El oasis de la Serranía de Ronda

El río Genal nace en el Igualeja y desemboca en el Guadiaro, por debajo de Gaucín, llegando a ocupar una cuarta parte de la cuenca de éste, esto es, 337 frente a 1.484 kilómetros cuadrados. En las inmediaciones de sus aguas se asientan los 15 municipios del Valle del Genal divididos en Alto Valle del Genal con Igualeja, Pujerra, Parauta, Cartajima, Júzcar, Faraján y Alpandeire y Bajo Valle del Genal, en el que se localizan Atajate, Benadalid, Benalauría, Algatocín, Benarrabá, Gaucín, Jubrique y Genalguacil.

A lo largo de su recorrido es fácil encontrar zonas habilitadas para el baño entre las que destacan por su pozas y la facilidad de acceso las de Júzcar, Alpandeire y Algatocín, Jubrique y Benarrabá. Uno de los lugares preferidos por los bañistas y visitantes es el espacio entre los términos municipales de Algatocín y Jubrique, en el que hay zonas a las que solo se puede acceder a nado. Igualmente, los múltiples arroyos que alimentan el cauce del Genal ofrecen lugares paradisiacos.

Afluencia masiva

Así, el río cuelga el cartel de lleno durante julio, agosto y septiembre, principalmente. Cada fin de semana, cuando el flujo de bañistas es mayor, es habitual la estampa de familias, con mascotas incluidas, cargadas de neveras con comida y bebida, al estilo playero, dispuestas a pasar una agradable jornada. No obstante, los establecimientos en pueblos cercanos invitan a conocer la gastronomía más auténtica del Valle del Genal y sus tradiciones. Para aquellos turistas que se decantan por una estancia más larga, las verbenas y fiestas patronales que celebran los municipios se convierten en un atractivo más.

«Prefiero el río antes que la piscina o la playa, para mí es más natural, es la playa de la Serranía, viene gente de todos sitios», explicó Francisco Javier Martín, natural de Algatocín. Y añadió: «Este año el río lleva menos agua, ha llovido muy poco y se nota bastante».

Beate Edler es una enamorada del río Genal y, sobre todo, de su entorno: «He venido con mis hijos y sus amigos, me gusta que mis hijos crezcan en este lugar tan salvaje». Y es que Beate es natural de Alemania y lleva once años viviendo en Genalguacil: «Nunca antes me había bañado en un río, en Alemania, en la zona de la que provengo, hay lagos muy bonitos pero no ríos, realmente vivo aquí por la naturaleza, también por la gente». Esta alemana, sin embargo, también se queja de algunos de los peligros que amenazan al Genal como pueden ser la contaminación originada por los vertidos de las aguas residuales, no depuradas, de los municipios de la zona y el abuso en la extracción de agua para regadío, lo que podría originar la desecación de tramos. Y es que el Valle del Genal esta catalogado como Lugar de Interés Comunitario (LIC) y no tiene nada que envidiar a los parques naturales de su entorno, de ahí la necesidad de protegerlo aún más.