Las tiendas especializadas y la venta 'online' mitigan la caída de la facturación

El auge de la venta de cómics, por el que han apostado empresarios culturales, editores y público, ha supuesto un soplo de aire fresco en medio de un sector martilleado como pocos por la crisis. La empresa que dirige Díaz es un ejemplo: Comic Stores cuenta ya con dos tiendas en Málaga capital, ha abierto franquicias en Ronda y Fuengirola y pronto anunciará una apertura fuera de la provincia. «No tenemos queja. El año pasado funcionó bien y este ejercicio va por el mismo camino», asegura Díaz, consciente de que su situación es toda una rareza: «Sé que, en general, la campaña navideña no fue todo lo bien que se esperaba y que este primer cuatrimestre tampoco ha funcionado especialmente, pese a que el año pasado sí hubo una leve recuperación respecto a 2014».

Las editoriales también nadan desde hace años contracorriente. Es el caso de Miguel Gómez Ediciones, que tras una temporada de recesión, sacando tan solo dos títulos al año, ha vuelto de la mano del hijo de su fundador, Jacobo Gómez: «Hemos regresado con ilusión, pero somos conscientes de que las ventas cada vez son menores, sobre todo en ensayo y poesía, que son los dos géneros a los que nos hemos dedicado principalmente». La editorial, que apostará por aumentar su catálogo de narrativa y por las ilustraciones, cuenta ya con cien títulos. En ocasiones los oficios de librero y editor se funden en uno solo, como en el caso del gerente de Proteo, responsable también de Ediciones del Genal, con más de veinte años de experiencia sacando libros locales: «Sería necesario más apoyo mediático y que las instituciones nos ayudasen a promocionar las visitas de escritores».

Propiedad Intelectual

Respecto a la piratería, desde la Federación de Gremios de Editores de España lamentan el aumento de esta actividad ilegal en el mundo del libro, el sector en el que más ha aumentado en los últimos años. A pesar de la entrada en vigor en enero de 2015 de la reforma de la Ley de Propiedad Intelectual, así como de la Ley de Enjuiciamiento Civil y del Código Penal, y de las posibles mejoras, en la federación consideran que la ausencia de sanciones administrativas provoca «la falta de credibilidad» de esta ley y subrayan que «el problema de piratería no es el dinero que se deje de perder, sino la modificación de los hábitos y la inhibición de la compra». «Sin piratería es posible que la facturación fuera el doble de lo que es en estos momentos», señalan.