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J. HINOJOSA
Lunes, 1 de diciembre 2008, 10:26
Miles de feligreses abarrotaron en la mañana de ayer las naves de la Catedral para acudir a la misa de despedida del actual obispo administrador apostólico de Málaga, Antonio Dorado Soto, que dejará de serlo el próximo día 13, una vez que tome posesión de su cargo el nuevo prelado de la diócesis, Jesús Catalá Ibáñez. Medio centenar de sacerdotes participaron en una celebración marcada por la sencillez, que contó con la presencia de autoridades como el alcalde, Francisco de la Torre, el subdelegado del Gobierno, Hilario López Luna, y la rectora de la Universidad, Adelaida de la Calle.
En su homilía, Dorado Soto resaltó que, durante los casi 16 años en los que ha estado al frente de la diócesis malagueña, se han realizado beatificaciones como las de la Madre Petra del Valle de Abdalajís o el obispo Manuel González, entre otros. Además, deseó a los feligreses «la gracia y la paz de parte de Dios; la gracia de saber que Dios sí existe y os ama», subrayó en su sermón.
Durante la homilía, el obispo indicó que el tiempo litúrgico de Adviento, que ayer comenzó, «nos llevará de la mano a celebrar la Navidad, donde descubriremos que esa gracia que el Padre nos tenía reservada es la encarnación de su hijo unigénito. Con su nacimiento, su muerte, su resurrección y el don del espíritu santo, Jesús nos va a mostrar cuál es la medida del amor que Dios nos tiene».
Representaciones
A la misa acudieron también representaciones de las fuerzas militares, responsables de las diferentes vicarías y delegaciones del Obispado y numerosos hermanos mayores de cofradías. Además, compartieron la celebración el arzobispo de Granada, Javier Martínez, el arzobipo emérito de Pamplona, Fernando Sebastián -que reside en Málaga-, y el obispo emérito de Huelva, Ignacio Noguer.
Al final de la misa, intervinieron para despedirse de Antonio Dorado -que ya cuenta con 77 años- el deán de la Catedral, Francisco García Mota, el vicario de la ciudad, Francisco González, y el vicario general de la diócesis, Alfonso Fernández-Casamayor, quien a su vez leyó las cartas enviadas por Ramón Buxarrais, obispo de Málaga entre 1973 y 1991, y por el cardenal de Sevilla, Carlos Amigo Vallejo.
El valenciano Jesús Catalá Ibáñez tomará posesión de su cargo como obispo de Málaga el próximo día 13, en una misa en la Catedral. A partir de entonces, la diócesis de Málaga contará, además, con tres obispos eméritos residiendo en ella: Fernando Sebastián, Ramón Buxarrais -en Melilla- y Antonio Dorado, que trasladará su domicilio al Seminario.
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