Una iniciativa de reciclaje de la Asociación ASIT que reduce la brecha digital

Conscientes de esta problemática desde hace algunos años, el equipo de la Asociación al Servicio de la Investigación y la Tecnología (ASIT) se puso manos a la obra durante las semanas más duras de cuarentena para buscar, higienizar, reparar, formatear y poner a punto ordenadores que estuvieran en desuso. Este colectivo, que nació en 1989 con la intención de desarrollar proyectos empresariales, muchos de ellos relativos al Parque Tecnológico, toma un punto solidario cuando a mitad de los años 90 inician en Palma-Palmilla una actividad para ayudar a los vecinos del barrio a conocer las herramientas de internet, reducir la brecha digital y alfabetizar a la población en lo relativo a la web: «Comenzamos en la Palmilla con un centro. Pusimos en marcha programas para jóvenes, siempre dentro de la innovación. Al comienzo todo era muy raro porque la gente no estaba acostumbrada a acceder a internet y nos miraban preguntándose dónde habíamos aparcado el platillo volante», comenta jocosamente Tomás Pérez, gerente de esta asociación.

Antes de la pandemia, el equipo de ASIT ya había reparado y distribuido alrededor de 350 ordenadores en Málaga para que muchos que no habían tenido oportunidad de conectarse a la red pudieran hacerlo. En lo relativo a estas semanas tan duras que nos ha tocado vivir, han sido un total de 50 ordenadores los que han recibido una segunda vida al repartirse entre aquellas personas más vulnerables: «Ahora estamos de nuevo en búsqueda de equipos que empresas o particulares puedan y quieran donarnos. Nosotros los recogemos, los limpiamos, formateamos e instalamos un software libre, sin coste alguno para el usuario ni tampoco para aquellos que los donan», explica Pérez animando a sumarse a la causa.

En estos días, este colectivo ya ha recogido tablets, móviles y monitores, que según su gerente «son muy valiosos» para poder crear nuevos equipos: «No importa si tienen 10 o 12 años de antigüedad. El que yo uso, por ejemplo, es de 2008 y funciona perfectamente. Son equipos que con un mantenimiento adecuado pueden durar muchos años más», comenta. Desde ASIT, no sólo están haciendo una labor social, evidencian que también se pueden reciclar los equipos viejos y así reducir el impacto medioambiental de la basura electrónica; además, han contratado dos personas más durante este tiempo para que se unan al equipo de ASIT.

Pérez reconoce que durante estas semanas están tardando más de lo normal en reparar los ordenadores por el cierre de su centro municipal: «Algunos de ellos nos los tenemos que llevar a casa. En condiciones normales podemos reparar alrededor de diez ordenadores a la semana», cuenta Tomás Pérez.

En lo relativo a elegir quién es el particular o la familia a la que le corresponde un ordenador, ASIT está en contacto con los servicios sociales y asociaciones que trabajan con personas en riesgo de exclusión. Durante estos meses han atendido a unas 500 personas en las labores de intermediación laboral, seguimientos o cualquier otra ayuda que pudieran facilitar. Tomás Pérez cuenta que se han realizado tres repartos en Palma Palmilla y dos en Campanillas, siempre citando a los beneficiarios con un intervalo de media hora en la recogida del equipo y siguiendo todas las medidas sanitarias.

Uno de estos colectivos que se han beneficiado de la donación de ASIT es YMCA, un grupo asociativo sin ánimo de lucro que lleva poco tiempo asentado en Málaga y Granada, aunque cuenta con una extensa labor profesional en lo relativo a la orientación e intermediación laboral.

Susana Corrales, directora autonómica de YMCA, expresa su total gratitud a ASIT por su donación en estos tiempos tan complicados. Gracias a sus reparaciones milagrosas han podido entregar durante estos últimos días cinco ordenadores a los usuarios de sus programas que necesitaban urgentemente retomar sus estudios: «Había chicos estudiando con móviles rotos y era horroroso seguir en esas condiciones. Son personas que han vuelto a retomar sus estudios de la ESO y ya venían motivados. Nosotros tenemos que seguir motivándoles en su doble esfuerzo», explica Corrales.

Aunque ellos sí han notado bastante la brecha digital, durante estas semanas han acompañando a estas personas en la formación y búsqueda de empleo, a pesar de la dificultad que supone cuando no se tienen los medios necesarios. «Se los entregamos a cinco chicos con el compromiso de que los cuiden bien y le den buen uso. Cuando a ellos ya no les hagan falta los equipos volveremos a dárselos a otras personas que lo necesiten», relata la directora autonómica de YMCA.

Este colectivo cumplió su 30 aniversario en 2019, aunque tenían previsto para el pasado marzo una fiesta de celebración por todo lo alto que, lógicamente, no se pudo celebrar. Siguen trabajando para que algún día la brecha digital en algunos barrios de Málaga simplemente sea un recuerdo lejano. Ahora, piden la colaboración de empresas y particulares para seguir recaudando más equipos que les permita ayudar a aquellos que lo precisan.