El estatus de Gibraltar complica las posibles sanciones por el caso del 'New Flame'

La Junta de Andalucía y el Gobierno de España han acusado ante la Unión Europea a Reino Unido de negligencia y de incumplir el Derecho Comunitario en materia medioambiental. Sin embargo, el responsable de Derecho Internacional Público del Centro de Derecho de la Universidad de Cádiz en Algeciras, Jesús Verdú, considera que estas denuncias presentadas ante la UE «son prácticamente inocuas» y duda de que «puedan llegar a conseguir resultados reales y efectivos. Es muy difícil que haya algún tipo de sanción».

El motivo es que, dentro de la normativa jurídica comunitaria, Gibraltar disfruta de un «estatus específico y privilegiado» ya que, como condición expresa del Reino Unido para ingresar en las Comunidades Europeas en 1973, impuso que la colonia quedara fuera de las normas medioambientales europeas.

Por ello, la UE «no puede de manera unilateral modificar este estatus específico» y es necesaria «la voluntad política del Reino Unido de eliminar las distorsiones que provoca esta situación privilegiada de Gibraltar», comenta el profesor.

Sin embargo, Verdú no cree que haya esta voluntad ya que «indudablemente este estatus le proporciona unos beneficios económicos muy importantes». En este sentido, Gibraltar es el único lugar de Europa donde se realiza bunkering a partir de «gasolineras flotantes», es decir, de grandes petroleros permanentemente anclados en el puerto de la colonia y que suponen un riesgo continuo para el medio marino.

«Faltó valentía»

El 'New Flame' lleva más de seis meses en la Bahía de Algeciras, desde que el 12 de agosto de 2006 chocara al salir del puerto de Gibraltar con el petrolero 'Torm Gertrud'. Según Jesús Verdú, si esa misma mañana se hubiera realizado una reunión conjunta entre autoridades españolas y gibraltareñas «las consecuencias del accidente no tendrían la magnitud que tienen ahora». Sin embargo, según el responsable de Derecho Internacional, en la actuación de España ante el conflicto «faltó valentía y coraje políco y sobró susceptibilidad para no herir las sensibilidades diplomáticas» de Gibraltar y Reino Unido.

«España debería haber actuado con más decisión y haber, de alguna manera, casi forzado un acuerdo con gibraltareños y británicos», señala Verdú. Pero finalmente, «los intereses políticos y diplomáticos pesaron mucho más que las consecuencias medioambientales».

Para el abogado, el «fallo» de Gibraltar es que «no quería ayuda de nadie y ha confiado demasiado en la iniciativa privada. El problema le venía grande, ya que le falta experiencia, personal y medios».

Foro de Diálogo

El ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, que visitó Algeciras el pasado miércoles, anunció la celebración, «lo antes posible», de una reunión del Foro de Diálogo que tendrá como objetivo principal los temas medioambientales.

Según Jesús Verdú, el principal asunto a tratar en este encuentro debe ser el establecimiento de «protocolos de actuación conjunta en caso de accidentes y siniestros en la Bahía de Algeciras». La inexistencia de una coordinación en este tipo de situaciones es «una insensatez» por parte de los dos gobiernos.

Si no existen estos protocolos, relativos a evacuaciones, asistencia sanitaria masiva o prevención, que deben ser «establecidos, coordinados y ensayados», se podría producir «una situación de caos que agravara el problema».

Otros temas básicos que deberían ser tratados en el encuentro son el establecimiento de mecanismos de seguridad en la navegación en la Bahía de Algeciras, así como la regulación de actividades de riesgo, «especialmente el bunkering, y la creación de «sistemas coordinados de inspección de los buques que entran en la Bahía». Verdú señala que en la zona adyacente de Gibraltar «es constante la presencia de buques denominados 'substandar' que no parece que cumplan la normativa internacional y europea en materia de prevención de la contaminación marina», apunta.

Por otro lado, resalta la importancia de «exigir estudios de impacto ambiental transfronterizos en las obras que se realicen a ambos lados de la Bahía». El profesor pone como ejemplo las obras de ampliación por la cara Este de Gibraltar que en su opinión «deberían ser paralizadas, porque van a crear serios problemas ambientales en las playas de San Roque, La Línea y Estepona, además de incrementar las controversias relativas a la delimitación de espacios marinos».

Finalmente, Verdú señala la necesidad de realizar estudios epidemiológicos «sobre toda la población del lado español y del lado gibraltareño», en relación con la incidencia de enfermedades causadas por el desarrollo industrial.