La policía busca a dos jugadores de El Palo B por el apuñalamiento del futbolista del Alhaurín
Testigos aseguran que un futbolista paleño lo rodeó del cuello y otro joven que estaba entre los espectadores que saltaron al campo lo acuchilló
Juan Cano
Martes, 22 de marzo 2016, 00:16
La Policía Nacional ya ha identificado a dos de los presuntos agresores de Samuel Galán, el futbolista de 24 años del Alhaurín de la Torre ... B que permanece en la UCI del Hospital Carlos Haya, estable dentro de la gravedad, tras recibir dos puñaladas en el torso al término de un partido en el campo de San Ignacio, en El Palo. Al cierre de esta edición, los agentes que llevan el caso seguían buscando a dos jóvenes que tienen ficha con el equipo local por su supuesta implicación en los hechos. Uno de ellos había participado en el encuentro, mientras que el segundo estuvo en la grada y ni siquiera estaba convocado, según confirmaron las fuentes consultadas y la subdelegación del Gobierno en Málaga. Anoche, ninguno de los dos había sido localizado.
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El Grupo de Homicidios centra en estos momentos sus pesquisas en identificar y detener a todos los implicados en la agresión. Los investigadores cuentan con el testimonio de numerosos jugadores y del cuerpo técnico del conjunto visitante, así como el acta arbitral, a cuyo contenido ha tenido acceso SUR, que recoge con detalle la secuencia de lo ocurrido. Pero hay otra prueba que puede resultar aún más importante para el esclarecimiento del caso: el equipo de Alhaurín grabó todo el partido. La policía dispone ya de esas imágenes, que han sido revisadas por los agentes que trabajan en el atestado.
Según una primera reconstrucción de los hechos, realizada a partir de los testimonios de testigos, el desencadenante de la agresión, tal y como ayer adelantó este periódico, fue un pique futbolístico que la víctima, que llevaba el dorsal 4 y jugaba en la posición de delantero, mantuvo durante el choque con un defensa rival.
Los ánimos se fueron caldeando a medida que avanzaba el encuentro, que enfrentaba al primer y al segundo clasificado de Tercera Andaluza. En el partido, pese a la intensidad con la que se disputó (el ganador conseguía el ascenso directo), no hubo otros incidentes. El central fue sustituido al descanso por su entrenador para evitar una posible expulsión y, según testigos, se quedó en la entrada del túnel de vestuarios, con los brazos cruzados. Al finalizar el partido, que acabó con un resultado de 1-0 a favor del filial paleño, se produjo una invasión del campo por parte de los aficionados para celebrar el ascenso mientras los jugadores locales festejaban en corro, en el centro del terreno de juego, al grito de «campeones».
Eran aproximadamente las diez menos cuarto de la noche del domingo. Según relataron diferentes testigos, que han preferido preservar el anonimato, uno de los jugadores locales, al pasar junto Samuel, lo rodeó por el cuello con el brazo. En esos momentos, un grupo de espectadores testigos hablan de entre tres y seis personas descendieron de la grada armados con objetos contundentes. Al parecer, se preocuparon de ocultar previamente sus rostros con gorras o bufandas, se dirigieron al jugador del Alhaurín y comenzaron a agredirle. Uno de ellos sería un jugador con ficha en el club paleño, pero que no estaba convocado porque lleva un tiempo sin entrenar.
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Compañeros de Samuel y miembros del cuerpo técnico de ambos conjuntos acudieron a disolver la tángana. En la refriega, el segundo entrenador del equipo local, que además es policía nacional en activo, pero fuera de servicio en esos momentos, sufrió un corte en una pierna que precisó de nueve puntos de sutura.
Samuel se encaminó al vestuario rodeado por sus compañeros y por responsables del club. Su camiseta negra, la que luce el conjunto de Alhaurín como segunda equipación, le impidió ver la sangre. Cuando se la levantó, sus compañeros observaron que tenía dos navajazos y el joven cayó desplomado al suelo. Hasta ese momento, ni siquiera se había dado cuenta de que había sido apuñalado.
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Cuando llegó la policía y los servicios de emergencias sanitarias asistían a la víctima, los agresores ya se habían esfumado del lugar. Agentes de la Brigada de Seguridad Ciudadana de la Policía Nacional, con ayuda de la Local, cerraron a cal y canto el campo de San Ignacio para filiar a los testigos. Los jugadores del Alhaurín salieron sobre las once y media, escoltados, y fueron conducidos a comisaría para prestar declaración sobre lo que vieron de la agresión, donde también estuvieron los árbitros del partido.
La información sobre Samuel era confusa en esos momentos. El joven fue trasladado en estado crítico al Hospital Carlos Haya y en urgencias se confirmó la gravedad del pronóstico. Una de las puñaladas le había rozado el corazón y tenía que ser intervenido quirúrgicamente. La operación salió bien y el joven, según el último parte médico al que ha tenido acceso este periódico, continúa en la UCI, consciente y estable dentro de la gravedad. Evoluciona favorablemente.
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