Carrera de fondo

Tan sólo tomar parte en la carrera será tan meritorio como digno de elogio. Terminar 21 o 42 km, en cualquier posición, se debe calificar de gesta. Hace mucho empleé 3 horas 18 minutos y 46 segundos en recorrer esos interminables 42 kilómetros.

Aquello me hizo quedar entre los 200 primeros y enorgullecerme de lo conseguido de una manera indescriptible y, probablemente, incomprensible para muchos.

Ahora no corro. Ni siquiera ando y preciso de ayuda para realizar las actividades más básicas de mi vida diaria. Por ese motivo, y porque su esfuerzo es innegable, como parte de su plan de entrenamiento les sugeriría:

Coger una silla de ruedas o caminar arrastrando los pies; colocarse en los oídos unos cascos con la música más estridente de que dispongan a todo volumen; taparse los ojos con unas gafas opacas o una buena venda; por supuesto, todo esto no debe hacerse de modo simultáneo, por lo que conviene dividir la tarea en varias sesiones.

Así pertrechado, aventurarse a recorrer un par de kilómetros de su barrio, entrando en los establecimientos de siempre y haciendo sus compras habituales. Será tan inolvidable como participar en una maratón.

César Jiménez Sánchez

Málaga