Liderazgo Obama
PPLL
Domingo, 12 de julio 2009, 04:35
EN los apenas seis meses transcurridos desde que jurara su cargo, Barack Obama ha desplegado una significativa agenda internacional en equilibrada combinación con los ... esfuerzos movilizados internamente para combatir la crisis económica y financiera. Sus multimillonarios planes de estímulo han actuado como la palanca imprescindible para intentar que la economía estadounidense recobre la estabilidad y también la credibilidad que precisa para mantener su supremacía frente a potencias emergentes como China; al tiempo que han contribuido a reforzar las credenciales con las que el primer presidente afroamericano de EE UU se ha propuesto recuperar la confianza en el exterior sobre la voluntad de cooperación de la nueva Casa Blanca. En este tiempo, Obama ha ensayado su liderazgo explotando su carismática retórica -con hitos como el discurso al mundo musulmán en El Cairo- y su apuesta por un multilateralismo constructivo, identificado con los mejores valores de la democracia. El modo en que plantea la cooperación y el entendimiento internacionales resulta difícilmente rebatible y se beneficia de la disposición de los demás líderes a no romper, por ahora, el encantamiento.
Las sucesivas actuaciones del mandatario norteamericano han cristalizado en un cambio en la percepción de lo que hoy es posible en las relaciones mundiales, aunque los problemas a los que se enfrentaba la hiperpotencia hace medio año -la recesión, guerra en Afganistán, la institucionalización de Irak o el desafío nuclear de Irán y Corea del Norte- persistan u ofrezcan nuevas e inquietantes dimensiones. Obama ha demostrado en su última gira, iniciada en Rusia y con escala final en el corazón de África en el que arraigan sus raíces y las de su esposa -descendiente de esclavos-, su habilidad para explotar el valor de lo simbólico e imprimir un cariz iniciático a sus propuestas. Ocurrió ayer en Ghana, donde su apelación a que los africanos construyan su propio desarrollo a partir de un buen gobierno y su defensa de "respuestas globales" frente a la piratería somalí o el drama humanitario de Darfur obviaron cómo la indiferencia o el juego de prioridades de las potencias mundiales han contribuido a socavar el continente. Obama ha sido capaz de persuadir a sus distintos interlocutores de que los intereses de EE UU vienen a coincidir o son complementarios con los comunes. Pero su consolidación precisa de resultados una vez se difumine, para todos, el período de gracia.
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