Borrar
Adeyemi Ajao disfruta de unas cortas vacaciones en Marbella. :: Josele-Lanza
«Hay españoles que quieren invertir en Silicon Valley pero no lo hacen aquí. En España hay aversión al riesgo»

«Hay españoles que quieren invertir en Silicon Valley pero no lo hacen aquí. En España hay aversión al riesgo»

Adeyemi Ajao, fundador de Tuenti y promotor de proyectos de éxito, revela qué exigen los inversores en la capital tecnológica del mundo

HÉCTOR BARBOTTA

Domingo, 18 de agosto 2013, 12:09

Estaba estudiando en Estados Unidos cuando intuyó lo que podía cocerse en las redes sociales y llamó a sus amigos en Marbella para decirles que sería una buena idea hacer algo. El invento se llamó Tuenti. Después, ya instalado en San Francisco, Adeyemi Ajao 31 años, nacido en Madrid de padre nigeriano y madre española y criado en Mijas creó Job&Talent e Identified. «Es al comienzo de los proyectos cuando puedo añadir más valor», asegura. Si el éxito profesional se mide en decenas de millones de dólares, Ajao ha triunfado. Ahora, con inversores captados en Silicon Valley, ha puesto en marcha Cabify, una aplicación para solicitar coches de alta gama con chófer que aspira a revolucionar el transporte sobre todo en los aeropuertos. De vacaciones en Marbella, mientras comparte unos días con sus excompañeros del colegio Alborán y enseña la Costa del Sol a algunos de sus socios, explica cómo se cuece la trastienda en la capital mundial de los negocios en la red y cómo aterrizó en ese mundo.

-Me crié en Marbella y desde los 14 años más o menos empecé con un grupo de amigos a trastear bastante con ordenadores. Teníamos un grupo de hacking y nos dedicábamos a aprender programación, a desarrollar algún proyecto, pero nada con un fin comercial. Luego fui a Madrid a estudiar Derecho y Empresariales siempre con la idea de montar mi propia empresa en algún momento.

-¿Esa idea la tuvo siempre? Porque no es lo más habitual.

-La verdad es que sí, y eso es consecuencia de mis padres. Mi padre es nigeriano, pero él emigró a Europa siendo joven. Estudió en Inglaterra y en Alemania y acabó montado una empresa de ingeniería industrial. Le fue muy bien y yo le vi siempre desde joven trabajar mucho, muy comprometido con su negocio. Al final todos admiramos a nuestros padres, yo pensaba que algún día me gustaría ser como él. Como además siempre me gustó la ciencia y la tecnología pensaba que ese negocio tendría que ver con la tecnología. Durante los años de carrera estuve bastante centrado en los estudios, haciendo prácticas en abogacía, en consultoría, en banca de inversión, y en el último año me fui a Estados Unidos de intercambio. Y junto con dos amigos, Félix Ruiz, de Marbella, y Joaquín habíamos empezado a hablar de hacer algo. En aquel momento había una red social de viajes que había nacido en Suecia y se había lanzado Facebook, que estaba pegando muy fuerte en las universidades de la costa Este. Dijimos entonces de hacer una red social centrada mucho más en fotos, y así fue como nació Tuenti.

-¿En qué momento se le empieza a estudiar la viabilidad económica a un hobby? ¿Es un proceso natural o hay un clic en un momento determinado?

-Para mí fue el contacto con Estados Unidos. Es cierto que durante los años de carrera, cuando hacía prácticas cada vez me gustaba menos la perspectiva de trabajar para otro. Y el principal motivo era la falta de creatividad. Podía trabajar muchas horas, eso no me importa, pero era muy aburrido. Recuerdo que en aquel momento leí un libro sobre el origen de Google, y hasta ese momento no se me había ocurrido que las páginas web eran negocios.

-El resto de las páginas que ha creado no se parecen en nada a Tuenti.

-Tuenti fue algo que surgió sin estar muy planeado. Yo estaba explorando qué quería hace con mi vida, pero a partir de ahí dije que esto es lo que quería hacer, dedicarme a empresas de Internet, y además por el tipo de persona que soy creo que yo añado más valor al principio del proyecto, cuando es puramente una idea y hay que llevarlo de idea a realidad. Eso es lo que estoy haciendo actualmente y que espero seguir haciendo.

-A veces uno se pregunta por qué no hay más jóvenes que se lancen a este tipo de emprendimientos, si es porque es necesario un cambio de mentalidad, si no hay inversores suficientes... Porque además de una idea hay que tener posibilidades de acceder al capital. ¿Esto sería posible si usted no estuviese conectado con inversores norteamericanos?

-La respuesta es no. El acceso al capital, como usted dice, es una de las grandes virtudes empresariales que hay en Silicon Valley. En España es muy complicado. Para Cabify, que es un proyecto muy bueno y que va muy bien, pensé que no tendría problemas después de mis experiencias anteriores para levantar capital en España. Estuve tres semanas en España levantando capital y levanté muy poco. Los inversores españoles tienen muchísima aversión al riesgo, y llegó un momento en que dije: voy a ver si en Estados Unidos lo hago antes. Y después de tres días de reuniones ya tenía medio millón.

-¿Cuánto puede tardar en España en conseguir medio millón de euros?

-Puedes estar meses. Y yo soy una persona, ahora mismo, que por mis anteriores proyectos tengo acceso a muchos inversores.

-Funcionan como aval.

-Para Identify levantamos hace un año 21 millones de dólares. Eso en España es imposible.

-¿Eso es porque no hay capital aquí?

-En absoluto. Un dato muy curioso: yo tengo continuamente ofertas de inversores españoles que quieren que invierta dinero por ellos en Silicon Valley, porque yo invierto mi dinero personalmente y muchos me han dicho que les encantaría estar allí. Pero no invierten aquí en España.

-¿Cuando usted va a hablar con un inversor en Estados Unidos qué es lo que le piden?

-Básicamente, al principio cuando no tienes nada ellos miran tres cosas: la primera y más importante es un muy buen equipo, que tú y tu equipo sean gente válida y muy comprometida. Una de las primeras cosas que te dicen es: «Si yo voy a darte mi dinero para tu proyecto quiero que ese proyecto sea tuyo». Quieren que tu dedicación sea maníaca. Con mi equipo hay semanas que trabajamos cien horas. La segunda es que el mercado sea muy grande. Tu mercado tiene que ser mayor de mil millones de dólares, porque así si tienes una cuota del 10 por ciento, pues eso está muy bien. Y la tercera es que tu visión sea muy grande. Normalmente en Estados Unidos si hablas de 'tengo un negociete muy bueno' te dicen no. No pierdas el tiempo. Tienes que aspirar a ser el siguiente Google. Les gusta oírte hablar así.

-Aunque ese objetivo no se alcance.

-Eso está bien, es un muy buen punto. Aquí en España se penaliza el fracaso y nos gusta bastante ver a ídolos caídos. Ahí es muy común que cuando un proyecto no sale se recurra al mismo equipo para hacer uno nuevo. Eso es muy común, porque la idea puede salir o no, pero si el equipo es bueno algo se les va a ocurrir.

-¿Qué tipos de inversores son?

-En general son fondos de capital riesgo.

-Me ha mencionado la necesidad de que haya cambio de mentalidad en los inversores ¿Y en la gente que tiene ideas o inquietudes empresariales?

-También. No es un problema de enfoque del negocio, sino de actitud y de educación. Cuando empecé en Icade y dije que me iba a dedicar a Tuenti full time me dijeron que estaba totalmente loco. Tuve un par de profesores que con su mejor buena intención me organizaron una reunión para disuadirme porque estaba tirando mi carrera profesional. Me tenían cariño. De los diez primeros de mi clase opositaron seis. Si esta generación quiere competir globalmente necesita un cambio de mentalidad, creérselo. El sur, y concretamente la provincia de Málaga ha dado históricamente gente muy creativa. En muchas oficinas de Silicon Valley hay fotos de Picasso como símbolo de creatividad. Hay una gran cantidad de personas que empiezan negocios pequeños. Esa mentalidad y ese hambre está, que es el mismo hambre de los conquistadores españoles de antaño. Pero hay un sistema... En España todos los políticos son opositores o políticos profesionales. Un Obama jamás saldría aquí. En las últimas elecciones, el otro candidato era un hombre de negocios muy exitoso. Cuando yo veía aquellas elecciones pensaba que si eso es lo que está arriba es normal que ese espíritu llegue a todos los niveles.

-Es muy habitual que en momentos como estos haya personas que quieran emprender pero se digan que no ienen ninguna idea genial en su cabeza.

-Es que lo importante es el equipo. La idea con la que empezamos Identify o con la que empezamos Job&Talent no es la idea con la que estamos haciendo dinero hoy. Y hemos tenido que cambiar de idea varias veces. Desde fuera yo miraba Silicon Valley y decía que es un sitio con ideas geniales, y según voy conociendo más compañías y más fundadores es: «No, mira, yo tenía una idea que no ha funcionado, pero seguí trabajando y se convirtió en otra cosa que funcionó». Aquí hay un estigma del fracaso; allí se valora la experiencia de haberlo intentado, y eso te cuenta positivamente.

-No cuenta el fracaso, sino la intención.

-Efectivamente. Y el esfuerzo.

-¿Qué papel cumplen las administraciones públicas en esos ámbitos?

-El Estado está ausente. Este es uno de los debates más presentes en la política de Estados Unidos, cuál debe ser del rol del Estado en la sociedad. En Silicon Valley en concreto hay una opinión muy fuerte de que el rol del Estado es no entrometerse. Algunos consideran poco ético que las empresas tecnológicas tengan que pagar los mismos impuestos porque dicen que al final están haciendo mucho más bien a la sociedad que otro tipo de empresas.

-¿Qué cambios debería haber en la educación para favorecer este tipo de iniciativas?

-En dos vertientes. Una es que la educación en España sigue siendo fundamentalmente teórica; y una educación basada en memorizar debería estar totalmente prohibida. Memorizar y soltar lo que has memorizado en un examen no te prepara en absoluto para la vida empresarial. En Estados Unidos no existen clases así. También creo que debería estar mucho más presente la colaboración universidad-empresa. Aquí hay un miedo tremendo a que exista ese contacto, pero allí la gente está haciendo prácticas desde el principio, los profesores están trabajando.

-¿Cómo aprendió a exponer una idea ante inversores a los que tiene que convencer de que se jueguen su dinero con usted?

-Eso es algo que yo al principio hacía muy mal, he mejorado con el tiempo. Estar en Silicon Valley me ha ayudado mucho. Pero la verdad, lo que más me ayudó de todo lo que hice en la carrera fueron cuatro años en un grupo de teatro universitario. Antes de la primera reunión con inversores para Tuenti hice los mismos ejercicios que hacía antes de salir al escenario.

-¿En qué medida le ayudó para desenvolverse en una sociedad multicultural como la norteamericana haber crecido en la Costa del Sol?

-Mucho. Esta es una zona muy especial. Me acuerdo que cuando llegué al colegio mayor en Madrid comparaba mi educación con la de otras regiones de España, incluso de ciudades más grandes y yo tenía una gran ventaja. Yo iba a Puerto Banús y eso no era España y luego volvía a mi casa en Mijas y eran dos mundos en 30 kilómetros. Eso te da tablas para desenvolverte mejor, incluso en negociaciones. Aprendes a mirar a través de los ojos del otro.

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

diariosur «Hay españoles que quieren invertir en Silicon Valley pero no lo hacen aquí. En España hay aversión al riesgo»