La construcción puede ser el terreno de las próximas batallas
Grandes constructoras como Acciona, Ferrovial y OHL tienen un delicado equilibrio de poder familiar, y en la última sigue pendiente el relevo
J. A. BRAVO
Domingo, 22 de mayo 2016, 01:05
La construcción puede convertirse a medio plazo en el escenario de las próximas batallas entre sagas que se vean por la sucesión al frente de ... una empresa familiar. El delicado equilibrio de poder que existe entre las principales ramas societarias puede parecer un riesgo con tintes explosivos, aunque lo cierto es que todavía no se ve espoleta.
El mayor riesgo aparente era la sucesión al frente de OHL, donde con Juan Miguel Villar Mir camino ya de los 85 años la necesidad de tener claro quién le sustituirá resulta evidente. Aunque el patriarca del grupo despejó dudas, al menos de cara al exterior, durante la última presentación anual de resultados, al dejar buena parte de ese peso en manos de su hijo, Juan Villar Mir de Fuentes, hoy vicepresidente.
Se antoja a todas luces lo más natural, coinciden distintas voces desde el propio sector, aunque el primero que azuzó las dudas fue el propio Villar Mir padre al fichar ex profeso hace dos años al exministro Josep Pique tras su trayectoria exitosa al frente de la aerolínea Vueling. Incluso creó el puesto de consejero delegado para que lo ocupara.
Pero el entonces considerado delfín externo no ha sabido salir del agua. Su gestión en el grupo constructor y de servicios no sido precisamente de mérito, por más que la caída de resultados también pueda ser achacable a la situación del negocio a nivel nacional. Tampoco ayudaron sus desencuentros con Javier López Madrid, yerno del patriarca y consejero de la compañía quien, no obstante, perdió sus pocas opciones de colarse en la sucesión tras verse envuelto en varios casos de presunta corrupción ligados a la política.
Acciona y Ferrovial, competidoras de OHL pero compañeras en las reuniones del Instituto de Empresa Familiar (IEF), no tienen esos problemas, al menos a medio plazo. Y eso que en agosto de 2015 la familia Del Pino cerró una etapa histórica con la ruptura, ordenada eso sí, del pacto parasocial con el que controlaba de forma holgada el poder del grupo desde 2008, tras la muerte de su padre (y tío), el fundador de Ferrovial. Sumaban entonces casi el 41% de los títulos, valorados en conjunto en 6.500 millones de euros.
Fruto de aquellos movimientos el actual presidente del grupo, Rafael del Pino, reforzó su posición como primer accionista (21,4%), por delante de sus hermanos Leopoldo (8,3%) y María (8,1%). Aún forman un núcleo duro de control frente a Joaquín (2,6%), el hermano díscolo.
Acciona parece seguir una vida paralela a la de su rival. Y eso que no ha habido pactos de letra pequeña ni parecen compartir modelo de negocio: una rama de la familia apuesta por volver al tradicional, cemento y ladrillo, y la otra prefiere afianzar la apuesta por los servicios. Sin embargo, tanto José Manuel como Juan Ignacio Entrecanales, primos de sangre, tienen claro que juntos (suman casi el 60% del capital) aseguran una navegación tranquila.
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