en movimiento, con personas que aman y sienten en los dos bandos, empatizas con lo que ocurrió», declaró la actriz Bárbara Goenaga. La película es fiel con la época, con el entorno y con la situación, por eso se respetan los diálogos en castellano, alemán, inglés y euskera (se hará una copia doblada).

Reconoció Koldo que cuando ofrecían la película a inversores extranjeros, pocos sabían la verdadera historia de Guernica pero todos conocían el cuadro de Picasso. Y con él termina el filme, con un emotivo cierre donde secuencias de la película se superponen al mural.

La gran superproducción de esta edición coincidió en parrilla con la primera película totalmente independiente a competición. 'Julie' se rodó en una pequeña ecoaldea de El Bierzo, con el reparto durmiendo en las casas de los vecinos, con el material técnico transportado por tirolinas y carretillas y con prácticamente toda la energía necesaria obtenida del sol. Es, como dijeron, «otra forma» de hacer y entender el cine.

Primerizos en 'Julie'

Un equipo de «primerizos» encabezado por la directora Alba González de Molina («Nos estamos desvirgando») pone en marcha esta película sobre las relaciones humanas y, principalmente, las paterno-materno-filiales. «Me interesaba mostrar ese peso que llevamos por fuera y por dentro en cuanto a las generaciones, nuestros padres, abuelos e hijos. Cómo vamos desvistiéndonos de esos pesos para ir cada vez más desnudos», explicó González de Molina.

Para contarlo eligió una aldea de León de apenas 32 habitantes en invierno que se rige de forma asamblearia, autónoma y en total sintonía con el medio ambiente. «Quería sacar de su zona de confort a los personajes, no quería que estuviesen en un sitio fácil y cómodo», argumentó. La aldea es el escenario y sus habitantes son parte de la película, como Daniel Martín. Tras sopesar «los pros y los contras», aprobaron en asamblea el rodaje convencidos de que no cambiará la vida en el lugar. «Llegar allí es difícil, hay que caminar mucho, es un sitio escarpado. Quien quiera hacerlo se ha tenido que atrever ya a dar un paso para dejar atrás el asfalto y adentrarse en un mundo totalmente diferente», apuntó.

A ese rincón leonés llega Julie, una joven que huye de la ciudad incapaz de afrontar su realidad personal. Le da vida Marine Discazeaux, implicada en el «proyecto» desde que la directora se fijó en ella cuando trabajaba de camarera en un bar. Esas cosas no solo pasan en las películas. Como demuestra 'Gernika', la realidad a veces supera la ficción.

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