Cómo sobrevivir a la cena de empresa sin arrepentirte al día siguiente
¿Qué ropa me pongo? ¿Con quién me siento? ¿De qué temas no debes hablar? Te damos unos consejos infalibles si no quieres despertar de una pesadilla a toro pasado
sur
Miércoles, 14 de diciembre 2016, 12:48
La comida de empresa con motivo de la Navidad es un bonito momento para compartir recuerdos y anécdotas con buena comida y bebida de por ... medio. Tiene el encanto además de ver al jefe sin corbata y a la compañera tímida en el karaoke versionando a su manera a Malú. Pero atención, esa sensación de igualdad y buen rollo es falsa. Tras la Navidad volverá la dura realidad, los lunes, las viejas rencillas que hay en cualquier empresa.
Esta lista puede ayudarte a saber cómo debes de comportarte y, sobre todo, lo que nunca, nunca es nunca, debes hacer en la comida de Navidad.
1. ¿Puedo hacer mutis por el foro y no ir?
Es algo voluntario, lógicamente, ir a la comida de Navidad pero la jefa y ese compañero que siempre te mira por encima del hombro estarán hablando de tu falta todo el año. Hay quien pasa lista y hay quien pone la cruz por faltar a esta cita con el buen rollo navideño.
2. ¿Qué ropa llevo?
Ve mona, pero no te pases. Quizá no es día de vaqueros ni escotazos, pero sí de darle un poco de distinción a la cosa con un maquillaje distinto o alguna prenda con brillos. Y a los chicos, no es cuestión de sacar la corbata ni el traje de las bodas, pero una americana no sobra.
3. Horror que no me toque el jefe al lado. ¿Con quién me siento?
La cena se puede alargar, así que si hay un jefe con el que tienes asuntos pendientes, o una compañera que te parece una trepa y puede perjudicarte en el futuro, evítalos discretamente. Siempre puedes recurrir a que prefieres estar con la gente de tu confianza, con tus colegas del trabajo, eso nadie te lo puede reprochar.
4. Ni religión, ni política, ni fútbol
Esto es una máxima muy antigua de la urbanidad, sobre todo inglesa, y no está mal tenerla en cuenta. Cada uno tiene sus opiniones y posiciones, y no es difícil derivar en situaciones incómodas alrededor de la mesa si se tocan temas delicados. No son tus amigos, son tus compañeros.
5. No comas como si no hubiera un mañana.
Está feo lanzarte a por el plato de entrantes que hay que compartir con los demás. Hay que comer pero tampoco dar la sensación de que has llegado hambriento para amortizar el gasto.
6. La hora de la verdad, las copas
Toda precaución es poca. Parece que todo el mundo está bebiendo como tú, que todo está desmadrado, pero no. Hay quien conserva el tipo porque no deja de considerar en ningún momento que la cena de Navidad, y aquí está la clave, es un acto de trabajo más, con sus normas no escritas. Pide que te echen menos alcohol en las copas, o directamente, pasa al refresco, pero no des lugar a que luego hablen de ti.
7. Una retirada a tiempo siempre es un triunfo
Aunque no por ello hay que irse el primero y parecer excesivamente remilgado. Puedes disfrutar de tus colegas, ver a la jefa bailar con los tacones, y, ¿por qué no?, aprovechar para esa confidencia que tenías pendiente. Pero cuando veas que la gente se empieza a retirar, quizá es el momento de retirarse también.
8. Lo más importante, las fotos
Si todo lo anterior no has podido defenderlo, y no es fácil, es prioritario tener cuidado con las fotos que te haces o los videos que te hacen. Cuando empiece a haber copas de por medio, fuera móviles. Y si no puedes evitarlo, no poses, no participes, y pide expresamente si te sacan que no te etiqueten en Facebook en ninguna movida rara, e incluso, a ser posible, que no vuele la imagen por WhatsApp, Twitter o Instagram.
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