Un ladrón se ceba con una farmacia de Ciudad Jardín y roba en ella por tercera vez

Juan Cano y Alvaro Frías

Málaga

Sábado, 20 de febrero 2021, 00:24

Comenta

Las cámaras de seguridad tienen grabados todos y cada uno de los golpes. En concreto, tres hurtos en solo dos meses, en los que la forma de proceder del ladrón que se ha cebado con su farmacia siempre es la misma. Entra en el local y se dirige a la zona en la que se encuentran los productos de cosmética. Allí se hace con los artículos, que oculta bajo sus ropas, tras lo que se marcha del establecimiento.

El objetivo es la farmacia que Eloísa Molina regenta desde 1987 en el número 14 de la calle Fray Luis de León, junto a los aparcamientos que están enfrente del pabellón de Ciudad Jardín. Ese es el lugar en el que el delincuente está causando estragos.

El primero de los hurtos que protagonizó este hombre fue a mediados del pasado mes de diciembre. El día 12, pasadas las 18.45 horas, las cámaras lo captan entrando en el local y dirigiéndose, directamente, a la zona de cosmética, donde empezó a coger artículos. Fue entonces cuando una clienta se percató de lo que hacía.

Comenzó a gritar para alertar al personal de la farmacia, pero el ladrón, ni corto ni perezoso, salió caminando del establecimiento. No fue hasta que atravesó el arco de seguridad, que comenzó a pitar, cuando inició una huida a la carrera en la que no pudieron darle alcance. Se llevó alrededor de 168 euros en productos.

Eloísa denunció los hechos y ofreció una descripción del sospechoso a los agentes. Un hombre de mediana altura, de complexión delgada y moreno de pelo, así como de piel. Rasgos generales de un ladrón que oculta su cara tras la mascarilla obligatoria para evitar contagios de la pandemia del coronavirus.

Pero en la farmacia no tardarían en volver a verlo. Al día siguiente, sobre las 16.45 horas regresó a la botica. La forma de actuar fue la misma, cogió los artículos y los escondió bajo sus ropas, aunque en esta ocasión lo delató el arco de seguridad, que comenzó a pitar, cuando salía de la tienda, sin que lo viera ningún cliente. En esta ocasión, el botín ascendía a unos 290 euros.

El último de los golpes tuvo lugar en la mañana del día de los enamorados. A las 08.35 horas entraba en la farmacia un hombre que robó artículos de la zona de cosmética valorados en 420 euros. Fue al revisar las cámaras de seguridad cuando los empleados identificaron al sospechoso y lo relacionaron como el autor de los dos hurtos anteriores.

Todos los robos han sido denunciados ante la Policía Nacional, cuyos agentes han abierto una investigación para detener al delincuente. Cuentan con las grabaciones de las cámaras de seguridad, así como con la descripción del sospechoso al que esperan arrestar gracias a las pesquisas.

Pero el daño provocado por este ladrón no ha sido el único que ha sufrido Eloísa durante la pandemia. La farmacia registró otros dos hurtos más, que fueron grabados por la cámara. Uno de ellos de dos mujeres que también se escondieron bajo las ropas productos de la misma zona de cosmética en la que actuó el delincuente reincidente, ellas ya fueron detenidas y el juez les impuso la prohibición de acercarse al negocio. Por otro lado, también robó un hombre que se hizo con un artículo cuando esperaba en la caja unas medicinas.

Se trata de una situación que la boticaria no había sufrido nunca, y eso que en el tiempo que lleva al frente del negocio la han atracado a punta de pistola –hace 15 años– o de navaja –hace dos–. Sin embargo, nunca le han robado con la frecuencia que lo están haciendo desde que empezó la crisis del coronavirus.

La causa la encuentra ella en que, con las reestricciones de la pandemia, hay menos negocios abiertos y que los delincuentes se decantan por las farmacias. «Y encima es más difícil pillarlos con las mascarillas«, añade Eloísa. «Por más cámaras, más denuncias y más juicios, no sirve de nada. Sienten una impunidad total. Aparte de las pérdidas económicas, que hacen mucho daño al negocio, está cundiendo el miedo entre algunos empleados. Eso es lo peor», se lamenta la boticaria.