Las medusas que te puedes encontrar en las playas de Málaga este verano

Desde el Aula del Mar lanzan un mensaje de tranquilidad: su presencia en verano sólo sería residual

Domingo, 17 de junio 2018, 01:18

La temporada de playas acaba de empezar en Málaga y, aunque a priori se presenta un verano relativamente tranquilo en cuanto a la presencia de medusas, conviene estar al día de cuáles son las especies más habituales y, sobre todo, las más peligrosas. Aunque la carabela portuguesa (realmente no es una medusa) es la que más alarma ha generado en los últimos meses debido a que sus picaduras son más dolorosas que las de la medusa común, desde el Aula del Mar lanzan un mensaje de tranquilidad al considerar que su presencia en verano sólo sería residual. En cuanto a las medusas en sí, el biólogo de este colectivo Jesús Bellido se muestra optimista en el inicio del verano debido a que el episodio largo de poniente ha enfriado el agua. Sin embargo, no descarta que se puedan producir picos altos de actividad en el caso de que las corrientes de levante traigan al mar de Alborán las especies que, según la predicción del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), pueden abundar en el Levante español. En un momento puntual puedan aparecer otras especies, pero estos son los tipos de medusas que pueden dejarse ver con mayor frecuencia en el litoral malagueño.

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Pelagia Noctiluca (medusa clavel)

Es la que más frecuenta las costas malagueñas y, por tanto, la que mayores incidencias provoca cuando aparecen grandes enjambres que hacen imposible el baño ya que son bastante urticantes. De color rosado rojizo, puede llegar a medir más de 20 centímetros de diámetro. Tanto la umbrela (parte del cuerpo que tiene forma de sombrilla) como los brazos orales y los tentáculos están recubiertos de verrugas generadas por acumulaciones de cnidocistos, que son las células urticantes que contienen veneno que se adhiere a la presa, provocando la 'picadura'. En la aplicación móvil Infomedusa que gestiona el Aula del Mar en colaboración con la Diputación Provincial se califica su peligrosidad como alta, aunque el biólogo Jesús Bellido rebaja la alarma aclarando que provocan irritación y heridas pero no graves.

Cotylorhiza Tuberculata (huevo frito)

Su morfología la hace fácil de identificar, ya que la umbrela es aplanada de color crema y tiene una protuberancia central anaranjada que la asemeja a la yema de un huevo frito. Está rodeada por un anillo circular y tiene ocho brazos orales cubiertos de apéndices a modo de pequeños tentáculos con el extremo en forma de botón blanco o azulado. Aunque también son urticantes, su peligrosidad es baja, especialmente cuando se trata de ejemplares de tamaño pequeño o mediano. «Es prácticamente inofensiva», resalta Bellido. Aún así, conviene tener cuidado con las más grandes, que pueden llegar a alcanzar los 35 centímetros de diámetro. Esta especie es habitual en el litoral mediterráneo durante el verano y el otoño, y suele moverse en las costas ya que necesita un sustrato donde se asienten los pólipos.

Rhizostoma Pulmo (aguamala)

Son las más llamativas por su tamaño, ya que pueden llegar a alcanzar los 90 centímetros de diámetro, pero sus picaduras no son más graves que las de la medusa clavel. «También pican, aunque como son tan grandes y lentas se ven de venir», precisa el biólogo del Aula del Mar. Se pueden ver en el litoral malagueño y con cierta frecuencia 'varadas' en la orilla. La forma de su umbrela es acampanada con un tono blanco azulado y una orla formada por lóbulos de color violeta. Posee ocho grandes tentáculos orales que se fusionan en su parte media. Frecuenta las costas desde finales de primavera hasta el otoño y puede verse tanto en solitario como formando enjambres.

Chrysaora Hisoscella (medusa de compases)

Esta especie es menos frecuente y únicamente se deja ver de forma puntual y en concentraciones bajas, aunque en caso de toparse con una conviene tener precaución. Puede llegar a medir hasta 30 centímetros de diámetro y es decolor blanco amarillento. Tiene un diseño radial sobre la umbrela que recuerda al dibujo de 16 compases abiertos hacia el exterior (de ahí su nombre común). Tiene 24 tentáculos largos y finos que pueden llegar a los cinco metros de longitud.

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Aurelia Aurita (medusa común)

Tiene forma de plato con un tono blanco azulado, y cuatro órganos reproductores de color púrpura violeta en forma de herradura cuando se miran desde arriba. Como las huevo frito, son prácticamente inofensivas. No son demasiado frecuentes en el mar de Alborán.

Physalia physalis (carabela portuguesa)

Tiene la apariencia de una medusa, pero realmente no lo es. Se trata de un hidrozoo. , formado por una colonia de pólipos de distinta especialización (defensa, alimentación y reproducción). Está formada por una vela gelatinosa de entre 15 y 35 centímetros que le permite recorrer los océanos impulsada por los vientos, las mareas y las corrientes marinas, mientras que del cuerpo central cuelgan numerosos tentáculos que le sirven para atrapar a sus presas y que pueden llegar a tener una extensión de unos 10 metros.

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Aunque es típica de las aguas templadas del Atlántico, cada vez es mayor su presencia en el Mediterráneo arrastrada por las corrientes. De hecho, esta primavera han frecuentado la franja mediterránea y, aunque aún se puedan encontrar algunos ejemplares, lo normal es que vayan desapareciendo a medida que se acerca el verano. Los expertos recomiendan precaución cuando se detecte su presencia, ya que sus picaduras son más fuertes y dolorosas que las de las medusas y pueden provocar urticaria, mareos y vómitos. Además, conviene no tocarlas incluso muertas.

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