

Secciones
Servicios
Destacamos
Antonio Javier López
Viernes, 29 de abril 2016, 01:33
Hugo siente que juega el partido de la vida «con un jugador menos», con la cancha volteada cuesta arriba. Hugo parece siempre a punto del infarto, con sus 130 kilos, su ropa impregnada de sudor y su cabina de taxi como una habitación del pánico de sí mismo. Hugo le reza en el bar al dios redondo del balón desde la cofradía de San Lorenzo de Almagro.
Hugo no tiene hijos, que se sepa, pero es el protagonista de 'Hijos nuestros', la película argentina dirigida por Juan Fernández Gebauer y Nicolás Suárez y presentada ayer en la sección Territorio Latinoamericano del festival. Un asunto, el de las relaciones paternofiliales, que también reina en 'La historia de Jan', el documental a concurso donde Bernardo Moll ofrece los primeros años de su hijo con síndrome de Down.
Propuestas ambas intimistas como buscan algunos fragmentos de 'Alcaldessa', también presentada ayer a competición en el apartado documental. Aquí Pau Faus traza el perfil de Ada Colau desde su papel en la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) hasta la victoria de la formación que lideraba (Ganemos Barcelona) en las pasadas elecciones municipales. Un relato poco amigo de la crítica a la figura de la activista y regidora que ofrece, eso sí, una interesante mirada sobre los debates en el seno de la formación que aglutinó a diversos colectivos. Además, 'Alcaldessa' suma el mérito de tomar el pulso a sucesos de muy reciente aparición, en la línea de 'Metamorphosis', de Manuel Pérez Cáceres, que también compite en la sección oficial de documentales con una propuesta más centrada en Ganemos Barcelona que en su rostro más mediático y visible.
Y de lo que no se ve, pero da peso al conjunto como en un iceberg, trata 'Hijos nuestros', sustentada en buena medida en la soberbia interpretación de Carlos Portaluppi en la piel de Hugo, un taxista cuyo amargo pasado se va presentado en medidas dosis a lo largo de la película. Hugo se cruza con Silvia (Ana Katz, que el miércoles presentaba en el festival 'Mi amiga del parque') y su hijo Julián (Valentín Greco) y a partir de ahí va surgiendo un juego de silencios, ilusiones y miedos proyectados con la religión y el fútbol como válvulas de escape y chalecos salvavidas.
«El fútbol es un lugar donde están depositadas muchas esperanzas, como sucede con la religión», esboza el codirector de 'Hijos nuestros', una cinta «contenida, como Hugo». Porque sobre ese personaje, sobre «sus contradicciones y ambigüedades», como sigue Fernández Gebauer, gira la historia que presenta el taxi de Hugo como «una metáfora, un lugar donde estás con gente, pero pasas mucho tiempo solo, como en las ciudades», acota el codirector, en alusión a Buenos Aires, aquí telón de un fondo de una suerte de 'Taxi driver' porteño en algunas secuencias nocturnas de la película.
Una posibilidad de cambio
En medio de esa oscuridad surgen Lucía y su hijo como «una luz, una posibilidad de cambio para Hugo», en palabras de Fernández Gebauer, que ayer aprovechaba la mañana antes de la proyección de la película para salir a correr por la ciudad, darse un baño en la playa y tomar mate mientras atendía a los periodistas.
«La película presenta a tres personas muy solas que se encuentran, pero no pretende atar todos los cabos de ese triángulo», cerraba el codirector de una de las cintas más interesantes presentadas este año en Territorio Latinoamericano.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.