
Elisa Carbonell, consejera delegada de ICEX
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Elisa Carbonell, consejera delegada de ICEX
La directora de ICEX, sobre Trump: «Si no se logra una solución negociada la UE tendrá que responder con firmeza»ICEX va a ser uno de los brazos mediante los cuales el Gobierno va a aplicar el plan milmillonario para ayudar a los exportadores a ... navegar la tormenta arancelaria de Trump. La empresa pública dedicada a potenciar el comercio exterior cuenta como principales activos con más de cien oficinas en países del extranjero que generan una «inteligencia económica» que es más valiosa que nunca para las empresas, en opinión de su CEO, Elisa Carbonell.
–La primera pregunta no puede ser otra: ¿qué va a ocurrirle a los exportadores y a la economía española con la guerra arancelaria que ha desatado Trump?
–En primer lugar, desde ICEX lamentamos profundamente la imposición de estos aranceles, que consideramos injustos e injustificados. Está demostrado que este tipo de medidas terminan perjudicando a todos, encareciendo los productos para los consumidores y afectando negativamente a las empresas. Además, el cálculo realizado por la administración estadounidense para justificar estos aranceles no refleja con precisión la realidad del comercio internacional. En segundo lugar, es clave apostar por una solución negociada con EE UU para proteger una relación comercial fundamental. Pero si no se logra una solución negociada, la UE deberá responder con firmeza para proteger sus intereses. No buscamos una escalada proteccionista, pero no podemos quedarnos impasibles. Europa tiene herramientas para reaccionar y defender a sus sectores estratégicos de manera proporcionada. En el caso de España, aunque la exposición directa de nuestras exportaciones a Estados Unidos es relativamente baja en términos absolutos, el impacto indirecto puede ser mayor debido a la fuerte vinculación de nuestras empresas con las cadenas de valor europeas. Algunos sectores, como el automovilístico o el agroalimentario, pueden verse particularmente afectados.
-¿Cómo va a ayudar ICEX a las empresas y sectores afectados?
–El presidente del Gobierno acaba de anunciar un Plan de Respuesta y Relanzamiento Comercial, dotado con 14.100 millones de euros, para apoyar a las empresas más expuestas y sus trabajadores, a los que ofrecer soluciones de financiación y acompañamiento a la diversificación de mercados. En el marco de esta medida, habrá un plan específico de ICEX para ayudar a los sectores afectados a afianzar su posición en Estados Unidos y a abrir nuevos mercados. En ICEX ya llevamos tiempo trabajando en esta línea y estamos reforzando las estrategias que posicionan las exportaciones españolas en el segmento más competitivo del mercado. Cuando los aranceles afectan a la competitividad por precio, hay que potenciar otros factores diferenciales: el valor de marca, la innovación tecnológica y la calidad . Queremos consolidar el 'Made in Spain' como un sello de excelencia en sectores clave como la tecnología, la alimentación y la gastronomía. Además, trabajamos en diversificar los mercados de destino. Hay oportunidades en regiones menos exploradas por las empresas españolas, como Canadá, Australia, Oriente Medio o Japón. Personalmente creo que las líneas de ayudas son interesantes siempre y cuando tengan un alto contenido de valor añadido. Más valioso que una subvención puede ser poner al servicio de las empresas toda la información que tiene ICEX, los contactos, los programas de talento y demás. Tenemos una red de más de cien oficinas comerciales sobre el terreno que manejan una información absolutamente sofisticada; inteligencia económica. Para mí eso es lo que ahora es verdaderamente relevante para las empresas: que sean capaces de aislarse del ruido y de tomar decisiones informadas.
–¿Van a cambiar mucho los flujos de comercio internacional?
–No lo sé, puede ser. Yo lo que sí que veo es que la Comisión Europea lo primero que va a querer hacer es un esfuerzo para consolidar de una vez por todas el mercado único. El FMI tiene un informe que dice que si los europeos fuéramos capaces de aprovechar los 450 millones de consumidores que somos en el mercado único, eso tendría un efecto equivalente a una reducción del 45% de los aranceles a nuestras empresas. Además, creo que la UE va a aprovechar los acuerdos de libre comercio que tiene con otras zonas geográficas. Se anunció un acuerdo con México y está Mercosur, que hay que transponerlo... Son acuerdos que pueden suponer oportunidades para los exportadores europeos y, por supuesto, los españoles.
-¿Están preparados las compañías exportadoras españoles para afrontar la crisis que se avecina?
-Ya casi se nos olvida, pero llevamos cinco años de episodios disruptivos en el comercio internacional, uno detrás de otro: primero el Brexit, que se nos olvidó por la pandemia. Luego la inflación, luego Ucrania, luego todo la guerra de Gaza... Y creo que a la empresa española esta fase le ha pillado en un momento de madurez y de sofisticación en sus exportaciones, de manera que ha sabido absorber estos retos y, de hecho, estamos comportándonos muy bien en cuanto a actividad internacional. Porque e a pesar de todo esto y a pesar del incremento de la competencia de países asiáticos, España no solo ha mantenido cuota de mercado en los mercados internacionales, sino dentro de la Unión Europea. Creo que estamos avanzando hacia unas exportaciones más diferenciadas, de mayor valor añadido y no tanto basadas en el precio.
-¿Cuál sigue siendo el mayor error de las empresas a la hora de dar el salto a la internacionalización?
-Para internacionalizarse hay que estar preparado. Y para eso hay que dedicarle recursos, no necesariamente recursos financieros, pero sí recursos humanos y tiempo. Es muy importante la inteligencia de mercado: entrar en un mercado, saber dónde se va a posicionar tu marca, cómo, con quién vas de la mano... En 2008, cuando la crisis financiera azotó España, muchas empresas se internacionalizaron por necesidad, no porque estuviera dentro de sus planes de negocio. Muchas no estaban preparadas para dar ese salto y algunas al final perdieron recursos, tiempo, músculo... La internacionalización es una fuente de prosperidad para las empresas: se vuelven más competitivas, más resilientes a la hora de aguantar crisis y envites. Pero hay que hacerlo bien, hay que ir preparado.
-Málaga ha alcanzado otro récord histórico de exportaciones en 2024, pero quizá el precio del aceite de oliva ha tenido que ver en ello. ¿Qué interpretación hace usted de estas cifras?
–Las cosas se están haciendo bien y el sector exportador andaluz y de Málaga están en un momento muy bueno. Desde 2007 se ha multiplicado por tres el valor de sus exportaciones, desde 1.000 millones a más de 3.000 millones. Puede que haya un efecto puntua en 2024 del precio del aceite, pero de todos modos el sector exportador está siendo muy dinámico.
–¿Cuáles son nuestras fortalezas y debilidades? No sé si considera escaso el número de empresas exportadoras: hay 4.000 y sólo 1.000 regulares en la provincia de Málaga.
–No creo que haya que hablar de debilidades sino de retos. Y creo que son retos compartidos con el resto de España, como es seguir trabajando en incrementar el número de exportadores regulares. Eso en primer lugar; en segundo creo hay que seguir trabajando en la diversificación de los mercados, sobre todo ahora que las condiciones se están complicando en cuanto a geopolítica. Málaga tiene como principales mercados los europeos: Francia, Italia... y luego Estados Unidos. Así que creo que es importante seguir con el esfuerzo de diversificación de mercado. En cuanto a los sectores, el 50% de las exportaciones aproximadamente es agroindustria. Somos una potencia en ese ámbito, con lo cual es lógico. Después se sitúan los sectores químicos, energético y industrial. Y lo que me parece interesante es destacar la capacidad de atracción de inversión extranjera directa 'greenfield' [inversión que busca establecer un nuevo negocio o subsidiaria en un mercado extranjero desde cero, lo que significa que hay que adquirir terrenos, construir instalaciones, contratar y capacitar al personal]. Málaga es la tercera provincia de España, solo por detrás de Barcelona y Madrid, que mayor inversión extranjera de este tipo ha sido capaz de atraer. La atracción de inversión directa se está produciendo además en sectores muy interesantes, como las tecnologías de la información.
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