Así embaucó el cuidador a un anciano para dejarlo sin casa en Estepona

Alvaro Frías y Juan Cano

Málaga

Jueves, 24 de junio 2021, 00:39

Comenta

Cuando los policías nacionales que han llevado el caso se entrevistaron con el anciano, apenas recordaba lo que había pasado en los últimos meses. No se acordaba de que había vendido su casa, tampoco su coche, y que lo único que le quedaba eran 44.000 euros en un cheque que su cuidador estaba a punto de cobrar con él en el banco. Los agentes lo tienen claro, el joven que acompañaba a aquel hombre lo había embaucado, se había aprovechado de su situación para despojarlo de todos sus bienes.

Los hechos tuvieron lugar en Estepona. El personal del banco fue el que llamó a la Policía Nacional al ver que su cliente no se encontraba bien. Estaba como desorientado e iba acompañado por un joven rumano de 24 años, cuando intentaban cobrar un cheque por valor de 44.000 euros procedentes de la venta de una casa.

La vivienda, un piso bien situado en el centro de Estepona, con dos habitaciones, terraza, plaza de garaje y trastero, era la única propiedad que le quedaba al anciano -británico de 79 años-. Su coche, tal y como averiguaron los policías nacionales posteriormente, había sido vendido por el cuidador, según ha contado una de las investigadoras de este caso a SUR. Hacía solo una semana, el hombre había malvendido el domicilio a un precio muy inferior al del mercado.

Pero ni el notario, ni los compradores ni los trabajadores de la inmobiliaria que medió en la venta se dieron cuenta de que el anciano no se encontraba bien. En cambio, los policías nacionales, al acudir a la entidad bancaria tras el aviso de los empleados, solo tuvieron que cruzar dos palabras con él para observar que presentaba algún tipo de demencia. «No se acordaba de nada, es como si su pasado cercano se hubiera borrado por completo. No se acordaba de la venta del piso ni de donde estaba viviendo. Tampoco de haberse deshecho de su coche», ha precisado la investigadora.

Los agentes sospecharon desde un primer momento del cuidador. De hecho, cuando se presentaron en el banco alertados por los empleados de la entidad, el joven se mostró poco hablador. No ofreció muchas explicaciones e insistió en estar todo el rato al lado del anciano. No se quiso separar de él ni un segundo, sin dejarlo que estuviera a solas con los policías, cortándolo todo el rato cuando comenzaba a hablar. Tanto es así que los investigadores tuvieron que separarlos para poder entrevistarse tranquilamente con el anciano. Sin embargo, no recordaba nada de lo que había ocurrido y solo insistía en que el joven lo cuidaba mucho.

El hombre no sabía donde estaban los 30.000 euros que le habían dado en efectivo en la notaría, de hecho, no recordaba ni haberlos recibido ni la venta de la casa. Los agentes comprobaron que la transacción ya estaba cerrada y que el hombre estaba viviendo en un apartamento alquilado.

«En esta clase de delitos se suele actuar así. Los delincuentes se ganan la confianza de su víctima y poco a poco las van despojando de todos sus bienes. Al final les alquilan un apartamento, las meten ahí y se van cuando les han quitado todo. Al final, la persona acaba desahuciada sin dinero para el alquiler y sin ninguna propiedad», ha explicado la policía.

En este caso detuvieron la maquinaria delictiva justo cuando el anciano, supuestamente, iba a perder esos 44.000 euros que le quedaban en un cheque. Ahora la familia de la víctima se ha hecho cargo de ella y se encuentra llevándola a médicos para ponerle nombre a lo que padece. Su cuidador, si es que alguna vez lo fue, acabó detenido.