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Esther Molina.
¿Por qué los directores generales deben ser funcionarios?

¿Por qué los directores generales deben ser funcionarios?

La destitución de Molina evidencia la ‘volatilidad’ de los políticos populares en estos puestos, que deberían ocupar empleados públicos

Pilar R. Quirós

Miércoles, 29 de marzo 2017, 00:34

El cese en su cargo de la directora de Comercio, Esther Molina, sorprendió a casi todos menos a los propios, que sabían de los problemas del área que lideraba su ya exjefa la concejal María del Mar Martín Rojo. En la oposición no era especialmente apreciada y algunos de los populares zanjaban la cuestión con una frase similar:«No había superado dejar de ser delegada (concejala) de Comercio» en la pasada legislatura cuando el Constitucional falló que sólos concejales electos pueden ocupar áreas de gobierno en las grandes ciudades. De eso ya había llovido, precisamente desde mayo de 2013, pero parece ser que Molina nunca terminó de aceptarlo, y en vez de hacer de directora, le encantaba tener la voz cantante, y ahí es donde chocaba con su superior Martín Rojo. El director, por tradición, es el currito y el concejal, el que realiza la labor institucional.

Este cese pone sobre la mesa, que Molina, como la mayoría de los directores generales populares no podrían haber seguido en sus puestos de haber sido nombrados en el nuevo mandato municipal si se atiende a la Ley de Racionalización de la Administración Local de 2013, por la que las direcciones y coordinaciones generales deben ocuparlas funcionarios de carrera del Estado, de las comunidades autónomas y de las entidades locales que pertenezcan al subgrupo A1 (el más alto). La triquiñuela pasaba porque mantuviesen sus cargos desde el pasado mandato municipal sin ser cesados.

La destitución de Molina evidencia, pues, la volatilidad de la mayoría de estos cargos, del director de Medio Ambiente, Luis Medina-Montoya;de Cultura, Susana Martín o de Derechos Sociales, Ruth Sarabia, por poner ejemplos. La actual plaza vacante de Comercio deberá cubrirse en este caso se hará por libre designación por un funcionario A1 que cobrará 65.000 euros brutos al año, 11.000 más que los que Molina percibía. El único resquicio legal para que el equipo de gobierno del PPsiga nombrando directores generales a placer pasa por modificar el Reglamento Orgánico Municipal (ROM) del Ayuntamiento. No duden que más tarde o más temprano intentarán realizar los cambios. Les va la nómina popular en ello.

La visita del alcalde a Urgencias

Justo el lunes, en esas conversaciones de pasillo, le preguntaban al regidor Francisco de la Torre sobre el discurso emocionante de Antonio Banderas, y si el actor bajaría las revoluciones tras haber padecido un infarto al corazón en enero, tal y como explicó el pasado sábado sobre las tablas del Teatro Cervantes. El alcalde explicaba que se puede perfectamente tener una vida activa y proyectos conjugándolos con la prudencia.

De la Torre lo sabía de primera mano porque sufrió hace años un susto:una angina de pecho que no tuvo más recorrido. El mismo lunes por la tarde tuvo una pequeña hemorragia en la nariz que le obligó a ir a urgencias porque, al tomar un anticoagulante por la incidencia cardiaca que padeció, el sangrado no cesaba. Al parecer le pusieron un tapón para cortarle la hemorragia. Un asunto menor que ayer fue inevitablemente comentado en los pasillos.

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