La poesía hecha velada
Cultura. El joven madrileño Luis Díaz, ganador del premio Irreconciliables con 'Hombres con un diente de leche', deleita en el Contenedor
TERESA R. DEL SOL
Martes, 26 de octubre 2021, 00:03
Los versos de proclama a su propia libertad de Estela Murillo abrieron la X edición de Irreconciliables, Festival Internacional de Poesía que se celebra en Málaga. En la voz de Jose, uno de los asistentes del público que se ofreció voluntario a pronunciar las emociones de la protagonista, Estela traspasó todas las barreras de prejuicios hacia las personas con discapacidad física desde un desparpajo en sus palabras y una aplastante verdad. «Soy diversa, alocada», matiza en unos versos sin filtros.
El ganador de esta edición que cumple 10 años de vida es Luis Díaz por su libro 'Hombres con un diente de leche'. La tradición, el género y el medio rural son las palabras que sintetizan a la perfección este conjunto de poemas. El joven de 27 años nacido en Alcalá de Henares ha publicado por fin su primer libro con la Editorial Cántico después de un tiempo con los poemas guardados en el cajón.
«Nunca quise la nariz de mi padre me miraba en los espejos buscando cambios como quien observa una flor esperando a que se abra», se escucha la voz tímida de Luis en la velada. El escritor cuenta cómo empezó a escribir en la fábrica de cartón donde trabajaba, allí no podía usar el móvil ni tenía papel dónde apuntar las ideas que empezaron a brotar por su mente, así que tirando del único recurso que tenía a mano cogió cartón y papel y fue anotando todo lo que pasaba por su cabeza. Así hasta que un día vió que hilando algunas estrofas podría tener cierto sentido. Sentido que ha cobrado en las páginas de su libro y ahora en este premio Irreconciliables.
De generación en generación
'Hombres con un diente de leche' habla de la tradición que pasa de generación en generación, especialmente entre los hombres, del mundo del campo y sus arraigos, de una ruda masculinidad. Luis Díaz se siente alejado de esa tierra que lo vio nacer, indiferente a lo que se espera de un hombre que nace en el campo y que tiene el supuesto digno deber de trabajar la tierra cómo todos los antepasados de su familia.
«Esperan de ti que seas firme esperan de ti que seas capaz de levantarte cada madrugada a las dos en punto esperan de ti que tengas las uñas sucias esperan que asumas una mala cosecha con la resignación de los animales viejos esperan que asumas que la lluvia y el sol no van a llegar en su momento esperas el trigo y la cebada a veinte céntimos el kilo», estas son las palabras del joven poeta (escritas sin signos de puntuación) que abren una ventana a la vida del campo y su costumbrismo en un punto de una ciudad de más de un millón y medio de habitantes alejados de estas tradiciones.
La crudeza de su lenguaje no deja indiferente a nadie y te transporta a su niñez. Las mujeres de su vida también están representadas en su obra, mujeres que esperan a sus maridos, mujeres que reclaman cariño de sus maridos, «mujeres con depresión y los maridos que no escuchan que están demasiado ocupados mirándose al espejo intentando sacarse los pelos enquistados de la barba estos mismos hombres llegan a su vejez deseando quedarse viudos pero cuando sus mujeres mueren se pasan lo que les queda de vida llorando». Un desahogo a las emociones masculinas en toda regla que Luis representa en este libro.
De la crudeza a la delicadeza
De la crudeza del poeta madrileño se dio paso a la delicadeza de la mexicana Ale Osegura con un recital interpretado en voz y movimiento que permite desplazarte entre la literatura y una escena de teatro, entre la exposición pública y la intimidad. Una actuación sin transiciones y continuo movimiento que te lleva con ella a través de sus palabras.
El colofón de este evento literario lo pusieron Nuria Martínez y Oriol Sauleda, dos poetas experimentados en el escenario procedentes de Barcelona. Su trabajo es urbano y contemporáneo, una expresión oral marcada por la improvisación.
La velada también acogió la inauguración de la exposición Recreativos Federico en el Espacio Cero. Una sala oscura alumbrada únicamente por las máquinas recreativas y una pantalla que proyectaba la figura del poeta granadino García Lorca. Un ambiente psicodélico acompañado de música que te hace viajar por diferentes épocas, pasando por los años 80 hasta los 30 cuando te enfrentas a los juegos. La obra de Alex Peña es una composición de siete máquinas recreativas inspiradas en la obra dramática y vida de Federico García Lorca. 'La grúa de Bernarda Alba', 'Bolas de sangre', 'Yerma La nuit', 'Amor de Don Perlimplín con Belisa en su futbolín', 'Así que pasen 5 euros', 'Las Sin Sombrero' y 'Cadaqués Invaders', componen el conjunto de la obra que reflexiona sobre la mercantilización del legado artístico del poeta.
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