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josé maría martín
Marbella
Lunes, 27 de septiembre 2021, 00:33
El batería profesional más joven del mundo. Es la carta de presentación del marbellí David García. A la edad de ocho años, ha conseguido pasar ... con éxito el examen para obtener el máximo grado de batería por la prestigiosa universidad Trinity Music College, de Inglaterra.
Un hito que habla de un talento musical en ciernes que han sabido detectar con precocidad en la escuela Rock Factory de San Pedro Alcántara, una academia de música moderna que, en los últimos años, se ha convertido en una fábrica de pequeños prodigios. Y es que David ha arrebatado el título de batería más joven del mundo a otro de los alumnos de la escuela, Sergio Rodríguez, que lo consiguió con diez años.
«Cuando escuché las canciones que tenía que preparar pensé que iba a ser complicado, pero trabajando duro con mi profe Teo al final conseguimos que fuera fácil», asegura un David que tardará aún unos años en comprender la magnitud que supone la titulación que ha obtenido.
Su oído y gusto por la música, predominantemente el rock, le han llegado en forma de herencia, a través de su padre. Ambos comparten nombre y devoción por grupos como Megadeth, que es el que más le gusta. «A mi papá, de joven, le gustaba el rock y creo que yo he salido así por eso», afirma entre risas y ante la mirada atenta de su madre, Maribel, que es la encargada de prepararle la cresta en el pelo para las actuaciones junto a su grupo, Los Crackids. Maribel que confiesa que, desde muy pequeño «ya hacía percusión con sus juguetes». «Decidimos apuntarle al programa 'minumusicos' de la academia y, al poco tiempo, Rafa, su profesor, me cogió en un aparte y me dijo que tenía algo».
Ese punto de distinción era «su manera de marcar el tempo, a la perfección, cuando apenas tenía desarrollada su motricidad», relata Rafael Reyes, profesor de Rock Factory.
Meses después de comenzar sus clases consiguió el grado medio que concede la institución musical británica y ahora ha conseguido llegar a lo más alto de sus estudios, algo que la gran mayoría consigue a una edad más avanzada. «Los adultos les limitamos pero ellos pueden hacer muchas cosas. El ser tan pequeños les libera de la presión. El ambiente que le rodea es importante.
El triunfo de David es también el de una escuela cuya metodología, basada en la diversión y lejos de la disciplina habitual, le ha servido para convertirse en un referente nacional.
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