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MATEO BALÍN
MADRID.
Miércoles, 25 de enero 2023, 00:03
El Ejército español dispone de 108 carros de combate Leopard 2A4, el modelo que reclama Ucrania para detener el avance ruso y preparar una contraofensiva en primavera. Se trata de unas unidades que se alquilaron a Alemania en 1995, llegaron tres años más tarde y finalmente se compraron en 2005 por 15 millones de euros. De esta cantidad, 53 están fuera de servicio desde hace una década, cuando fueron aparcados en el centro logístico de Casetas (Zaragoza), en un almacén de larga estancia.
En un primer momento, estos carros de combate fueron distribuidos entre los batallones de las brigadas mecanizadas en Córdoba y Badajoz y en la unidad de instrucción de Zaragoza. También se mandaron unidades a Vitoria, Valladolid y Madrid. Pero con la llegada del moderno Leopard 2E a partir de 2003, fabricado por la firma española Santa Bárbara (hoy General Dynamics), se enviaron los veteranos 2A4 a los regimientos de caballería de Ceuta y Melilla, además de mantenerse en las otras unidades.
La previsión respecto a los blindados que están en Casetas era aprovechar el material acorazado excedente de plantilla en determinadas unidades. Para ello, se diseñó un programa de transformación del modelo alemán en vehículos especiales de carro de zapadores y lanzapuentes para darles salida. En una visita de la ministra de Defensa, Margarita Robles, en verano pasado a la Agrupación de Apoyo Logístico número 41 de Zaragoza apuntó que su estado era «absolutamente lamentable». «Están en unas condiciones que no se pueden utilizar y no los podemos dar porque serían un riesgo para las personas», afirmó entonces.
Pero la realidad de la guerra ha cambiado medio año después y en caso de ceder a la presión de los aliados (UE y OTAN) y colaborar con este material, habría que desmontar los tanques, ver las piezas que sirven y volver a ensamblarlos. Otro proceso posible es lo que en el argot militar se denomina «canibalizar», es decir, reponer con piezas de otros vehículos que sean compatibles, al igual que se hace con los aviones, en busca de su operatividad.
El Leopard es uno de los carros clave de las unidades acorazadas del continente europeo. Tras Alemania y Grecia, España es el país con mayor dotación. Son más rápidos que los T-72 rusos –alcanzan 68 kilómetros por hora– y son menos pesados, casi diez toneladas (55), y con la misma autonomía (unos 500 kilómetros) que los Abrams estadounidenses. En su armamento dispone de un cañón de 120 milímetros con capacidad para lanzar hasta 42 proyectiles a más de dos kilómetros y dos ametralladoras de calibre 7,62 mm. Entran cuatro tripulantes y su blindaje va de los 13 a los 110 mm de chapa de acero.
El hermano aventajado del 2A4 es el Leopard 2E, cuyas 219 unidades del Ejército español fueron fabricadas entre 2003 y 2008 tras lograr la patente alemana. Este es el carro de combate, por ejemplo, desplegado en la misión de la OTAN en Letonia desde 2017 para prevenir la amenaza rusa.
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