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Auxiliares de ayuda a domicilio exigen medios para trabajar «con seguridad»

Auxiliares de ayuda a domicilio exigen medios para trabajar «con seguridad»

Los empleados de este servicio de asistencia a personas dependientes, sobre todo ancianos, denuncian que siguen cumpliendo su trabajo «sólo con dos mascarillas y una caja de guantes»

Viernes, 20 de marzo 2020

La creciente falta de medios para luchar contra el coronavirus no es una queja exclusiva de los hospitales o las residencias de ancianos. Desde esa primera línea de asistencia, los auxiliares de ayuda a domicilio llevan días denunciando falta de medios para desarrollar su trabajo «con seguridad». Y no sólo con respecto a ellos mismos, también con respecto a las personas a las que atienden, en su mayoría ancianos con patologías previas que representan el mayor grupo de riesgo pero que siguen necesitando, desde sus casas, esa ayuda a diario.

«No nos negamos a trabajar, pero queremos hacerlo en condiciones». El aviso es común el colectivo de trabajadores que cubren las diferentes zonas en Málaga, en un servicio que el Área de Derechos Sociales del Ayuntamiento de Málaga tiene delegado, por contrata, en empresas especializadas. Los profesionales tratan de convertir en virales estas exigencias, de hecho este periódico ha recibido en los últimos días decenas de mensajes donde se reclama lo mismo.

Aunque muchos prefieren mantener el anonimato para evitar represalias, Paloma Repiso, empleada de OHL Ingesan, da un paso al frente porque dice estar «harta». «Yo me encargo de cinco domicilios en Bailén Miraflores. Eso implica que tengo que estar en la calle de una casa a otra con el riesgo que eso tiene para los ancianos a los que atiendo y para mí. Y lo único que tenemos para hacerlo son dos mascarillas desechables y una caja de guantes. Son personas vulnerables que corren un riesgo, ¡imagina la que se puede liar aquí!«, protesta la auxiliar, que también teme por su propia familia. »Yo tengo una hija, y también me preocupa; de verdad que toda la plantilla va a entrar en un ataque de histeria«, lamenta. Además, la auxiliar explica que la policía ya la ha parado «tres veces por la calle» para preguntarle a dónde va: «Yo tengo el documento de mi empresa, pero me exigen que lo lleve impreso. ¿Y qué hago, me voy al Mercadona de aquí a meterme en la oficina y pedir que me lo impriman? ¡Es que es de locos!».

La situación es similar entre otras compañeras de servicio, que en este caso prefieren no dar sus nombres. «Yo por ejemplo tengo en casa a mi padre de 93 años. Él no sale pero yo estoy todo el día en la calle», relata otra de las empleadas de OHL Ingesan. Igual que su compañera, destaca que no es que no quieran trabajar, «sino hacerlo con los medios adecuados». También protesta de la actitud de algunas familias que viven bajo el mismo techo que los mayores a los que ella atiende, a las que -critica- «les da igual el riesgo que pueden tener con nosotras allí y reclaman que sigamos cumpliendo». «Algunas dicen que no vayamos para protegerlos, pero la mayoría nos exige que sigamos con las visitas, que normalmente están relacionadas con el aseo personal», destaca otra auxiliar que trabaja para Clece.

Las tres profesionales consultadas denuncian, además, que desde el Ayuntamiento de Málaga no se hayan puesto servicios mínimos para garantizar el servicio a los más vulnerables. En este sentido, una directriz de la Consejería de Igualdad y Políticas Sociales y Conciliación de la Junta de Andalucía dejaba en manos de los ayuntamientos la posibilidad de fijar esos servicios mínimos. Pero desde el Ayuntamiento de Málaga insisten en que «en ningún momento» ese ha sido el caso de la capital, donde no rigen -insisten- servicios mínimos.

«El Ayuntamiento de Málaga, en base a sus competencias, ha indicado en un escrito a las empresas prestadoras del Servicio de Ayuda a Domicilio, que deben continuar ofreciéndolo íntegramente a todos los usuarios y usuarias debido a su vulnerabilidad, y, de forma especial, en estas circunstancias extraordinarias«, afirma el consistorio en un comunicado. El escrito informa de que el Área de Derechos Sociales es consciente de la «gran dificultad» para obtener suministro de equipos de protección individual para las trabajadoras de las empresas, como está ocurriendo en el resto de servicios de carácter socio sanitario. Y añade que «desde esta área se ha informado a las empresas de que en caso de ser necesario priorizar las atenciones, no debe retirarse el servicio a ningún beneficiario. En todo caso, y si fuera necesario, puede estudiarse la disminución de la intensidad de esos servicios, pero siempre que estén atendidas todas las necesidades».

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