Un radar para controlar la velocidad en la rotonda de la Marcha Verde de Torremolinos
El Ayuntamiento acerca los badenes a la glorieta y coloca un semáforo que se ilumina en rojo si se excede el límite permitido para acabar con los accidentes en un punto negro del tráfico
El Ayuntamiento de Torremolinos puso en marcha, a mediados del pasado año, un estudio para buscar soluciones a la alta concentración de accidentes en ... la rotonda de la Marcha Verde.
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La glorieta, en la confluencia de la antigua Nacional 340 y José María Amado Arniches, es un distribuidor que conecta los barrios de El Pinillo y Montemar Alto, con gran concentración de población, negocios y servicios, y, además, paso en la ruta hacia las vecinas Benalmádena y Málaga.
«Suerte», a pesar de todo
Como ejemplo de lo conflictivo de este punto, el 21 de mayo de 2024, un turismo, con un conductor que dio positivo por consumo de alcohol excesivo, se estrelló allí y causó heridas a una mujer y cuantiosos daños materiales aunque, como dejaron claro los vecinos, hubo «suerte», a pesar de todo, pues al ser de madrugada, no había prácticamente tráfico. Tras analizar las causas de los distintos accidentes la Policía Local, el Ayuntamiento ha optado por la colocación de un radar aleatorio y disuasorio antes de llegar a la intersección.
Además del cinemómetro, la Administración municipal ha retrasado los badenes para que estén más próximos a la rotonda, y, unido a ello, se ha instalado un semáforo que se ilumina en rojo cuando se supera la velocidad permitida, limitada a 30 kilómetros por hora.
Junto al cinemómetro, se ha colocado un semáforo que se ilumina en rojo en caso de sobrepasar los 30 kilómetros por hora
El Gobierno local recuerda que, a raíz de una pregunta en el pleno de la oposición socialista, se anunciaron estas medidas que buscan, como dejan claro, «reducir la siniestralidad» y están basadas en recomendaciones del área de Tráfico.
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No obstante, como se advierte, hay que tener en cuenta que, en muchas ocasiones, entra en juego una «preocupante relación entre velocidad y alcohol».
La colocación del radar es la última de las apuestas para reducir la velocidad en esta vía, donde, desde hace años, ya funcionaban semáforos, bandas sonoras y los resaltos, aunque, en este último caso, tal y como estaban distribuidos antes de su cambio de ubicación, se comprobó que daban lugar a un «efecto rampa», es decir, una vez perdido el control del volante, los vehículos cogían impulso y terminaban, como también ha llegado a suceder, empotrados contra la valla que separa la calzada del acerado, e, incluso, en la misma glorieta, fue así como ocurrió en otro de los accidentes en este conflictivo cruce, el 18 de junio de 2024, que se saldó con dos heridos, un varón, de 26 años, y otro hombre, de 36, ambos con heridas. El coche quedó sobre la rotonda y los servicios de emergencias recibieron más de una docena de llamadas de aviso.
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