Condenada por desfigurar a un policía fuera de servicio que medió en una pelea en Torremolinos

Alvaro Frías y Juan Cano

Málaga

Miércoles, 14 de abril 2021, 00:38 | Actualizado 11:35h.

Comenta

Necesitó varias intervenciones de cirugía estética para reconstruirle el rostro y acabar con la cicatriz de siete centímetros que, además de marcarle el pómulo derecho, le molestaba la visión y le provocaba una sensación de tirantez. El policía local, que se encontraba fuera de servicio, fue desfigurado cuando mediaba en una pelea en una discoteca de Torremolinos, algo por lo que los magistrados de la Audiencia Provincial han condenado ahora a su agresora.

Los hechos tuvieron lugar el 9 de noviembre de 2018 en la discoteca Parthenon, situada en los bajos de La Nogalera. Aquella noche la procesada, de nacionalidad española y de 37 años de edad, y el agente se cruzaron hasta en dos ocasiones en el local.

La primera de ellas fue en los baños del establecimiento. Según se recoge en la sentencia, a la que ha tenido acceso este periódico, el policía local intervino en un incidente previo, en el que la procesada se encontraba «dando gritos, insultando y forcejeando» con otras personas. Sin embargo, en esta ocasión, al actuar el agente, se calmó la discusión.

En la sala, durante el juicio, el propio agente, representado por la abogada Raquel Rodríguez Barba, explicó que, cuando abandonaba el local, en una zona que hay de terraza, se encontró de nuevo con estas personas. Esta vez, estaban peleándose y agrediéndose. Por ello, según relató, decidió intervenir, identificándose como policía y manifestando que, si no paraban, acabarían todos detenidos. Entre ellos se encontraba la ahora condenada –aunque en la sentencia figura un nombre de hombre, la procesada es una mujer transexual, sin que el cambio esté reflejado aún en su documentación legal–.

El reloj marcaba las cuatro de la madrugada. En la resolución se precisa que, cuando se encontraba apartando a los otros individuos, la mujer cogió un vaso de tubo que había en una mesa de la terraza de la discoteca, lo rompió contra la misma y se lo estampó en el rostro al agente. Por ello sufrió varias lesiones, siendo la más importante una en el pómulo derecho, que le dejó la cicatriz de siete centímetros.

En la sentencia se expone que la cicatriz, a nivel de la aleta nasal, formaba un surco con abultamiento que le molestaba la visión del ojo derecho. Asimismo, le ocasionaba una sensación de tirantez, por lo que tuvo que recurrir a la cirugía plástica para corregirlo.

Los magistrados también apuntan a la responsabilidad de la discoteca. Aseguran que ha quedado acreditada la «negligencia clara del propietario» al instalar mesas en la terraza –no autorizada y sin licencia– para que los clientes depositaran vasos, «comportando tal conducta un importante riesgo para la seguridad e integridad de las personas que acuden a su local, si como ocurrió, se producen peleas y reyertas».

Por todo ello, los magistrados han declarado culpable de un delito de lesiones y otro de atentado a la mujer que agredió con un vaso al agente. Le imponen una pena de tres años y medio de cárcel, siempre según se recoge en la resolución judicial.

Asimismo, se establece que tendrá que indemnizar al policía local con 16.212 euros por las lesiones sufridas. Al respecto, en la sentencia se declara la responsabilidad civil subsidiaria para el dueño de la discoteca y de su aseguradora.

Esta condena no es la primera que se impone contra la mujer procesada en esta causa. En concreto, ya había sido condenada por la muerte de un hostelero en 2016. El Juzgado de lo Penal número 8 de Málaga le impuso una pena de tres años de cárcel y el pago de 200.000 euros en concepto de responsabilidad civil.

Aquel suceso ocurrió el 24 de enero. Un empresario de 58 años fue hallado muerto en la calle Concepción Arenal, en el polígono Guadalhorce. La víctima, que padecía problemas de corazón, había ido a dar de comer a unos perros que tenía en una nave cuando se produjo una discusión con la mujer. El hombre murió en el transcurso de la pelea, aunque de forma involuntaria, de ahí que el juez concluyera que fue un homicidio imprudente.

Tanto entonces como cuando fue detenida por la agresión al agente fuera de servicio, las fuentes consultadas destacaron que la mujer era conocida por su «agresividad». De hecho, en su hoja de antecedentes figuran 11 reseñas policiales por delitos de robo con violencia o intimidación, atentado a agente de la autoridad, lesiones o resistencia y desobediencia, además del mencionado homicidio.