Cuando la erotización de la arquitectura se transforma en vagina

Su obsesión por el encaje fue lo que le llevó a crear un doble juego de cubrir las esculturas desnudas con una intención erótica. Con este proyecto establezco una nueva visión del cuerpo femenino explica la artista de tan solo 25 años, que utiliza materiales tradicionales como el barro o la cerámica y les incluye elementos decorativos que no se dan habitualmente en ellos.

Las paredes de azulejos hechos a mano y los bidés son piezas clave de la exposición, con los que la joven artista experimenta generando una feminización de las obras a través de un efecto de lencería. Incluso a uno de ellos le aplica la misma técnica utilizada para crear los moldes vaginales. Extrae el modelo mediante un vacío del hueco del bidé y utilizando un instrumento llamado dremel decora la figura para continuar con la doble sentido de las figuras.

Al tomar como modelo mi propio cuerpo, intento crear una equivalencia de efectos con la que el espectador sienta un contraste al verlo explica de la Cruz. De hecho, la primera percepción al ver la figura se relaciona con el aparato reproductor masculino ya que presenta una forma similar, pero la realidad es la representación del interior vaginal de la mujer. Y es a partir de este concepto cuando surgen nuevas ideas en la creación de sus obras. La exposición puede contemplarse hasta mediados de mayo.