José Antonio Gómez: «Me quema que se pierda nuestro patrimonio forestal»
La entrevista se desarrolla mientras huronea descartes de plantas ornamentales en un vivero de la barriada de El Romeral, en Alhaurín de la Torre. La labor de los ingenieros y técnicos forestales como él es fundamental para evitar los incendios en el monte y la periferia de los núcleos urbanos; y, en caso de que finalmente ocurran, para paliar sus duros efectos
Ignacio Lillo
Jueves, 21 de agosto 2014, 11:08
El punto débil de la provincia sigue estando en la llamada interfaz, las zonas donde el bosque convive con viviendas y urbanizaciones.
-
José Antonio Gómez Serrano
-
¿Quién es? José Antonio Gómez es ingeniero técnico forestal y consultor ambiental especialista en prevención. Tiene 38 años.
-
¿Dónde ha trabajado? Para ayuntamientos en ámbitos como la prevención de incendios y la reforestación; y en consultoría para proyectos como el de Los Merinos, de Ronda. También en el aeropuerto de Málaga y el AVE.
¿En Málaga ... somos mejores evitando incendios o apagándolos?
Somos muy buenos en extinción; Infoca tiene profesionales muy preparados, con una experiencia dilatadísima, que se han enfrentado a incendios muy graves. En prevención, tenemos mucho que recorrer en la implantación de los Planes Locales de Emergencias por Incendios Forestales. Se han hecho inversiones importantes pero aún estamos en fase embrionaria. El gran reto está en ejecutar y mantener las infraestructuras preventivas, sobre todo en las entidades locales tras las transferencias que hizo la Junta a los ayuntamientos. No se les dotó de partidas presupuestarias tras las transferencias: apoyo técnico, material, etc. A ello, se une la paradoja de que el grueso de las inversiones de la Administración autonómica se han centrado en los montes públicos, que representan el 27% de toda la superficie forestal, mientras que el 73% del territorio de nuestra provincia se encuentra en manos privadas. En 2012 las ayudas para prevención en fincas privadas de Málaga no llegaron a los 116.000 euros. Hay una carencia fuerte de inversiones, que roza la negligencia. Málaga lleva muchos años siendo la Cenicienta en inversiones preventivas en montes particulares, es frustrante para el tejido de empresas forestales.
¿Qué le quema de los incendios?
Me quema que si se hicieran las cosas mejor ente las administraciones y los propietarios podríamos salvar muchas más hectáreas de monte, y no perder de una atacada 8.000 hectáreas de patrimonio forestal. En base a ciertas deficiencias, a mi criterio profesional, los medios de extinción se tienen que centrar exclusivamente en las zonas colindantes con las urbanizaciones y hasta que no están a salvo de las llamas no se pueden dedicar al monte. Por eso hay que invertir mucho más en prevención planificada, las administraciones tienen que exigir los planes de autoprotección de las urbanizaciones, de las instalaciones eléctricas, de las antenas de telefonía móvil, etc. Los ayuntamientos pequeños son los principales perjudicados, a pesar de que atesoran la mayor biodiversidad forestal, en las comarcas del Genal y el Guadiaro, por ejemplo.
¿Qué echaría a la hoguera?
Los pensamientos de los pirómanos, lo que le pasa por la cabeza a una persona que disfruta viendo arder el monte, como si fuera su obra maestra; viendo las luces, las emergencias, con ese despliegue de medios y esa grandiosidad, porque los grandes incendios acongoja verlos de cerca.
¿Tiene espíritu de bombero?
Constantemente. Se apagan muchísimos incendios sin agua: con trabajos de desbroce, tala y podas. Todo el modesto trabajo que hago, al acabar la campaña de prevención siempre espero que facilite a mis compañeros de extinción el poder trabajar con seguridad y ahorrarles un montón de problemas. Eso es lo que me motiva, que las actuaciones que hago sirvan para que a ellos, que están tan expuestos al peligro, les sirva de apoyo, de defensa y de seguridad, porque para eso también sirve.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.