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Diego del Río desde sus inicios se nos ha revelado como un cocinero apasionado por la cocina malagueña tradicional reactualizada o, para entendernos mejor, por ... la cocina creativa con raíces malagueñas. Su cocina no está exenta de técnicas y productos que ha ido conociendo a lo largo de sus estancias en otros países y en restaurantes españoles de reconocido prestigio. Como él mismo gusta decir: « Nuestra cocina no tiene fronteras, pero sí raíces de mi tierra malagueña».
Desde la inauguración de Boho, Diego ha sido fiel a su filosofía culinaria y poco a poco, sin pausa, ha ido adaptando su particular manera de cocinar a la carta de esta casa. Hoy, Boho ofrece una de las cocinas más elegantes y finas de la Costa del Sol, siendo reconocido como uno de los grandes restaurantes gastronómicos de Málaga a pesar de que la sala sigue adoleciendo de ciertos fallos que pueden llegar a ensombrecer un poco el trabajo que Diego realiza detrás de los fogones. No obstante, en este establecimiento se ha conseguido crear una atmósfera relajante alrededor de la cocina. Sus jardines y distintos espacios abiertos invitan a sentir esta atmósfera de manera plena.
Dirección: Urb. Lomas de Río Verde 144 (Marbella).
Teléfono: 952 157 222
Web: bohoclub.com
Cierre: Ningún día.
Precio: Sopa de maíz: 19 €. Salmonete soasado: 32 €. Lemon pie: 12 €.
Valoración: Cocina: 9,5 . Sala: 7. Carta de vinos: 8. Calificación: 9 / 10
No suelo ser muy dado a dar consejos, pero creo que si es la primera vez que se visita Boho Club, la experiencia gastronómica la vamos a encontrar en el 'menú degustación', ya que ante nuestros ojos y nuestro paladar va a desfilar una trilogía cuasi perfecta de sabores, texturas y cromatismos múltiples en cada uno de los platos, una clarísima muestra de la profesionalidad de este cocinero malagueño. Al final todo va a ser una explosión sápida cuya fuente de inspiración son los platos más arraigados en la cocina andaluza. El menú degustación no deja de ser una selección de platos que figuran en la carta habitual de cada temporada de Boho, algo a tener muy en cuenta, pues si se regresa siempre tendremos una idea de cuáles fueron los platos que más nos impactaron y la posibilidad de volver a recrear nuestras papilas gustativas con esos sabores.
La bodega y la carta de vinos a cargo de Richard bien merecen una visita por sí mismo. Hay referencias, tanto nacionales como internacionales, para satisfacer a los más exigentes. Esto, unido a la cocina creativa y tan particular de Diego, hacen de este restaurante una de las mejores referencias de toda la Costa del Sol.
Si hay un plato con mayúsculas en la carta de Boho desde sus inicios es este, la sopa de maíz. Su preparación lo dice todo. Maíz asado previamente y acompañada de un mojo de aguacate y verduras encurtidas. El toque picante es perfecto.
Diego en esta lubina arriesga y casi hace el doble salto mortal. Un lomo asado a la parrilla levemente y que sirve acompañado de una suave salsa de pimienta verde y espinacas salteadas en grasa de vacuno. Una mezcla de sabores muy atrevidos.
El solomillo Rossini es un clásico, carne con una salsa de trufas, chalotas y vino tinto y encima foie. En esta ocasión es wagyú, que ya tiene su propia finura y melosidad en boca y al que Diego consigue imprimirle un sello diferente.
Un postre clásico completamente reactualizado. La crema de limón resulta muy suave en boca y poco ácida, lo que resalta más el dulzor del merengue tostado. El helado de albahaca en su punto óptimo y el sorbete de hierbabuena lo equilibra.
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