El reel de Diario SUR sobre la bronca vivida en el pleno acumuló 500.000 visionados en tan sólo dos días.
La Casona del Parque

La limpieza los vuelve virales en Málaga: es el turno de De la Torre echando a gente del pleno

Teresa Porras llevaba el guión escrito para no meter la pata ni acabar diciendo que a los que mintieran los iba a denunciar, mientras que el alcalde perdió los nervios y ha sido muy visto en redes

Lunes, 4 de agosto 2025, 00:15

Todos los ojos estaban desde bien temprano el pasado jueves puestos en la concejala de Limasam, Teresa Porras. Si se salía del guión en el ... pleno en el que la oposición la iba a fustigar con la crisis de la limpieza en las calles de Málaga a cuenta de sus tres mociones urgentes, –a la que luego se sumó toda la sillería llena de vecinos y activistas políticos enfadados–, seguramente daría otro titular de esos que rompen el share.

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Pero esta vez, Porras ya había decidido, o le habían ayudado a decidir, que iba a coger la senda de ser modosita y no salirse de los cánones. No querían los diálogos de Paquita Salas ni la serie de las Kardashian o las Berrocal como el reel que protagonizó con los miembros de la oposición en tres calles de la Cruz de Humilladero, y que ofreció SUR, para ver cómo andaban de limpieza. Se volvió viral, con más de 700.000 visionados, tanto como los titulares de la concejala popular en los que decía que iba a denunciar a quien mintiera sobre que Málaga está sucia, que más tarde acotó a Izquierda Unida (IU) porque argumentó que la que estaba con la fregona en Miraflores de los Ángeles era la viceportavoz de Con Málaga, Toni Morillas, y sin decirlo exactamente venía a decir que la acción de protesta por la limpieza estaba organizada. Como si los políticos, por ser políticos, no pudieran protestar.

En fin, que en un momento de la intervención de Porras en el pleno pareció de repente como si fuese Escarlata O'Hara en 'Lo que el viento se llevó', con su archifamosa frase 'A Dios pongo por testigo que jamás volveré a pasar hambre', que la popular tuneaba de la siguiente manera: «No me van a sacar de mis casillas, se lo he prometido a mi gente, a la que me quiere». Que traducido al castizo, bien podría ser, 'prometo que voy a ser buena y no la voy a volver a liar parda'.

Y lo cierto es que, a cada uno, lo suyo, Porras no soliviantó al público de la sillería que la esperaba en acción, y ella se ciñó a lo que tenía escrito para alivio de ella misma y del equipo de gobierno del PP. Lo que salva una hoja negro sobre blanco que alguien sólo tiene que leer cuando el momento de tensión se multiplica por tres.

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En el pleno era eso precisamente lo que pasó, que la tensión y el griterío estaban por las nubes. Hubo un momento, cronometrado por esta sección, en el que los vecinos que se quejaban de la suciedad estuvieron dos minutos de reloj gritando. Plenos así sólo los han superado precisamente los operarios de la antigua Limasa, con sus quejas, y los bomberos en la época álgida de su huelga. El jueves fue un día de furia, o un pleno de estrés. Luego, no resultaba extraño que, por la tarde, algunos concejales indicaran que les dolía la cabeza y acabaran con un ibuprofeno. Claro, el 'Speed: máxima potencia' en la sesión plenaria los había dejado KO. Como en los buenos combates.

La sesión era del todo ingobernable, pero lo cierto es que De la Torre ya había templado en otras ocasiones y esta vez no fue capaz

Pero a lo que íbamos. En todo este maremágnum descontrolado de gritos, quejas, intervenciones de vecinos frustrados con la limpieza, aunque también hubiese activistas políticos, que obviamente están en su derecho, lo que nadie esperaba es que el comedido alcalde de Málaga, Paco de la Torre, acabase echando a cerca de una decena de vecinos fuera del pleno. Y en ocasiones, con gritos también, es decir en un tono elevado, en el que es totalmente infrecuente verlo. Así que la tarde del jueves y el viernes, los WhatsApps y los reels ardían con que el alcalde de Málaga, Paco de la Torre, había perdido los nervios. Lo cierto es que la sesión era del todo ingobernable, pero también que De la Torre se aceleró y se puso nervioso con tanta agitación y griterío. A una vecina, en concreto, tras decirle cuatro veces que no interrumpiese porque estaba hablando sin tener la palabra desde la sillería, más tarde le rogaba que se fuera, pero ya sobrepasado y en un ataque de nervios. Por ser justos, pocos hubiesen aguantado tanta presión siendo presidentes del pleno, pero lo cierto es que De la Torre ya había templado en otras ocasiones y en esta vez no fue capaz.

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Pues bien, las imágenes tomadas por este periódico con su propia cámara volvían a demostrarlo: la limpieza los vuelve virales y ahora tocaba el turno a De la Torre expulsando a gente del pleno. En tan sólo dos días, casi 500.000 visionados. También se hicieron virales otros vídeos de la sesión en redes.

Teresa Porras, durante su intervención en el pleno del pasado jueves. Ñito Salas

Fue una pena que entre tanto griterío y crispación, ni De la Torre ni Porras abundaran en tener un gesto. El regidor, el día anterior, a preguntas de este periódico, indicó que pondría en marcha un plan de choque de baldeo si podían contratar máquinas hidrolimpiadoras. Pero en el pleno, este asunto ni se mencionó y eso que tanto el PSOE como Vox y Con Málaga lo habían incluido en sus acuerdos, todos tumbados por el equipo de gobierno del PP. La semana pasada no eran los barrios: un técnico de Con Málaga sacaba varias fotos en los alrededores del Ayuntamiento de Málaga y del paseo de Reding, con aceras realmente sucias. Tan cerca, tan lejos.

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Guiones para todos

La próxima vez, que no sólo Teresa Porras lleve guión, sino que le proporcionen uno a De la Torre como en el pleno del fiasco del Mundial 2030, en el que el alcalde no se salió de que la culpa la tenía la rotonda que había que haber hecho en el Martín Carpena para regular los flujos de tráfico si se habilitaba el estadio de atletismo para los partidos del Málaga mientras que se acometieran las obras de la ampliación de La Rosaleda. La rotonda que mencionó tres o cuatro veces así como que la renuncia al Mundial era «un ejercicio de responsabilidad», que dijo como poco otras cuatro.

Tras la sesión, un concejal popular resumía que una mala tarde la t iene cualquiera, y otro daba cuenta, con un buen criterio entre bambalinas, de la siguiente reflexión: «Todos tenemos un resorte -y señalaba el estómago, las tripas-, que hay que intentar que no salte para no perder los estribos». Pues eso.

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