Antonio Banderas, Goya de Honor 2015

A sus 54 años, Antonio Banderas puede presumir de ser uno de los latinos con mayor influencia en Hollywood. Actor de raza como pocos, su arrojo le llevó a probar fortuna en el mercado estadounidense cuando pocos europeos conseguían triunfar en él. Se marchó impulsado por el mismo coraje que le llevó a dejar su Málaga natal para arribar a Madrid en plena época de la 'Movida' y a dormir en casas de amigos mientras clamaba por una oportunidad.

Fue precisamente uno de sus máximos exponentes, Pedro Almodóvar, quien se la dio con 'Laberinto de pasiones' (1982). Desde entonces, el malagueño ha firmado más de noventa películas, en las que destacan varias colaboraciones con el realizador manchego -'La ley del deseo' (1987), 'Mujeres al borde de un ataque de nervios' (1988), 'Átame!' (1989), 'La piel que habito' (2011) y 'Los amantes pasajeros' (2013)-, así como grandes éxitos de taquilla en Hollywood como 'La máscara del Zorro' (Martin Campbell, 1998), 'El guerrero nº 13' (John McTiernan, 1999), 'El mexicano' (Robert Rodriguez, 2003) o 'La leyenda del Zorro' (Martin Campbell, 2005), entre otras.

Versatilidad

Pero tan importante o más que esas películas para el malagueño fue 'Two Much', una comedia dirigida por Fernando Trueba en la que interpretaba a un hombre que fingía tener un hermano gemelo para contentar a dos mujeres, a las que ponían rostro Daryl Hannah y Melanie Griffith. Aunque el filme no logró la repercusión en taquilla esperada, sí le valió al intérprete para lograr la que por entonces era su tercera candidatura a los premios Goya -las anteriores las obtuvo por 'Matador', en 1987, y por 'Átame!, en 1991- y para iniciar una relación con Melanie Griffith que les convertiría en una de las parejas más populares de la industria durante un par de décadas. Hasta que este año se rompía el matrimonio entre el español y la estadounidense, quienes tienen una hija en común, Stella del Carmen.

El éxito cosechado en Hollywood le permitió a Antonio Banderas desarrollar otras facetas dentro del campo artístico. Así en 1999 estrenó su primera película como director, 'Locos en Alabama' un largometraje protagonizado por Melanie Griffith que tenía como telón de fondo las tensiones raciales en el sur de Estados Unidos. Repetiría en 2006 con una cinta mucho más personal, 'El camino de los ingleses', película basada en una novela de Antonio Soler que buceaba en el tránsito de la adolescencia a la madurez a través de una serie de personajes que trataban de materializar sus sueños.

'El camino de los ingleses' fue la primera producción de Green Moon, la productora fundada tres años antes por el actor malagueño, quien en 2007 llegó a un acuerdo con la granadina Kandor Graphics para alumbrar cuatro cintas de animación. De ellas la que mayores réditos le ha proporcionado ha sido 'El lince perdido', un título dirigido por Raúl García Sanz y Manuel Sicilia Morales que fue galardonado con el premio Goya a la mejor película de animación en 2008.

Sin embargo, ha sido esta última faceta, la de productor, la que mayores dolores de cabeza le ha dado a Antonio Banderas. Kandor Graphics se encuentra actualmente en concurso de acreedores, tras una serie de fiascos en la que sobresale el de 'Justin y la espada del valor', una película de animación en la que se invirtieron 22 millones de euros y que únicamente pudo recaudar 2,3 millones de euros.

Apenas una mancha en una brillante trayectoria que no le ha quitado al malagueño el gusto por la producción, a la que ha regresado con 'Autómata', una película de ciencia-ficción dirigida por Gabe Ibañez y en el que Banderas vuelve a compartir créditos con su ex, Melanie Griffith. El propio actor presentó la cinta en la última edición del Festival de Cine de San Sebastián, semanas antes de recoger en otro certamen, el de Sitges, el Gran Premio honorífico a su trayectoria profesional. Un reconocimiento al que ahora se suma el Goya de Honor para un intérprete al que hasta ahora se le había resistido la estatuilla, tras cinco candidaturas fallidas.