Málaga consume más mantecados que nadie
Sorprendetemente, Málaga es la provincia que más mantecados come en toda España. Hoy recordamos la historia del 'cosero' que llevó a Antequera desde Estepa en el XIX el gran 'invento' de Micaela, 'La Colchona'...
Málaga es la provincia donde más mantecados se consumen por habitante de toda España, un dato que seguro no lo conocen y que nos aporta ... quien sabe de esto más que nadie, ni más ni menos que el tataranieto de quien inventó tan maravilloso manjar navideño, doña Micaela Ruiz Téllez (1821-1904), vecina de la localidad sevillana Estepa, apodada 'La Colchona'. A mediados del siglo XIX (sin una fecha concreta, pero entre 1845 y 1860), 'inventó' los 'mantecates', denominación que con el tiempo derivó en 'mantecados', y que comenzaron a hacerse famosos porque el marido de Micaela, una mujer de armas tomar como bien nos dice su quinto descendiente, Santiago Fernández, que era 'cosario' (¡qué rico es el léxico andaluz, que denomina 'cosario' a quien se dedica a llevar cosas de un lugar a otro), las llevaba en carros tirados por bestias a distintos lugares cercanos a la localidad sevillana, especialmente a Antequera. Quizás esto nos explique por qué tanto en Estepa como en Antequera se producen, sin duda, los mejores mantecados de toda España y se exportan a medio mundo.
'La Colchona' hizo, una vez más, de la necesidad virtud y creó los 'mantecates' de la nada: en los meses otoñales (octubre noviembre, por eso su 'relación' con la Navidad, por la cercanía de las fechas) se realizaban las matanzas del cerdo en las casas más señoriales de Estepa, y utilizó el sobrante de manteca para hacer un dulce que sería el origen de los mantecados de hoy en día. Había un problema, que los 'mantecates' tenían muy poca vida y se endurecían muy pronto, entonces para evitar eso Micaela se inventó resecar la harina dándole calor, quitándole la humedad, consiguiendo con ello que el producto quedara prieto por fuera y tierno por dentro. Las modificaciones introducidas dieron lugar a un producto de gran prestigio y reconocimiento en el gremio pastelero, que pronto se hizo famoso y originó que surgieran más de 150 puntos donde se fabricaban en Estepa, siendo una tradición que se mantiene hasta hoy en día, cuando hay una veintena de empresas dedicadas a tal menester. Desde entonces cinco generaciones han perpetuado hasta nuestros días, al margen de modas, aquellas fórmulas clásicas de doña Micaela, (mantecados, polvorones, roscos de vino, chocolates, alfajorillos y otros dulces de Navidad), y llevan por nombre La Colchona, que por mantener la tradición a pies juntillas (decisión de la bisnieta y los tataranietos de Micaela) realizan una producción muy corta: «Porque todo es artesanal. Aquí (en La Colchona, en el corazón de Estepa) trabajamos unas 20 personas, con la familia incluida, entre septiembre y diciembre, y elaboramos cuatro toneladas de dulces navideños manteniendo las recetas y costumbres de nuestros antepasados. Tenemos tienda aquí en Estepa y en Sevilla, e intentamos abrirla en Málaga, pero nos fue imposible encontrar un local en el centro. Y es que si en Andalucía es donde más mantecados se consumen de España, en nuestra Comunidad, donde más se compran es en Málaga. Tenemos una gran demanda, pero preferimos quedarnos sin mercancía a mediados de diciembre a romper las tradiciones. Por ejemplo, seguimos manteniendo el horno de leña para todo lo que hacemos». La Colchona no vende sus productos en supermercados: «Y en Málaga, después de no conseguir un local en condiciones, aunque estuvimos viendo uno al lado de Casa Curro, se pueden encontrar en Casa Fernando Mira y en La Mallorquina, o bien on line, que se ha puesto de moda a raíz de la pandemia». ¿Y por qué no vendéis en cadenas como Carrefour, por poner un ejemplo?, preguntamos. «Para mantener la tradición artesanal; eso sí, todos los años desde París, el propietario de Carrefour nos encarga dos o tres cajas… Fíjate lo que es la vida», concluye Santiago Fernández, un licenciado en Económicas que hace como todos en su casa: mantecados… El origen y la explicación de por qué Estepa y Antequera lideran la fabricación de los mantecados no sólo en Andalucía, sino en España.

Hay empleados buenos. Hay empleados fieles. Hay empleados humanos. Hay empleados serviciales. Hay empleados que se convierten en amigos de quienes por un motivo u otro acuden a su empresa. Seguro que hay muchos que reúnen algunas o muchas de esas cualidades, pero difícilmente muy pocos tienen el privilegio de sumarlas todas en su misma persona. Y ese ejemplo lo tenemos en Antonio Jiménez, quien durante 40 años ha servido con ejemplaridad a la Agrupación de Cofradías desde todos los puestos de conserjería y que siempre ha sido alguien que siempre facilitó la labor de los demás, y además alguien que nunca tuvo un no o un mal gesto para cualquiera de quienes solicitaban sus servicios. Y eso que ya se sabe que en casa en la que hay mucha gente siempre alguien desentona… Pero Antonio Jiménez, Antoñito para los que lo conocimos casi llevando pantalones cortos, siempre supo hacer suyo el lema de trabajar desde la humildad y con la máxima entrega en su labor y para con quienes en cada momento han dirigido la Agrupación. Con motivo de su jubilación, el presidente y la junta directiva decidieron reconocer su entrega con una placa de recuerdo y, lo que es mucho más importante, con el recuerdo y el afecto de todos ellos. En el palacio agrupacional, el Muro de San Julián, extrañarán su figura y su jovialidad. Gracias por tanto, aunque parezca que fue poco…
No es de Málaga, pero como si lo fuera por la cantidad de años que lleva viviendo entre Estepona y Marbella, en un enclave privilegiado sin duda alguna. Además, cuentan con muchísimos amigos malagueños, tanto ella como su compañero de vida, el también periodista Miguel Larrea, uno de los históricos profesionales de la información de este país. A Rosa Villacastín la conocen todos porque es asidua en los programas de televisión y en las tertulias de radio, y también por su fructífera carrera profesional que se ha visto de nuevo recompensada con el premio Ramón Rubial, que le fue concedido por su trayectoria, pero también «por su contribución a la lucha por la igualdad de las mujeres». Enhorabuena a nuestra querida compañera, y muchas felicidades a todos, que ya mismo es Navidad,
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