España no tendrá la vacuna de Janssen para frenar la cuarta ola

Johnsson & Johnson, la matriz de Janssen, ya ha avisado al departamento que dirige Carolina Darias de que no cuente con una llegada masiva en abril de su vacuna monodosis, a la que Sanidad había fiado parte de su respuesta para paliar una posible escalada en los casos. El calendario presentado por Janssen al Gobierno ha sido un verdadero jarro de agua fría. El laboratorio, efectivamente, confirma que va a cumplir su promesa de entregar 5,5 millones de viales en el segundo trimestre, pero va a apurar los plazos hasta el final. En abril, que es el momento más crítico a corto plazo, no estaría en disposición de hacer llegar su primera remesa hasta finales de mes y solo va a facilitar 300.000 inyectables. En mayo serán 1,3 millones y en junio 3,9 millones de dosis. La propia directora de la Agencia Europea del Medicamento, Emer Cooke, confirmó ayer en una comparecencia en el Parlamento Europeo este nuevo retraso de Janssen a finales del mes que viene después de que la propia compañía reconociera los problemas para cumplir sus plazos de entrega.

Así las cosas, en la Ponencia de Vacunas admiten sin paños calientes que el efecto de la esperada fórmula de Janssen será prácticamente nulo con solo 300.000 dosis si, tal y como apuntan los modelos estadísticos que se manejan en Sanidad, se desata la cuarta ola y su pico se alcanza a partir de los 80 días después del de la tercera (que fue el 27 de enero), precisamente a partir de la mediados de abril y unido a los efectos retardados del previsible aumento de la movilidad y los contactos sociales en Semana Santa.

En un principio, los planes (y la esperanza) de Sanidad eran otros: recibir muchos más viales de Janssen en los últimos días de marzo y primeros de abril con los que aumentar exponencialmente los vacunados, ya que la profiláxis (aunque tiene una eficacia muy variable de entre 66 y 85%), además de ser monodosis y mucho más fácil de conservar y transportar, despliega todos sus efectos de su inmunidad en solo 14 días, un plazo muchísimo más corto que las otras tres marcas que se están inoculando en España (Pfizer, que tarda 28 días; Moderna, 42, o AstraZeneca, que se demora hasta 112 jornadas).

Con este panorama, los cálculos de Sanidad son que para finales de Semana Santa y la Semana de Pascua, el posible momento crítico de esta hipotética cuarta ola, solo entre 3 y 3,5 millones de ciudadanos (en cualquier caso, mucho menos del 10% de la población total del país) habrían recibido las dos dosis preceptivas, aunque ni mucho menos todos ellos, por falta de tiempo, habrían desarrollado ya la inmunidad que le confieren las dosis.

Sin 'efecto milagro' de Janssen, la estrategia de vacunación española seguirá, como hasta ahora, pivotando sobre Pfizer/BioMtech, el laboratorio que, tras sus problemas en enero de reajustes de producción, se está mostrando más fiable y que está suministrando dos de cada tres dosis de las que se inyectan en la actualidad en España.

Pero el ritmo de aumento de entrega del consorcio germano-estadounidense tampoco será suficiente para neutralizar - o siquiera aminorar- una cuarta oleada. Pfizer, que esta semana ha entregado a Sanidad 672.750 dosis, ha prometido al Gobierno que a partir de abril podría facilitar 1,2 millones de inyectables semanales. Un refuerzo «insuficiente» para enfrentarse a una nueva embestida del virus confiando la respuesta solo a la inmunización.

Los expertos de la Comisión de Salud Pública explican que el largo periodo necesario para que las otras dos fórmulas (Moderna y, sobre todo, AstraZeneca) desplieguen la inmunidad haría «irrelevante» para frenar una cuarta ola un incremento exponencial de entregas de estos dos laboratorios, que no se espera, sobre todo da la falta de fiabilidad en sus entregas.

No habrá ayuda extra a corto plazo de las vacunas ya aprobadas ni de las profilaxis que todavía están en estudio. La directora de la EMA explicó que efectivamente el regulador está analizando los proyectos de Novavax, Curevac y Spútnik V, pero que la agencia todavía ni siquiera ha fijado un calendario para su aprobación.