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ARANTZA FURUNDARENA
Viernes, 14 de agosto 2015, 00:10
La hermana de Cristiano Ronaldo se ha propuesto representar a su país en Eurovisión. Lo último que le faltaba a Cristiano para abonar los rumores sobre su ambigüedad sexual es convertirse en un activo eurofan... Pero Portugal está necesitado de un segundo rescate (moral) y Kátia Aveiro, la hermanísima de CR7, pretende convertirse en la heroína que salve a sus paisanos de la humillación eurovisiva. De las 47 veces que los lusos han competido en dicho festival solo nueve pudieron superar la barrera del décimo puesto y nunca lograron pasar del sexto. Pero es que los portugueses son dados a la 'saudade' (también llamada masoquismo) y ya desde su estreno mandaron a concursar a un tal António Calvário (el nombre lo dice todo) con la canción 'Oraçao' (Oración) y todavía se sorprendieron de que regresara a casa con cero puntos.
Años después se espabilaron y decidieron cambiar la morriña por la alegría desbordante ('A festa da vida', 'Dança comigo. Vem ser feliz') pero se pasaron de frenada y tampoco lograron triunfar. Quizá porque en el país del melancólico fado tanta jarana suena impostada. Hasta la gran Dulce Pontes (una 'number one' en lo suyo) se tuvo que conformar con un digno pero discreto octavo puesto. Ahora Kátia Aveiro, a sus 38 años, con más trastienda que una ferretería y un pasado en el que se dio a conocer como La Ronalda, pretende hacer carrera en Eurovisión con el tema titulado 'Latina de cuerpo y alma'. Que es oírlo y pensar: «Dirige la orquesta el maestro Ibarbia...».
El reto que se ha planteado esta madeirense de Madeira es como mínimo tan difícil como el que tiene planteado su hermano con el genial Leo Messi. Es verdad que Kátia parte de una situación tan catastrófica (Portugal ni siquiera fue seleccionado en el último festival) que con que consiga que la clasifiquen para la final ya habrá dado un paso de gigante. Pero para ganar lo que se dice ganar, tal como está hoy día Eurovisión, tendría que presentarse no ella sino su hermano con una peluca, pestañas postizas y cinturita de avispa a lo Conchita Wurst... Y puede que ni aún así.
Cristiano además bastante tiene ya con lo suyo. Que encima de meter goles es encontrar una pareja que le comprenda (y le aguante). Su ex, Irina Shayk, salió muy escaldada de los años que pasaron juntos. Insinuó que con el futbolista había llegado a sentirse una mujer poco atractiva... (¿será que no tenían espejos en casa?) Pero aquello ya pasó y ahora la modelo rusa se quita el complejo de fea con su nuevo novio, el actor Bradley Cooper. La pareja lleva un mes de agosto tórrido. Ella se lo va comiendo a besos por prácticamente todos los arenales de la costa amalfitana. Él acaba de terminar las representaciones en Londres de 'El hombre elefante'. Suelen decir que a los actores siempre se les queda algo del último personaje que han representado... E Irina parece estar queriendo descubrir el qué.
A Cristiano de momento el único dispuesto a demostrarle fidelidad eterna, aparte de su inseparable amigo Ricardo Regufe, es un fan tan sumamente fanático que se ha tatuado toda la espalda con los episodios más gloriosos de la biografía profesional de CR7: Ronaldo recogiendo el Balón de Oro, Ronaldo celebrando un gol (con camiseta y sin ella), Ronaldo disparando a puerta... El día que su ídolo le decepcione va a tener que realizarse un trasplante completo de espalda. Y mientras tanto, el delantero haciéndose 'selfies' con Marosca, su mascota. Será quizá que Cristiano cuanto más conoce a las mujeres... más quiere a su perra.
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