Una larga historia de promesas y compromisos incumplidos
H. B.
Domingo, 19 de enero 2014, 12:26
Pese a que el actual equipo de Fomento se ha visto en la tesitura de comenzar desde cero, según aseguró a SURel pasado mes de ... mayo la ministra Ana Pastor, el corredor ferroviario de la Costa del Sol y la llegada del cercanías hasta Marbella han sido objeto a lo largo de la historia de múltiples anuncios y estudios que el paso de los años han dejado desfasados.
Ya en 1975, cuando el por entonces ministro de Obras Públicas, Antonio Valdés González-Roldán, inauguró el tren entre Málaga y Torremollinos, anunció que en un futuro «más o menos próximo» la línea podría avanzar hacia la zona más occidental de la Costa del Sol, según recuerdan los periódicos de la época
Sin embargo, ya en abril de 1999 Renfe presentó un estudio que aseguraba que una eventual línea de cercanías hasta Marbella no resultaría ni viable ni rentable. No obstante, días después la Junta anunció la licitación de un estudio para prolongar el tren a toda la Costa del Sol desde Nerja a Estepona , con un presupuesto inicial de 23,5 millones de pesetas de la época y un plazo de ejecución máxima de doce meses. La polémica entre ambas administraciones la central, entonces gobernada por el PP, y la autonómica, de signo socialista no había hecho más que comenzar.
Al año siguiente, en pleno periodo preelectoral, el entonces presidente de la Junta y candidato del PSOE, Manuel Chaves, anunció un ambicioso plan con una inversión de 125.000 millones de pesetas que incluía la llegada del tren a Marbella y su extensión hasta Algeciras y la conexión de Málaga con Vélez a través de un tranvía.
Pese a que habían pasado siete años sin que se hiciera nada, en diciembre de 2007 el todavía presidente Chaves se atrevió a ponerle fecha a las promesas: aseguró que antes de seis años el tren llegaría a San Pedro Alcántara.
Meses después, sin que la idea pasara del papel al terreno y a punto de que culminara la legislatura 2004-2008 (la última con alegrías presupuestarias), la Junta y el Gobierno, pese a compartir adscripción política, mostraron sus diferencias al sostener dos criterios que parecían irreconciliables: el Ministerio de Fomento optaba por mejorar la línea Málaga-Fuengirola dentro del trazado existente; la Consejería de Obras Públicas pretendía el desarrollo de un nuevo trazado con los requerimientos de la alta velocidad. Se impuso la opción de Fomento, y en marzo de 2009 la Junta llegó a publicitar la adjudicación del primer tramo de la obra: cuatro kilómetros de túneles entre Fuengirola y Mijas por 164 millones de euros. Nunca más se supo nada de esa obra, solo que poco después se anunciaba la creación de una sociedad mixta que incentivaría la participación del capital privado en el proyecto. Habían llegado las vacas flacas sin que se colocara una sola traviesa.
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