'Tuiteando' a Rania
ARANTZA FURUNDARENA
Sábado, 22 de agosto 2009, 04:00
FINA, sí. Discreta, no tanto. Rania de Jordania ha tenido la ocurrencia de colgar las fotos de sus vacaciones en Twitter, una red social a la que este verano también se están asomando famosos como, por ejemplo, Ricky Martin. En su caso, para propagar al mundo lo bien que le comen sus niños. Las vacaciones de Rania no tendrían nada de particular si no fuera porque ella es reina de un país, Jordania, y queda raro que la reina de un país (Jordania o el país que sea) vaya por ahí contando a todo el mundo cómo de estupenda vio a Naomi Campbell el día que coincidió con ella en un muelle o lo magnífica que es Carla Bruni «por dentro y por fuera».
Había olvidado aclarar que Rania no se limita a colocar instantáneas de la típica puesta de sol en el mar. Ella además redacta, de su propia inspiración, el pie de foto (que ya son ganas de ponerse a trabajar de reportera, teniendo, como tiene, la vida resuelta).
Las vacaciones de Rania son, como ya imaginarán, muy parecidas a su fondo de armario. Es decir, caras, exclusivas y, por supuesto, muy 'chic'. Junto a su familia ha recorrido, entre otros enclaves, la Toscana, la isla de Elba, Portofino y Saint-Tropez, donde tropezó por cierto con Naomi y su forradísimo novio ruso. Lo que me pregunto, tras leer sus comentarios, es por qué esta perfeccionista mujer, que pasa por ser una de las más elegantes del mundo, no ha requerido los consejos de un buen 'estilista' (corrector de estilo, en este caso) antes de lanzarse al ruedo de la crónica viajera.
«¿A que es 'cool' mi rey?», pregunta, sin cortarse, la monarca hachemita al comentar una foto que nos presenta a Abdalá II con juvenil chaleco de cuero y subido a una potente motocicleta. O, «he comido tanto helado que han protestado las vacas». Vamos, que ni Audrey Hepburn en 'Vacaciones en Roma'... Hay que ver los curiosos efectos que tiene el país de la bota (o la bota del país) sobre ciertas aristócratas. Como que Rania llega a insinuar que tal vez en una vida anterior (no te digo yo que no) fue italiana. Espero, por el bien de la propia soberana, y de la elegancia mundial, que al decir italiana no esté pensando en 'velinas' y mamachichos.
Otra escala inolvidable de estas vacaciones 'high cost' ha sido la residencia veraniega de los Sarkozy en el sureste de Francia. «Acabo de tener un almuerzo encantador e informal con el presidente Sarkozy y Carla en su residencia de vacaciones», relata la viajera real. «Ha sido agradable verle tan bien y relajado. Un entorno natural así sólo le infunde más pasión y concentración para el avance de su gente. Carla, desde luego, es magnífica por dentro y por fuera». ¿A qué me recuerda a mí esta forma tan encantadora de mezclar banalidad y política? Ah, sí, a los diarios de Kafka: «Hoy Alemania ha declarado la guerra a Rusia. Por la tarde fui a nadar».
Rania se introdujo en las redes sociales con el noble propósito de cambiar el mundo. Pero ya sabemos que se empieza por el 'tuiteo' y se acaba cogiendo unas confianzas... «Hay una 'Queen' (reina) en Twitter, y no es precisamente Queen Latifa», llegó a publicar un diario. Si Rania fuera una estrella de Hollywood o una cantante de moda, el relato de sus vacaciones estaría más que justificado a petición de sus fans. Pero una reina no tiene fans, sino súbditos. Y sería peligroso que ellos, al contemplar su estupendo periplo estival, pudieran llegar a exclamar: «¡Hay que Jo...rdania, lo bien que viven algunos!»
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