Marbecon vuelve a su cita con el público con un intenso programa cultural
Pese a su modestia, el certamen no dio un respiro y hubo decenas de actividades en torno al cómic, el manga y la cultura transmedia
DAVID LERMA
Marbella
Domingo, 19 de junio 2022, 00:12
Viene desde Málaga y es su primera Marbecon. Augusto, veinteañero, esperaba ayer sentado en suelo, en la zona lateral de entrada al auditorio del Palacio ... de Congresos Adolfo Suárez de Marbella. Paciente y decepcionado, sonríe cuando se le corrige. Es por aquí, le decimos. «Podrían haber puesto un cartel», responde. Tras recorrer el perímetro del edificio, pronto se pierde en la cola de acceso, donde varias decenas de jóvenes, familias diversas, curiosos y veteranos del fandom se disponían a pasar dos días de celebración. ¿Qué se celebraba? Sobre todo el reencuentro y la sensación de que aquello solo les concernía a ellos.
Al entrar la primera vez sonó la intro de Stranger Things, cuya cuarta temporada se estrenó hace poco. Cuesta centrarse al principio, tal era la oferta visual y de eventos durante la primera jornada. Aparecieron la alcaldesa, Ángeles Muñoz, y el delegado de Juventud, Enrique Rodríguez, con su camiseta de Marvel. Fue el momento más friki cuando se dejaron fotografiar junto a una cosplayer de 2B, la androide protagonista del videojuego Nier: Automata, de Yoko Taro, lo más parecido a una estrella de rock en el billonario negocio de los videojuegos.
En este punto, avisamos, el filisteísmo quedó vetado. Solo aquellos dispuestos a honrar sus historias favoritas, sus personajes, sus videojuegos, la literatura fantástica, la ciencia ficción, la cultura japonesa, etc., pudieron disfrutar de todo aquello . Los jóvenes que acudieron ayer a la Marbecon son inquietos, eruditos y desvergonzados. Necesitaban la Marbecon como un molino el agua que bate la noria. También los cuarentones, que fueron los que colonizaron esta subcultura que hoy forma parte ya del discurso narrativo audiovisual dominante y que integraban las filas de la organización. Javier, voluntario, es la voz del festival. Antes de presentar un divertido concurso de adivinar canciones, suelta con sorna: «Todas las noches me baño en lágrimas de hater y así me mantengo joven».
Por la mañana hubo exhibiciones de artes marciales, esgrima histórica y un bullicio constante en la zona de máquinas arcade. «Esta es la versión de la Champions Edition de Street Fighter», le dice un padre a su hijo de diez años, como si hablara de un Mondrian o un Picasso. En la zona de consolas de última generación donde se jugaba a Mortal Kombat, Super Smash Bros o Mario Kart Deluxe, destacaban las chicas con sus animados juegos de baile. Hubo también autores de libros de fantasía heroica, como Mónica Cueto y David Espada, que han escrito al alimón Las lágrimas de Kaiu. Espada, que pertenece a esa joven estirpe de narradores nacionales que beben de George R.R. Martin o Brandon Sanderson, reconoce que el fantástico «ya se ha convertido en mainstream».
Casi un centenar de casetas y tenderetes se extendían en el Palacio de Congresos. En unos se podrían comprar gundams (servoarmaduras) a escala, juegos de mesa clásicos y novedosos, cuyo auge parece no tener fin; también productos gastronómicos japoneses, reproducciones, algunas carísimas, de personajes como Geralt de Rivia, personaje nacido de la pluma de un escritor polaco, pero que alcanzó popularidad a partir de su aparición en tres videojuegos y una posterior serie de Netflix; y, sobre todo, mucha artista y artesano del cómic y la ilustración, como Raúl Lara, que es la primera vez que viene, aunque mantiene un perfil muy profesional.»Estoy preparando un portfolio», dice, mientra nos muestra láminas muy bien acabadas de Lobezno, Hulk o Batman, su personaje favorito. Pronto dibujará para una editorial independiente australiana, un sino muy habitual entre los dibujantes patrios. Málaga es, de hecho, una de las canteras de Marvel y DC.
Por la tarde, a partir de las cuatro, hubo un concurso de cosplay, en que los más entregados desfilaron entre aplausos, felices de compartir sus disfraces. Pasaron por allí magical girls, chicas del manga superventas One Piece, un Maestro Tortuga, un Doctor Extraño e incluso un yautja, que es como se conoce a la criatura de la película Depredador. Un asistente le refrescaba con un ventilador, ya que parecía al borde de la lipotimia. En algunos casos, lo normativo saltó por los aires con la aparición de dos chicos disfrazados de lolitas japonesas, un tema dominante entre las preadolescentes que vestían como personajes de shonen (género de manga dirigido a jóvenes). Sin embargo, sí hubo una ausencia notoria, los tebeos. No había ninguna forma de comprar series regulares, álbumes o recopilatorios. Lorena, que trabaja en la zona de exhibición rodeada de armas y artefactos de superhéroes, es categórica y afirma que «no se venden». La razón es que ya vienen leídos de casa y nada puede sorprenderles. Se bastan a sí mismos. Hoy continúa la fiesta.
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