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APOYO. Este curso, 159 auxiliares de conversación apoyan a los docentes españoles. / SUR
La enseñanza bilingüe en los colegios tropieza con el bajo nivel de idiomas del profesorado
MÁLAGA

La enseñanza bilingüe en los colegios tropieza con el bajo nivel de idiomas del profesorado

Educación sólo les exige un nivel elemental de la lengua extranjera para empezar a impartir asignaturas como Matemáticas o Historia Más de 39.000 alumnos reciben clases en inglés, francés o alemán

A. SALAZAR

Domingo, 26 de octubre 2008, 03:12

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«In a right angled triangle the square of the hypotenuse is equal to the sum of the squares of the other two sides». Lo que acaban de leer no es otra cosa que el Teorema de Pitágoras de toda la vida, sólo que en inglés. Es el Pythagoras' Theorem que aprenden los alumnos de ESO adscritos al programa de bilingüismo de la Consejería de Educación. Un plan aprobado en 2005 y en el que ya participan 80 centros de Primaria y Secundaria de la provincia, tanto en inglés como en francés y alemán, y que ya ha despertado algunas críticas dentro del sistema educativo. La idea es fomentar la enseñanza de una segunda lengua más allá de las horas específicas para los idiomas, e integrarla en el aprendizaje de materias del currículo. Es decir, que algunas horas de asignaturas como Matemáticas, Tecnología o Educación Física se impartan también en otro idioma. Pero padres y profesores consultados por este periódico se plantean si los estudiantes aprenden igual los contenidos de las asignaturas en otro idioma, sobre todo cuando resultados como los del Informe Pisa demuestran que los alumnos ya tienen bastantes dificultades para adquirir estos conocimientos en la lengua de Cervantes. Es más, también se plantean si los conocimientos de los profesores en lengua extranjera son suficientes para explicar de forma adecuada sus asignaturas. Más aún cuando el nivel se complica en Secundaria. Desde el sindicato de profesores de instituto APIA creen que el programa es «utópico» con los medios de los que se dispone actualmente. «Los profesores de idiomas tienen que dar la clase en español porque los alumnos no se enteran en inglés o francés, así que si ellos, que son expertos, no pueden lidiar con los estudiantes, ¿cómo van a entender al profesor de Historia o de Biología?», se pregunta Curro Fortuny, de Apia. María Dolores Zamora, coordinadora del programa bilingüe de la Delegación de Educación, explica que los docentes se adscriben al programa de forma voluntaria y que para ello deben acreditar su dominio del idioma a través de un examen de nivel o superando el tercer curso de la Escuela Oficial de Idiomas (EOI). Actualmente hay 3.000 profesores en el programa y otros 900 se están formando en los Cursos de Adaptación Lingüística (CAL) de la EOI. La mayor implicación parte de los docentes más jóvenes. Es el caso de Gregorio Gutiérrez, que imparte clases de informática en el IES Sierra Blanca de Marbella. Este profesor asiste por segundo año al curso de actualización lingüística. Como novedad, este curso se han incorporado algunos profesores nativos que imparten clases de Conocimiento del Medio en Primaria. Aun así, la mayoría son docentes españoles que se han reciclado y han sacado en ocasiones los diccionarios de las carpetas de sus años de estudiantes. Conocimiento elemental Pero expertos de la propia Escuela Oficial de Idiomas que prefieren no dar sus nombres aseguran que el nivel de tercero es muy elemental y que el CAL sirve para aprender de forma general la lengua, pero que de ninguna forma se enseña el vocabulario específico de cada asignatura y que «el bilingüismo es otra cosa». Éste es, según Zamora, un trabajo posterior que tienen que hacer los profesores, que cuentan con el apoyo de los auxiliares de conversación. En este curso trabajan en la provincia 159 auxiliares procedentes de más de diez países, una media de dos por centro. En lo que todo el mundo académico parece estar de acuerdo es que el proyecto bilingüe no sería posible sin la implicación de los propios docentes, que se han adherido a esta idea y que han invertido para ello parte de su tiempo libre y de su esfuerzo personal. Pero el bilingüismo plantea cuestiones espinosas más allá de la formación del profesorado. Muchos padres se quejan de que en un mismo centro hay clases del mismo curso que son bilingües y otras que no. Es el caso de Inmaculada García. Esta madre pidió para su hijo una clase bilingüe en el colegio Doctor Fleming, pero como la oferta era menor que la demanda, las plazas bilingües tuvieron que sortearse con la mala suerte de que su hijo quedó fuera. «Es injusto; si en un colegio hay bilingüismo, debería ser posible para todos», dice. Zamora dice sin embargo que en todos los centros donde había más demanda, se ha extendido el idioma a todas las líneas educativas. Otros problema es el del nombre del programa. «El término bilingüismo le queda grande», dice la directora del IES Juan Ramón Jiménez, que defiende, sin embargo, los beneficios del programa. Lo que aprenden los chicos es comprensión oral, pero no se potencia su conversación. Incluso cuando se examinan de esa parte de la asignatura lo hacen en inglés, pero no se puntúa su corrección lingüística en este idioma.

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