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REPORTAJE

Cerebros de matrícula

No saben lo que es llevarle un suspenso a sus padres. En cambio, el pasado curso aparecieron en casa con un premio como recompensa a sus largas horas de estudio

M. CARMEN ESPAÑA

Domingo, 23 de agosto 2009, 04:17

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A unos les viene de familia. Otros encuentran su propio camino a través de sus aficiones. Pero todos tienen algo en común. Mientras las cifras sobre el rendimiento de los estudiantes españoles no dan más que disgustos, ellos sobresalen en disciplinas tan dispares como las Matemáticas, la Música, la Medicina o en todas en general.

Para ello, se esfuerzan sin esperar nada a cambio. La satisfacción personal de hacer las cosas bien y la esperanza de que todo el sacrificio les depare un buen futuro les basta para pasarse horas entre libros y apuntes. Pero, al final, el reconocimiento siempre acaba por llegar y, para algunos, lo hace en forma de premio.

Como en el caso de Antonio Ceres, uno de los cuatro ganadores de la XX Olimpiada Matemática Nacional de Secundaria. A sus 14 años, este alumno del colegio Platero puede presumir de saber más sobre Matemáticas que cualquier otro estudiante de segundo de ESO de todo el país. Y, probablemente, también tumbaría a los de cursos superiores, ya que los ejercicios de su nivel le parecen «muy fáciles».

«Los problemas que había que resolver en la Olimpiada eran como los que damos en el colegio, la única diferencia es que no nos decían cómo teníamos que resolverlos», explica Ceres. El proyecto Estalmat de la Junta de Andalucía -destinado a la detección y el estímulo del talento precoz de Matemáticas de los estudiantes nacidos a partir de 1991- así como el apoyo de sus tíos José Manuel y Ana, profesores de esta disciplina, ya jubilados, han sido los pilares sobre los que se ha forjado este genio de los números.

Todo sobresaliente

En cambio, a Illaria della Ratta nunca le han gustado demasiado las Matemáticas. Aún así, su antipatía por las cifras no le ha impedido sacar un diez de media en los dos cursos de Bachillerato. «Me costó la vida sacar buena nota en mates, pero lo logré machacando mucho», comenta esta italiana afincada en Málaga.

Un logro que le ha hecho merecedora del Premio de Educación 'Ciudad de Málaga' -en la categoría de Bachillerato- dotado de mil euros, que ha invertido en un ordenador portátil. Fue una competición muy reñida, ya que fueron seis los alumnos malagueños que se presentaron con un diez de media en el instituto debajo del brazo. «Al final, hicieron un sorteo, pero todos lo merecíamos por igual», sostiene esta alumna del IES Litoral, quien ingresará en Psicología el próximo curso. Una elección vocacional, ya que su expediente le permitía entrar en cualquier carrera universitaria, incluida Medicina, la que exige mayor nota de corte.

Esa fue precisamente la decisión que tomó Cristina Cámara hace ocho años. Ahora, es licenciada en Medicina con una docena de matrículas de honor. Semejante currículo bien merecía una recompensa y le llegó con el Premio Jesús Galán, dotado con 4.600 euros. Un galardón que reconoce a los mejores expedientes universitarios de huérfanos de médicos. «Me gustó mucho recibirlo, pero no me lo esperaba porque incluye a todas las carreras y de toda España», afirma Cristina.

Sin embargo, esta joven de 26 años no tiene la sensación de haberse perdido mucho por dedicarle cuatro horas diarias y algún fin de semana que otro al estudio. La organización es la clave para que le haya dado tiempo a hacer de todo. «He estudiado mucho, pero también jugaba en un equipo de 'volley' y he aprendido inglés y francés», señala Cámara.

Violinista

Alicia Ruiz tampoco ha tenido que renunciar a sus aficiones. Le gusta leer, ir al cine y salir con los amigos; pero su verdadera pasión es el violín, al que llegó por casualidad. «Mis padres me apuntaron al conservatorio como una de las muchas actividades extraescolares que hay y, al final, la niña les salió músico», recuerda. Para ello, ha sacrificado 14 años en el Conservatorio Superior de Música de Málaga, pero lo ha hecho con gusto. Y es que lo que un día fue un hobby es hoy su forma de vida.

Le ha puesto entusiasmo e interés a cada nota que ha aprendido en sus clases de violín y eso se ha reflejado en su expediente. Con un 8,63 de media, ha sido becada por la Fundación Musical de Málaga con 30.000 euros, que empleará para continuar su formación académica durante los próximos dos años. Tiene un futuro tan prometedor como el de cada estudiante malagueño que se esfuerza por tener un expediente de ensueño.

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