Laniado vincula el rechazo a Picasso en Málaga con la creación de su museo en Barcelona
El director de la pinacoteca catalana recuerda cómo se truncó en 1954 el deseo del genio de donar «dos camiones» con su obra a su tierra natal
SUR
Domingo, 4 de agosto 2013, 23:38
«Demasiada coincidencia»: poco después de que se rechazara una donación de obras de Picasso a Málaga, se impulsó la creación de su museo en ... Barcelona. El director de la pinacoteca, Bernardo Laniado-Romero, vinculó ayer ambos hechos ocurridos entre 1954 y 1955, y concluyó que el 'no' en Málaga dio lugar a que el artista llevara sus creaciones a la capital catalana.
Laniado-Romero, que intervino ayer en el curso de verano de la Universidad de Málaga 'Picasso y sus museos', relató en la Casa Natal del pintor el proceso de creación del Museo Picasso de Barcelona, en cuya inauguración hace cincuenta años se produjo la paradoja de que se obvió el nombre del artista a raíz de una consigna oficial del régimen franquista.
En 1953, el delegado de Bellas Artes en Málaga, Juan Temboury, escribió a Picasso y le solicitó la donación de dos obras de cada técnica, a lo que Picasso , «entusiasmado, replicó que no enviaría dos obras, sino dos camiones», según el testimonio de la nuera del artista, Christine, citado por Laniado-Romero, que también dirigió el Museo Picasso de Málaga entre 2004 y 2009. Un año después, el propio pintor encargó a su hijo Paul que se desplazara a Málaga, un viaje que haría en moto junto a Christine, pero «el gobernador militar de Málaga rehusó la donación de obras».
Pocos meses después, el secretario personal de Picasso , Jaime Sabartés, viajó a Barcelona y en 1955 empezó a plantearse donar a esta ciudad su colección de obra picassiana, que sería el germen del Museo Picasso, y este deseo se consumaría con la intervención decisiva del notario Raimon Noguera. Noguera espetó al entonces alcalde barcelonés, Josep María de Porcioles, que podía elegir «entre pasar a la historia como el alcalde que dio la espalda a Picasso o el que hizo posible el Museo Picasso en pleno franquismo». «No era todavía un franquismo tardío. Estaba muy presente la obra 'Sueño y mentira de Franco', Picasso estaba muy implicado con el Partido Comunista y se le consideraba pornógrafo y anticlerical», apuntó Laniado-Romero, en declaraciones que recoge Efe.
El 2 de marzo de 1963, solo una semana antes del acto, el alcalde anunciaba en una carta a Sabartés la inauguración del museo, se desconoce si por descuido, por mala gestión o con la intención de que el secretario de Picasso no tuviera tiempo de desplazarse desde Francia al evento.
En esos días previos, un oficio del Ayuntamiento ordenaba que se expurgara el nombre de Picasso de cualquier documento oficial y que el acto inaugural fuera eminentemente cultural y solo con invitados locales.
Así se llegó a la gran paradoja de que, en la tarjeta oficial del Ayuntamiento, el alcalde invitaba «a la apertura de la exposición de la Colección Jaime Sabartés», que sería como se conocería en sus primeros meses al museo, omitiendo el nombre de Picasso, como recordó Laniado.
De ello llegó a hacerse eco el periódico 'The New York Times', por lo que el régimen franquista rectificó y a finales de 1963 un cartel en la puerta ya empezó a denominar el espacio como Museo Picasso. En 1968 llegaría la primera donación del genio a la ciudad condal, pero sería la cesión de 1970, con gran parte de su obra de juventud, lo que convertiría al Museo Picasso de Barcelona «en el lugar donde poder estudiar la génesis del genio», destacó su director.
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