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Golpe de dados

Sequía

Viernes, 5 de enero 2024, 01:00

En el último libro de la Biblia, en Apocalipsis 16, se narra que las copas de la ira de Dios, en manos de ángeles divinos, ... arrojaron sobre el Éufrates un castigo de arena, y el río se secó, y la tierra se resquebrajó, y muchos murieron de sed y de vergüenza por haber ofendido al Señor. La profecía de Juan Evangelista parece cumplirse de nuevo: la tierra se resquebraja, mientras el ser humano escribe su crónica de crímenes, guerras y escándalos egoístas, ajeno a las catástrofes naturales, dando la espalda a la falta de agua o al exceso de ella, las inundaciones y las tempestades demoledoras. Quienes negaban el cambio climático ahora no sé qué falacia mantendrán cuando ya estaba escrito que el calentamiento del mundo estaba provocado por la peor plaga: el ser humano. En más ocasiones que las deseables la laxitud y silencio son compañeros del hombre (y de la mujer), el estado de alerta debe ocultarse, no sé por qué motivo, cuando negar lo evidente es causa de atraso, de superstición, de muerte. Pasearse por una ciudad iluminada no significa que hayan llegado a ella las «luces»: iluminismo e Ilustración no son lo mismo. Ni siquiera los «iluminati» bávaros, a pesar su aire profético y su ansia de formación y de educación universal, pudieron convencer a sus congéneres de que la tierra es un escenario que hay que cuidar, es «nuestro escenario», el Gran Teatro del mundo calderoniano: «campaña de elementos, con montes, rayos, piélagos y vientos», por ello, la sequía trae consigo la maldición de la especie. Y a mí me aterrorizan esas imágenes donde los niños mueren de hambre y sed, es una indignación profunda, lacerante, una meditación dramática, y no exagero. Quizá cuando reaccionemos en serio ya sea tarde, como en algunas películas distópicas de los años ochenta del pasado siglo, como 'Waterworld', mundo acuático donde la tierra, hacia el 2050, se hunde progresivamente porque los casquetes polares se han derretido a causa de la pésima gestión del clima, el calor, los conflictos, el odio. Siendo un buen filme 'Waterworld' fue rechazada por la opinión pública, y a Kevin Costner, su productor y protagonista, le costó más de una década retomar su carrera cinematográfica y su hacienda, cuando no fue sino un aviso demoledor. En estos momentos, desde la terraza del antiguo Hotel Príncipe de Asturias, veo el mar, la línea de costa, el cielo límpido, la excelente temperatura, y pienso en que nuestra voluntad cede ante tanta belleza de escaparate, y recapacito que no nos vendrían mal unas cuantas semanas empapadas en agua mansa, en grises pacíficos, en nubes espesas: la tormenta perfecta.

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