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Del médico descubridor al pintor salpicador
Albas y ocasos

Del médico descubridor al pintor salpicador

Albas y ocasos ·

Tal día como hoy nacía Christiaan Ejkman, descubridor de la importancia de las vitaminas, y moría Jackson Pollock, pintor expresionista abstracto que fue bautizado por la revista 'Time' como Jack The Dripper (Jack el salpicador) en irónica alusión a Jack The Ripper (Jack el destripador)

maría teresa lezcano

Domingo, 11 de agosto 2019, 14:23

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Tal día como hoy nacía Christiaan Ejkman, descubridor de la importancia de las vitaminas, y moría Jackson Pollock, pintor expresionista abstracto que fue bautizado por la revista 'Time' como Jack The Dripper (Jack el salpicador) en irónica alusión a Jack The Ripper (Jack el destripador).

Christiaan Ejkman 11-8-1858/5-9-1930

Once de agosto de 1858, Nijkerk, Países Bajos. Nace Christiaan Ejkman, y en este punto es posible que ustedes se pregunten: «¿Y quién es él, en qué lugar se enam...», ah, no, que esta es otra historia. El asunto es que probablemente el nombre de Christiaan Ejkman, en el mejor de los casos les suene de algo pero no identifiquen el origen del susodicho sonido metafórico y, en el peor, les deje boquiabiertos pensando quién será ese Christian con dos aes y un apellido que comienza un poco como una interjección de asco y acaba en hombre inglés. Pero ¿qué me dicen de las vitaminas, esos compuestos heterogéneos imprescindibles para la vida, incluso la vida académicamente desconocedora del tal Ejkman? Pues fue precisamente el citado Christiaan Ejkman el descubridor de la importancia de las vitaminas y el identificador pionero de la vitamina B1, trabajos que le valieron el Premio Nobel de Medicina en 1929. Cursó Ejkman sus estudios de Fisiología en la Universidad de Ámsterdam, tras lo cual se trasladó a investigar a Sumatra y a Java, donde contrajo el paludismo, también conocido como malaria, enfermedad que le conminó a regresar a Europa, en cuya universidad berlinesa trabajaría en aspectos relacionados con la bacteriología con Robert Koch, quien andaba ya a la caza y captura de su bacilo homónimo, vector de la temida tuberculosis, renombrada como consunción en el mundo anglosajón. Ya fisiológicamente desmalariado, regresó Ejkman a Java, donde se presume que no abundaban las diversiones ya que se entretenía el futuro Premio Nobel en observar a todas horas a las gallinas javanesas, hasta que se percató de que las aves galliformes que comían arroz sin cáscara desarrollaban polineuritis, conjunto de males parecido al beriberí, mientras que las gallus domesticus que ingerían el arroz con cáscara permanecían sanas (de las que no comían arroz en absoluto nada se sabe). Fue en ese punto donde a Christiaan se le encendió la neurona del eureka y fue iluminado por la certeza de que en las cáscaras arroceras había una sustancia no conocida que en un organismo carente de ella desencadenaba un cierto tipo de enfermedades. Et voilà, o, trasladado al holandés, dat is: las vitaminas habían sido descubiertas, aunque no serían oportunamente bautizadas hasta unos años más tarde. En cuanto a Ejkman, además del Nobel le adjudicaron un cráter lunar al mérito. Y es que hoy en día si no tiene usted un cráter lunar a su nombre no es nadie.

Jackson Pollock 28-1-1912/11-8-1956

Noventa y ocho años después del nacimiento holandés de Christiaan Ejkman moría, en la estadounidense ciudad de Springs, Paul Jackson Pollock, más conocido con el Paul obviado, influyente pintor norteamericano y principal artista del expresionismo abstracto. Tras estudiar en el Art Students League of New York, Pollock se sumió en la Gran Depresión, crisis económica mundial donde las haya, y en su depresión privada que intentó ahogar en alcohol hasta que el alcoholismo lo encaminó a psicoterapia junguiana, cuyo examen analítico a su vez le impulsó a beberse hasta la colonia de baño. Al tiempo que iba regando inconscientes colectivos y arquetipos existentes con espirituosos varios, Pollock revolucionaba el arte pictórico renunciando al caballete y dejando que el lienzo, colocado en el suelo, absorbiera la pintura que iba salpicando directamente con alguna parte del cuerpo o a través de utensilios empapados en pintura que a modo de escupitajos iba lanzando sobre la tela; innovadora técnica por la cual la revista 'Time' le apodaría Jack The Dripper (Jack el salpicador), en irónica referencia a Jack The Ripper (Jack el destripador). Tanto y tan bien salpicó Jack, influido por los muralistas mexicanos y el automatismo surrealista, que más de sesenta años tras su muerte, acaecida mientras conducía su Oldsmobile con una cogorza del tamaño de su Wyoming natal, Christie's, mítica casa de subasta donde se cuecen los grandes huevos del arte, se relame cada vez que un Pollock pasa por su atril, y que dos físicos aseguran que algunas obras de Pollock muestran propiedades de fractales matemáticos, arguyendo que el artista podría haber tenido una intuición de la naturaleza de la Teoría del Caos –sí, aquella que suscribe, con menos poesía pero más ecuaciones, que el aleteo de una mariposa se puede sentir al otro lado del mundo–, diez años antes de su propuesta científica. En cualquier caso a Pollock no le endilgaron cráter lunar por mucho que se le presupongan fractales a sus obras, aunque sí una película biográfica protagonizada por Ed Harris, quien fue nominado al Oscar al mejor actor por la academia hollywoodense aunque finalmente se lo quedó, por 'American Beauty', un Kevin Spacey anterior al escándalo sexual. See you later, alligator.

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