La falta de 13.000 trabajadores en la construcción en la provincia de Málaga provoca ya retrasos en obras
La falta de relevo generacional en este gremio dispara las vacantes en todos los oficios y puestos técnicos en pleno auge de la actividad constructiva
La falta de trabajadores en la construcción es ya tan acuciante que está provocando retrasos y parones en obras a lo largo de toda la ... provincia de Málaga. La Asociación de Constructores y Promotores (ACP) estima que ahora mismo, el sector podría dar trabajo a 80.000 personas en la provincia, que son 13.000 más de las que hay, según los últimos datos de afiliación a la Seguridad Social. «Nuestro sector está envejecido, no se incorpora gente joven y la realidad es que a día de hoy nos falta personal cualificado a todos los niveles», explica la secretaria general de dicha organización, Violeta Aragón. La edad media de los trabajadores del gremio supera ya los 45 años.
Esta escasez de profesionales va desde los niveles técnicos, donde están altamente cotizados los jefes de obras y encargados (con sueldos que superan los 40.000 euros) hasta todos los diferentes oficios que intervienen en el proceso constructivo: albañiles, encofradores, instaladores de pladur, ferrallistas, operarios de grúas y maquinaria, montadores, pintores, fontaneros, electricistas o yesistas, entre otros.
«Es complicado encontrar cualquier tipo de cuadrilla», apunta Aragón, que reconoce que en muchas obras de edificación residencial se ha vuelto «difícil» cumplir los plazos de entrega, ya que los equipos de trabajo están muy solicitados y no es raro que se produzcan parones por la falta de disponibilidad de alguno de los eslabones de la cadena de producción constructiva.
La falta de mano de obra es generalizada, aunque los proyectos de obra civil se ven mucho menos afectados, puesto que los precios que se pagan en este ámbito son más altos y las contratas tienen mayor margen presupuestario para garantizarse contar con las cuadrillas necesarias. Son las obras de edificación residencial, que además están en un momento de proliferación en la Costa del Sol y la capital, las que más sufren la escasez de trabajadores.
Violeta Aragón advierte de que en un momento en que existe un clamor social relativo a la necesidad de construir vivienda asequible, la falta de personal no hace sino encarecer los costes de edificación, «primero porque en una obra el tiempo es dinero y si se retrasa el plazo de ejecución, aumentan los costes; y segundo, porque la ley de la oferta y la demanda hace que las tarifas de las subcontratas y los sueldos de los trabajadores suban», apunta la secretaria general de la ACP.
La manera tradicional y mayoritaria de operar en el negocio del ladrillo implica que las constructoras sólo disponen de un reducido equipo de empleados, normalmente los perfiles técnicos, y lo que hacen es subcontratar a las empresas y cuadrillas necesarias para ir completando fases constructivas. Hay muy pocas constructoras que dispongan de una plantilla propia capaz de asumir un proyecto de principio a fin, por lo que en este momento de alta actividad hay una fuerte competencia entre ellas por contratar a las cuadrillas.
Ya no vienen de fuera
Aragón explica una circunstancia añadida que agrava la escasez de personal: antes Málaga atraía a muchos trabajadores de la construcción de otras provincias andaluzas. Pero ahora ese flujo de mano de obra ha perdido mucha intensidad, ya que la construcción se ha reactivado también en esos lugares de origen de los trabajadores y, además, la fuerte carestía de la vivienda en Málaga dificulta que esos profesionales vengan.
La portavoz de la patronal admite que no está siendo capaz de atraer a los jóvenes y cree que persiste una imagen negativa de los oficios ligados al ladrillo a pesar de que en su opinión, tienen ventajas: «El convenio de la construcción es bastante bueno, los sueldos son superiores a otros sectores y los horarios permiten la conciliación familiar: entre semana se termina a las 6 de la tarde, los viernes se sale antes y no se trabaja los fines de semana. Además, el sector ha evolucionado mucho y los trabajos no son tan duros físicamente, ya que se utiliza mucha maquinaria», afirma.
El responsable de construcción de CCOO de Málaga, Pedro Fontalba, cree que en esa mala imagen del ladrillo influye «la alta siniestralidad laboral que sigue habiendo». También critica el incumplimiento de la prevención de riesgos en algunas empresas: el año pasado hubo 390 propuestas de infracciones de la Inspección de Trabajo en Málaga.
Proyecto piloto para regularizar a los inmigrantes que se formen en oficios altamente demandados
La patronal de la construcción viene hablando con el Ministerio de Trabajo para abrir la contratación en origen de trabajadores cualificados de la construcción. Con tal fin se han empezado a incorporar oficios relacionados con el ladrillo al listado de ocupaciones de difícil cobertura en el último año, pero Violeta Aragón señala que no es fácil, ya que cada empresa tiene que ir al país en cuestión y asumir esa búsqueda de personal, con la dificultad añadida de la situación de la vivienda en Málaga. La delegación territorial de Empleo de la Junta está explorando otra vía: formar a inmigrantes en situación irregular en profesiones altamente demandadas, como las de la construcción, para que puedan conseguir los papeles por la vía del arraigo socioformativo. En esto consiste la propuesta de proyecto piloto que ha presentado recientemente la delegación que dirige Carmen Sánchez el Foro Provincial para la Integración de las Personas de Origen Migrante, y del que forman parte también el SAE, la delegación de Inclusión Social, la Oficina de Extranjería, asociaciones empresariales y ONG. El proyecto consiste en que desde el Centro Público de FPE Remedios Rojo se organice cada año al menos una acción formativa de nivel 1 (que no exigen un nivel de estudios mínimo) de cada uno de los sectores productivos de la provincia (incluida la construcción) y que por diferentes vías se informe a los inmigrantes en situación irregular de la posibilidad de hacer uno de estos cursos y obtener así el arraigo por formación. Se plantea, por ejemplo, hacer un curso sobre actividades de hormigón, otro de operaciones auxiliares de montaje de redes eléctricas y otro de operaciones de fontanería y climatización.
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