La ofensiva final no le da al Unicaja para doblegar al Barcelona

Se quejaba días atrás el entrenador del Unicaja de la falta de consistencia de su equipo al comienzo de los partidos porque era algo que luego les obligaba a un esfuerzo extra para volver a los encuentros. Las palabras del técnico griego han caído repetidamente en el olvido, tal y como se pudo comprobar al comienzo del choque contra el Barcelona. Si ante un equipo normal de la ACB, el nivel de concentración debe ser alto, frente al cuadro catalán, mucho más por la calidad de su plantilla. El Unicaja fue un juguete en las manos de los azulgrana durante los primeros diez minutos del partido. La consistencia defensiva del Barcelona maniató al cuadro cajista, incapaz en muchos ataques de lanzar a canasta y dando múltiples concesiones en defensa. A los cuatro minutos perdía 4-10 con Higgins dominando el partido en las dos partes del campo. El Barcelona tenía bien estudiado al Unicaja y castigaba la defensa de Brizuela. Los hombres de Jasikevicius anotaban con pasmosa facilidad debajo del aro local y luego siempre hacían un esfuerzo extra en defesa. Ni la entrada de Jaime Fernández reactivó a un equipo superado. La diferencia de 11-23 con la que se cerró el primer cuarto pudo ser mayor, pero el Barcelona falló varios tiros liberados desde la larga distancia. Esos once puntos anotados, el 0/5 en triples, las dos asistencias y las 4 pérdidas resumían el mal primer cuarto del Unicaja.

Esos tiros que antes falló el Barcelona, ahora sí que los metía Kuric, lo que impidió que el regreso de Brizuela con mucho más acierto no sirviese para nada. El vasco protagonizó varias acometidas a su estilo que levantaron al Carpena, pero su equipo insistía en darle facilidades a un rival ante el que no se puede hacer eso. El Barça, sin la facilidad del comienzo, seguía controlando el partido con un dominio total del rebote ofensivo (17-27, min. 14. La rotación exterior del Unicaja, el principal sustento anotador del equipo, sólo llevaba siete puntos a estas alturas del choque. El 0-11 en triples con el que el Unicaja cerró la primera parte explicaba los problemas de los 'pequeños' para encontrar tiros medianamente cómodos; los 23 puntos anotados (23-35) también...

El equipo malagueño sólo podía voltear la situación con una gran dosis de entrega, pues la diferencia con su rival era abismal después de lo visto en los dos primeros cuartos. Un 8-3 de parcial con, por fin, los primeros triples del partido, hicieron soñar con la remontada (29-35), pero el Barcelona castigó al Unicaja donde más le dolía. La presencia de Nigel Hayes en la pista fue el factor diferencial para marcar diferencias, especialmente físicas, con los aleros y los escoltas locales. El estadounidense del Barcelona estaba en todas partes, él Kuric, con un recital desde la línea de tres, dejaron en nada el arreón del equipo malagueño, que llegó al último cuarto perdiendo 47-56.

Tenía el Unicaja todavía diez minutos más para intentar lo que no había conseguido hasta ahora. Parecía complicado porque la superioridad del Barcelona era evidente. Jaime Fernández entró definitivamente en el partido. Lo peleaba el equipo cajista, pero la falta de solidez en el rebote defensivo fue un lastre enorme, porque los jugadores azulgranas tuvieron dos y hasta tres opciones para anotar en algunos ataques (55-68, min. 35). La opción de Jaime Fernández desapareció al señalarle los árbitros dos técnicas al ser arrollado intentado forzar la personal. Definitivamente el Unicaja está en el punto de mira del colectivo arbitral que de forma sistemática ya penalizan a los jugadores malagueños en estas acciones. El madrileño fue descalificado, al igual que el estadounidense Davies, instantes después. A pesar de perder a su mejor hombre, la confusión de esos minutos sentó peor a un Barcelona que ya se veía ganador. Desde la expulsión de Davies, el Unicaja logró un parcial de 10-0 (70-72) liderado por Cole, que enmendaba al final un mal partido. Todo se puso de cara. ¡Hasta Kuric falló un tiro libre! El Unicaja gritaba el «¡Sí se puede!» El triple de Cole no entró, pero siguió creyendo el Unicaja que robó el balón con 12,6 segundos por jugar. La suerte de los tiros libres acabó con las opciones cajistas. Falló uno Abromaitis y Higgins sentenció el choque.