La coartada de unos narcos tras un alijo: alegan que estaban en la playa para tener sexo
Los jueces tumban su excusa y recuerdan que los guardias civiles siguieron las huellas de sus pies mojados desde la lancha de la que se bajaban los fardos hasta los matorrales en los que se escondían
La Guardia Civil pilló a un grupo de narcos en pleno desembarco de hachís en Mijas. Cada uno intentó escapar como pudo, pero algunos fueron ... capturados. Los agentes vieron a varios hombres huir a la carrera por la playa, tras lo que siguieron las huellas de sus pies mojados hasta unos matorrales. Allí, agazapados y escondidos, sorprendieron a dos. Los pillaron 'con las manos en la masa', pero, en un intento desesperado de no ser condenados, aseguraron que ellos no tenían nada que ver con aquel alijo, que estaban allí manteniendo relaciones sexuales. La excusa no coló ante el tribunal, que les ha declarado culpables de un delito de tráfico de drogas.
Los hechos tuvieron lugar el 4 de noviembre de 2020. Sobre las 06.45 horas, varias personas avisaron a la Policía Local de Mijas y a la Comandancia de la Guardia Civil de que se estaba llevando a cabo un alijo en la zona de la playa del Sheriff, a la altura del punto kilométrico 202 de la A-7.
Los testigos explicaban que una embarcación tipo zodiac, equipada con varios motores, se encontraba en la orilla cargada con fardos, que estaban siendo descargados por un grupo de narcos. Los cargaban en una furgoneta Opel Vivaro, en la que la droga iba a ser trasladada hasta una guardería, que es como se denomina en el argot policial a los lugares en los que las mafias almacenan los estupefacientes antes de venderlos en el mercado negro.
Las autoridades montaron un dispositivo en cuestión de minutos y la Guardia Civil logró sorprender a los narcos durante el alijo. Los delincuentes huyeron como pudieron, algunos de ellos en la embarcación (que no fue localizada), otros en la furgoneta y el resto a pie por la playa.
Los agentes persiguieron a los que intentaban escapar a la carrera, localizando a unos cien metros del punto en el que se producía la maniobra a dos narcos escondidos entre unos matorrales. Uno estaba a tres metros del otro y tenían la ropa mojada.
Se trataba de un ciudadano cubano de 38 años de edad y de un dominicano de 22. Fueron inmediatamente arrestados por los guardias civiles, ya que instantes antes estaban descargando los fardos de la embarcación neumática.
Con la playa controlada, tocaba localizar a la furgoneta. Con la descripción del vehículo compartida entre las distintas unidades, fue una patrulla de la Policía Local de Mijas la que la interceptó a solo tres kilómetros de distancia del lugar del alijo.
Arrestaron al conductor, un joven español de 25 años, así como al copiloto, un chico que también es de nacionalidad española y tiene 20. Al comprobar la carga, descubrieron que la furgoneta trasladaba casi 1.560 kilos de hachís, lo que podría haber alcanzado en el mercado negro un precio de más de dos millones y medio de euros.
Las pesquisas llevadas a cabo sobre este caso permitieron identificar a otra pieza clave en este desembarco de hachís. Se trata de una joven española de 23 años, que se encargó de alquilar el vehículo que fue empleado en el desembarco de hachís.
El juicio
Así lo reconoció en el juicio de este caso, que se celebró en la Audiencia Provincial de Málaga. Dijo que lo hizo a cambio de dinero, al igual que el conductor y el copiloto de la furgoneta, que asumieron los cargos y explicaron que estaban enganchados a las sustancias estupefacientes en aquella época.
Los únicos que no quisieron admitir su implicación fueron el procesado de origen cubano y el de República Dominicana. Según se indica en la sentencia de este caso, su defensa alegó que aquella madrugada se encontraban en la playa manteniendo relaciones sexuales.
Esta teoría fue rápidamente tumbada por el tribunal. Al respecto, argumentaron que dos de los procesados les incriminaron como dos de las personas que estaban alijando en la playa del Sheriff. Además, recuerdan que los guardias civiles siguieron las huellas de sus pies mojados hasta el matorral donde se escondían.
Los magistrados de la Audiencia Provincial van más allá e insisten en que estaban agazapados tras los matorrales y separados tres metros el uno del otro. Así refutaron la excusa del sexo presentada en el juicio y los han condenado con las penas más altas en este caso.
Los cinco procesados han sido declarados culpables de un delito contra la salud pública. Los dos narcos que alijaban en la playa han sido condenados a tres años y nueve meses de cárcel, así como al deber de pagar una multa de 2,6 millones de euros.
Por su parte, el conductor de la furgoneta y el copiloto tendrán que cumplir tres años de prisión y pagar la misma multa. La pena inferior es para la joven que alquiló la furgoneta, a la que se le imponen dos años de cárcel y una multa de 1,3 millones de euros.
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