Medio siglo de condena por abusar de cinco sobrinas en Málaga

La última de esas sentencias acaba de ser dictada por la Sección Segunda de la Audiencia Provincial y contempla penas por un total de 47 años y tres meses de prisión por abusos y agresiones sexuales a cinco sobrinas, que se suman a los cuatro años de reclusión que se le impuso por los tocamientos a la niña que destapó el caso, tal y como ha venido informando Diario SUR.

Según el fallo, el hombre se aprovechaba del parentesco y de la «estrecha relación» que mantenía toda la familia para satisfacer sus «deseos libidinosos». La sala subraya que el condenado aprovechó para la ejecución de los abusos que las víctimas, al ser sobrinas, solían quedarse a dormir con frecuencia en su casa.

También destacan los magistrados la «superioridad moral» que tenía respecto a ellas no sólo por su edad, sino por la relación de parentesco y «la inmadurez» de las menores, la «vergüenza» que sentían y el «temor a las consecuencias para su familia», por lo que «callaron y permitieron que tal conducta se prolongará en el tiempo».

El tribunal describe en los hechos probados los abusos y agresiones sufridos por cada una de las menores, que no van a ser reproducidos. Dos de las víctimas son discapacitadas, lo que ha sido tenido en cuenta en la sentencia, que le atribuye dos delitos de agresión sexual y cinco de abusos con prevalimiento.

En total, los magistrados de la Sección Segunda lo han condenado a 47 años y tres meses de cárcel y 104 años de alejamiento respecto a las cinco menores que figuran en esta causa, según la resolución judicial, a la que ha tenido acceso este periódico.

Esta sentencia se suma a la que le impuso en abril la Audiencia Provincial por abusos a la menor que destapó el caso. La pena fue de cuatro años de prisión, dos menos de los que solicitaba la acusación particular, ejercida por el abogado Juan Antonio Martínez Santiago en representación de la familia de esta niña.

La investigación arrancó a principios de 2022. Tras la revelación de la psicóloga, la progenitora acudió a su centro de salud para que exploraran a su hija y le extendieran un parte médico. Después conversó con la trabajadora social, a la que le contó lo sucedido, y tras esa charla decidió no denunciar para evitar causar un trauma a la niña, que estaba muy reacia a hablar. Optó por que siguiera tratándola la psicóloga.

Pese a la decisión de la madre, el centro de salud notificó lo sucedido al juzgado de guardia, que en aquella fecha era el de Instrucción número 11 de Málaga capital. Y el magistrado ordenó al Grupo de Menores (Grume) de la Policía Nacional que investigara lo sucedido.

Los agentes contactaron por teléfono con la madre, que repitió lo que le habían contado la psicóloga y su hija, aunque reiteró su deseo de no denunciar los hechos. Los funcionarios recabaron el informe de una trabajadora social, consultaron los antecedentes del sospechoso (cuatro, aunque ninguno por delitos de naturaleza sexual) y el 4 de abril remitieron un atestado al juzgado.

Al correrse la voz, otra madre de la familia, que en este caso sería cuñada del sospechoso, decidió hablar con sus hijas para comprobar si a ellas les había ocurrido algo parecido. Era mayo de 2022. La primera lo negó, aunque más tarde acabaría revelando que sí había sufrido tocamientos, pero que no había querido contarlo porque le daba pena cómo pudiera afectar eso a su tía y a sus primas.

Al escucharla, su hermana, que sufre una discapacidad psíquica del 75%, confesó espontáneamente que ella también había sido víctima de abusos por parte de su tío político. El primer impulso de la madre fue contactar con su hermana, pero al ver que ella no daba credibilidad a los hechos decidió cortar la relación. La mujer llegó a ir a comisaría, aunque tampoco denunció en aquel momento porque era la palabra de sus hijas contra la de él.

Fue en el colegio de las menores donde, en octubre de ese mismo año, detectaron que una de las niñas refería unos posibles abusos y citaron a la madre a una reunión con el equipo pedagógico. En ese encuentro, la mujer volvió a contar lo que le habían dicho sus hijas y el segundo caso, ahora sí, se judicializó.

La titular del Juzgado de Instrucción número 10 de Málaga ofició al Grume de la Policía Nacional para que indagara. Al chequear la identidad del denunciado, los agentes comprobaron que no tenía antecedentes por abusos, pero se toparon con su propia investigación, la de la primavera pasada, sobre otra niña de la familia, la menor de 9 años que se lo contó a su psicóloga.

El caso aún se ampliaría a otra unidad familiar. Entre noviembre y diciembre de 2022, tres hermanas comparecieron en comisaría para denunciar al sospechoso, marido de su tía carnal, por numerosas agresiones sexuales. Dos de ellas ya son mayores de edad, aunque los hechos que relataron habrían sucedido cuando aún eran menores. Una de ellas declaró que la premiaba con dinero, chocolatinas o vápers.