Aparecen los restos de la puerta que se abrió a la muralla a finales del siglo XV
Las excavaciones dejan a la luz parte de lo que pudieron ser los muros protectores de esta entrada, que llegó a contar con una aduana
Jesús Hinojosa
Lunes, 24 de agosto 2015, 00:36
No muy lejos del Museo Thyssen, en el extremo de la calle Compañía más próximo al Guadalmedina, también la empresa Arqueosur, la misma que realizó ... las excavaciones de la casa romana, lleva a cabo igual tarea por encargo de la Gerencia Municipal de Urbanismo para analizar los restos de lo que pudo ser la puerta que, a finales del siglo XV, se abrió en este punto de la muralla medieval de la ciudad. De ahí el nombre este tramo de calle como Puerta Nueva, ya que en este lienzo del cerco del siglo XI no hubo entrada en origen.
Sonia López, arqueóloga que trabaja en esta excavación, explicó que esta puerta se abrió en 1494 para facilitar la entrada a la ciudad de hortelanos que venían de las tierras situadas en la otra orilla del río a vender sus verduras. «La entrada y salida de comerciantes por este lugar fue tal que se llegó a instalar un punto de aduana para que pagaran impuestos por acceder para comerciar con sus productos en la ciudad. En esta aduana hubo un oratorio con la imagen de la Virgen de los Remedios, primero, y con la de Santa Catalina, después», precisó.
Debido a las frecuentes crecidas del río, a la puerta inicial se le tuvieron que colocar unos muros protectores a modo de brazos que podrían corresponder a los restos que han aparecido en las excavaciones y que, previsiblemente, volverán a ser ocultados y tapados con una grava especial una vez que sean documentados. Y es que Urbanismo rechaza dejarlos visibles bajo cristales porque ha comprobado que, a la postre, la condensación de la humedad los empaña e impide su contemplación. Según aseguraron fuentes de Urbanismo, el análisis de estos hallazgos no supondrá una parálisis de las obras para reurbanizar este enclave del Centro, que tiene un plazo de ejecución de cuatro meses.
El origen de Carretería
Esta era una zona de la ciudad con un gran déficit de agua. De ahí que, en 1566, se colocara una fuente o pilar de agua justo delante de la Puerta Nueva. Según indicó Sonia López, esto estrechó la zona para acceder a la puerta e impidió que siguieran entrando carros de comerciantes a la ciudad por este punto. «Lo que empezaron a hacer entonces es aparcarlos junto al foso de la muralla, de ahí el nombre de la calle Carretería», desveló. La última reparación de la puerta fue en 1720. Se presume que ya no estaba en pie para principios del siglo XIX.
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